¿Qué dice el nuevo Concepto Estratégico de la OTAN?
Según la OTAN, China y Rusia son actores autoritarios y malignos, competidores estratégicos por invertir en tecnologías que perjudican la defensa y menoscaban la seguridad de Occidente.
Desde su creación en 1949, la OTAN cuenta con siete textos denominados “Concepto Estratégico”. El anterior al reciente de Madrid fue el del 2010, suscrito en la ciudad de Lisboa. Anteceden a este los de los años 1991 en Roma, coincidente con la caída del bloque socialista europeo, y el de 1999 en Washington.
La lectura del texto del nuevo Concepto Estratégico de Madrid nos ofrece algunas de las siguientes notas o características que enumeramos:
La vinculación de la OTAN con la UE del capital.
El documento de Madrid indica: «La Unión Europea es un socio único e imprescindible para la OTAN. Los aliados de la OTAN y los miembros de la UE comparten los mismos valores. La OTAN y la UE desempeñan funciones complementarias, congruentes y que se refuerzan mutuamente… Sobre la base de nuestra larga cooperación, mejoraremos la asociación estratégica entre la OTAN y la UE… como la movilidad militar… Las iniciativas para aumentar el gasto en defensa, desarrollar estrategias coherentes y reforzar mutuamente las capacidades, al tiempo que se evitan duplicaciones innecesarias, son clave para nuestros esfuerzos por hacer más segura la zona euroatlántica.»
Es del todo ilusorio, por tanto, que desde la izquierda pueda plantearse un rechazo a la OTAN y al mismo tiempo defender una reforma de la actual Unión Europea. Tal posibilidad es inviable. Como se deduce con claridad del documento de Madrid, la Unión Europea es la expresión política, económica y social subordinada al imperialismo en nuestro territorio. De manera necesaria, la reivindicación por la salida de la OTAN ha de ir unida a la marcha de la UE del capital. Una y otra son las dos caras de una misma moneda.
Por consiguiente, solo es posible la plena recuperación de la soberanía territorial, política y económica, si los países que integran hoy la Unión Europea abandonan la OTAN y la UE y clausuran, además, las bases militares estadounidenses asentadas en el continente europeo, en el que se ubican 452 establecimientos militares.
El empleo de armamento nuclear.
La OTAN seguirá siendo una alianza nuclear, señala el Concepto Estratégico 2022 en su mismo Prefacio. Más adelante añade una preocupante afirmación: «Las circunstancias en que la OTAN podría tener que usar armas nucleares son extremadamente improbables.» No se trata de una frase dirigida a afirmar que un ataque nuclear, sin agresión nuclear previa, de China, Rusia o Corea del Norte, por ejemplo, sea extremadamente improbable. Esta concreta cuestión, después de un punto y seguido, se aborda en otra frase del mismo párrafo (punto 28) que indica: «Cualquier empleo de armas nucleares contra la OTAN alteraría fundamentalmente la naturaleza de un conflicto. La Alianza tiene la capacidad y la determinación de imponer a un adversario costes que resultarían inaceptables y superarían con creces los beneficios que cualquier adversario podría esperar conseguir.» Más adelante señala que la fuerza nuclear de la OTAN «depende de las armas nucleares de Estados Unidos desplegadas de antemano en Europa y de las contribuciones de los aliados interesados.»
El texto, por tanto, reconoce la posibilidad de un ataque nuclear inicial de la OTAN, sin agresión nuclear anterior a esta por otro país, contra cualquier nación del mundo, aunque afirme que sería algo extremadamente improbable. Esta última expresión reconoce que existe tal eventualidad aunque sea mínima. Las bombas nucleares lanzadas contra las ciudades de Hiroshima y Nagasaki por los EEUU en 1945, son prueba de lo que puede hacer en el futuro una OTAN en la que, como bien dice el exministro José Bono, el que manda es EEUU.
El nuevo Concepto Estratégico abre así la posibilidad real de una agresión nuclear de la OTAN a un país declarado hostil, como los llamados actores autoritarios y malignos, que «ponen en peligro nuestros intereses y nuestros valores». [1]punto 24
Intervención de la OTAN en escenarios de crisis.
El Concepto Estratégico de Madrid dispone que: «Los aliados de la OTAN tienen un interés compartido en contribuir a la estabilidad y gestionar juntos los conflictos por medio de la OTAN. Seguiremos trabajando para prevenir y responder a las crisis cuando estas puedan afectar la seguridad aliada… invertiremos en respuesta, preparación y gestión de crisis, por medio de ejercicios periódicos, y aprovecharemos nuestra capacidad para coordinar, llevar a cabo, sostener y apoyar operaciones multinacionales de respuesta a las crisis.»
El texto no indica con exactitud a qué crisis puede referirse. Solo encontramos este único vocablo de forma repetida, salvo en dos ocasiones en las que se alude a crisis militares y civiles [2]punto 36 y a crisis y conflictos [3]punto 38. Tampoco hace alusión a que estas crisis se produzcan solo en países no aliados o también al interior de los socios de la organización militar.
Teniendo en cuenta el historial de la OTAN en las últimas décadas, en las que ha intervenido militarmente en no pocos países como en Kosovo, Afganistán, Irak, Macedonia o Libia, este concepto de crisis hace referencia a procesos políticos emancipatorios, democráticos, sociales o revolucionarios, en los que de una u otra forma está presente la lucha de clases y que evolucionan en sentido contrario a «nuestros intereses y nuestros valores», que no son otros que los que definen un régimen económico y social capitalista que aspira a continuar siendo hegemónico en un mundo unipolar. En este sentido, el documento OTAN dispone que sus socios invertirán en «preparación, disuasión y defensa contra el uso coercitivo de tácticas políticas, económicas, energéticas, de información y otras tácticas híbridas por parte de agentes estatales y no estatales.»
Pero estas crisis también están referidas a todas aquellas que puedan producirse en el interior de los socios de la OTAN. Esta organización militar, que es el brazo armado del imperialismo, tiene como objetivo, según indica el Prefacio del texto que comentamos, la defensa de «nuestros valores» (economía de mercado), la protección de «nuestra democracia» (burguesa) y el de salvaguardar «la libertad» de los aliados.
Tanto para las crisis externas como para las internas, el Concepto Estratégico dispone que: «defenderemos in situ con tropas fuertes, multidominio, listas para el combate, con mecanismos de mando y control mejorados, municiones y equipos establecidos de antemano y capacidad e infraestructura mejoradas para reforzar rápidamente a cualquier aliado, incluso a corto plazo o sin previo aviso.»
La OTAN pasa, por tanto, a ser el valedor universal y único gendarme del orden social capitalista en el mundo, con disposición a intervenir y cortar, dentro y fuera de sus fronteras, cualquier proceso de emancipación territorial, política, económica o social. Y para esta tarea han convenido emplear «instrumentos militares y no militares».
¿Defensa de Ceuta y Melilla?
El gobierno de coalición, en el marco de una feroz propaganda en favor de la OTAN, ha venido reiterando que la llamada defensa de la integridad territorial recogida en el documento de Madrid, invocando a que «nadie debe dudar de nuestra fuerza y determinación a la hora de defender cada centímetro del territorio aliado, preservar la soberanía y la integridad territorial de todos los aliados e imponerse a cualquier agresor» supone una protección específica de Ceuta y Melilla. Para ello se ha mencionado el artículo 5º del Tratado del Atlántico Norte que señala que un ataque armado contra uno o varios aliados, será considerado como un ataque dirigido contra estos, adoptando la OTAN «las medidas que juzgue necesarias, incluso el empleo de la fuerza armada, para restablecer la seguridad en la zona del Atlántico Norte.»
Sin embargo, Stoltenberg, máximo responsable de la OTAN, estima que las dos Ciudades Autónomas no entran en el ámbito geográfico del mecanismo de defensa colectiva, añadiendo que «el asunto de invocar el artículo 5º es una decisión política por lo que tiene que tomarse por consenso en el Consejo de la OTAN».
Rusia.
El documento de Madrid califica a Rusia como «la amenaza más importante y directa para la seguridad de los Aliados y para la paz y la estabilidad en la zona euroatlántica… Su actitud militar coercitiva, su retórica y su probada disposición a emplear la fuerza para alcanzar sus objetivos políticos socavan el orden internacional basado en reglas. La Federación Rusa está modernizando sus fuerzas nucleares y ampliando sus novedosos y perturbadores sistemas vectores de doble capacidad, al tiempo que envía señales coercitivas referentes a la fuerza nuclear. Su objetivo es la desestabilización de los países del Este y el Sur… La expansión militar de Moscú, que incluye el Báltico, el mar Negro y el Mediterráneo, junto con su integración militar con Bielorrusia, ponen en peligro nuestra seguridad y nuestros intereses».
Al mismo tiempo afirma que la OTAN no supone ninguna amenaza para la Federación Rusa. Teniendo en cuenta sus políticas y acciones hostiles, «no podemos considerar la Federación Rusa como nuestro socio» y añade: «la Federación Rusa es la amenaza más importante y directa para la seguridad de los aliados».
En ningún momento el texto de Madrid explica cuáles son las reglas del orden internacional que invoca. La expresión no utiliza el término “derecho internacional” sino el de “orden internacional”, con el que se alude al mundo unipolar que EEUU quiere perpetuar.
Nunca antes la relación OTAN- Federación Rusa había sido tan acusadamente grave y peligrosa. En 1997, la organización militar y el país ruso firmaron la denominada “Ley Fundacional OTAN-Rusia”, un acuerdo que supuso un acercamiento entre ambas partes para crear una colaboración mutua en materia de seguridad. Incluso a principios del presente siglo se constituyó el denominado Consejo OTAN-Rusia que, a día de hoy, continúa formalmente vigente.
En la actualidad, sin embargo, la OTAN declara su compromiso de responder «a las amenazas y las acciones hostiles de Rusia con unidad y responsabilidad». Y esa respuesta es militar.
China.
Parecido trato recibe China en el nuevo Concepto Estratégico. En el documento de Madrid podemos leer: «Las ambiciones declaradas y las políticas coercitivas de la República Popular China (RPC) ponen en peligro nuestros intereses, nuestra seguridad y nuestros valores. La República Popular China emplea una amplia gama de instrumentos políticos, económicos y militares para ampliar su presencia en el mundo y proyectar poder, al tiempo que mantiene la opacidad sobre su estrategia, sus intenciones y su rearme militar. Las operaciones híbridas y cibernéticas maliciosas de la RPC y su retórica de enfrentamiento y desinformación van dirigidas contra los Aliados y son perjudiciales para la seguridad de la Alianza. La RPC aspira a controlar sectores tecnológicos e industriales clave, infraestructuras esenciales y materiales y cadenas de suministro estratégicos. Utiliza su ventaja económica para crear dependencias estratégicas y aumentar su influencia. Se esfuerza por subvertir el orden internacional basado en reglas, incluso en los ámbitos espacial, cibernético y marítimo. La profundización de la asociación estratégica entre la República Popular China y la Federación Rusa, y sus intentos de socavar el orden internacional basado en reglas, que resultan en el reforzamiento mutuo, son contrarios a nuestros valores e intereses.»
China y Rusia, son considerados, además de actores autoritarios y malignos, competidores estratégicos a quienes la OTAN denuncia por invertir en tecnologías «que podrían restringir nuestro acceso al espacio y nuestra libertad para operar en él, deteriorar nuestros equipos espaciales, atentar contra nuestras infraestructuras civiles y militares, perjudicar nuestra defensa y menoscabar nuestra seguridad… La primacía tecnológica tiene cada vez más influencia sobre el éxito en el campo de batalla.»
La OTAN manifiesta su compromiso de respuesta «al uso coercitivo de tácticas políticas, económicas, energéticas, de información y otras tácticas híbridas por parte de agentes estatales y no estatales», y al mismo tiempo estima que «las operaciones híbridas contra los aliados podrían alcanzar el nivel de ataque armado y llevar al Consejo del Atlántico Norte a invocar el Artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte.»
Puertas abiertas.
Reafirmamos, indica el nuevo Concepto Estratégico, «nuestra política de Puertas Abiertas, en consonancia con el Artículo 10 del Tratado del Atlántico Norte, como expresión de nuestros valores fundamentales y de nuestro interés estratégico en la paz y la estabilidad euroatlánticas. Nuestras puertas permanecen abiertas a todas las democracias europeas que compartan los valores de nuestra Alianza, que estén dispuestas y sean capaces de asumir las responsabilidades y obligaciones de los miembros, y que contribuyan a nuestra seguridad común.» Finlandia y Suecia aparecen como los primeros en incorporarse a la OTAN tras la Cumbre de Madrid. Georgia, Moldavia y Bosnia, se encuentran en la lista de espera. Continúa el cerco a Rusia.
Financiación.
El nuevo Concepto Estratégico señala que «Invertir en la OTAN es la mejor manera de garantizar el vínculo duradero entre los aliados europeos y norteamericanos, al tiempo que contribuye a la paz y la estabilidad mundiales.»
El gobierno de coalición ha tomado buena nota sobre el particular y ha adoptado el compromiso de destinar el 2% del PIB al gasto militar, lo que representaría aumentar en unos 12.000 millones de euros el presupuesto de guerra. En conjunto, este alcanzaría una dotación anual presupuestaria de no menos de 30.000 millones de euros.
Por cierto, ¿debe Unidas Podemos seguir en el gobierno otanista de Sánchez?
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