Qué ocurre en la UJCE: el enemigo interno antileninista (3)

Índice:

8. Sosteniendo el viraje: digan adiós al PCE

9. Se aprueba la convocatoria del congreso

10. “A pesar de que nuestro referente partidario sí lo haga”

11. La revisión izquierdista del frente popular

12. Se anuncia la convocatoria del congreso

13. Objetivo fijado: avancen a toda máquina

8. Sosteniendo el viraje: digan adiós al PCE

Durante noviembre, la CP dio pasos acelerados. Elaboró una complaciente caracterización del MS, cerró un análisis de la declinante situación de cantidad de militantes de la UJCE, y analizó críticamente la actividad militante del PCE en general y la actividad (y el descuelgue) de las promociones en particular. Como resultado de las conclusiones extraídas, aquel mes terminó de arraigar en la CP la ruptura con el proyecto organizativo partidario de la UJCE.

Entre los diferentes miembros de la CP se reforzaron algunas o todas estas ideas: el PCE era irrecuperable; el MS era la organización adecuada en la que integrarse; la muerte de la UJCE por pérdida de militancia se acercaba de manera insalvable a muy pocos años vista; las promociones carecían, y siempre carecerían, de capacidad para impulsar al partido; una inminente e inevitable intervención del PCE iba a acabar con la organización juvenil tal y como se conocía.

Se consideró mayoritariamente que, al margen de lo que acabara siendo la UJCE (bien una organización independiente, bien un sector más o menos integrado o disuelto en el MS), como juventud del PCE, estaba sentenciada. En resumen: hacía falta decidir un viraje importante.

La lógica era esta. La UJCE no podía seguir siendo revolucionaria y terminar de desprenderse de sus defectos junto al PCE. La UJCE había crecido teóricamente hasta los límites del cascarón y no podía seguir existiendo bajo la vieja tutela. La UJCE tenía que dejar de negarse a sí misma bajo el PCE. Ahora, para afirmar a la UJCE, es decir, para desarrollar su contenido interno revolucionario, había que negar su vieja forma ya caduca: había que dejar de ser la juventud del PCE.

Pero todo esto era una ilusión. Lo que en realidad se había desarrollado en la CP no era vigor revolucionario y claridad marxista-leninista, sino una deformación ultraizquierdista. Justo en la cabeza de la organización.

Como se ve, no hacía falta que toda la CP quisiera de entrada pasarse al MS para que acordara proponer la convocatoria del congreso. Ya había otros errores comunes de perspectiva. Tras duros debates durante el mes y el ultimátum del secretario general a inicios de diciembre, el órgano aprobó la pintoresca idea de que nada más podía hacer la organización para resolver sus males que convocar otro congreso.

Así fue como, de nuevo, los partidarios de pasarse al MS aprovecharon, para abrir brecha, las posiciones de los sectores vacilantes y de los desencantados. Para quienes querían integrarse en el MS solo había dos opciones: convocar el congreso o abandonar la UJCE. Para progresar, por el momento les bastaba con desbloquear la opción del congreso. Y para ello era suficiente con que se aceptara lo que se venía impulsado desde julio: que la UJCE (y el PCE) estaba en bancarrota estratégica, táctica y organizativa, y que la única solución posible era debatir sobre el proyecto partidario y estratégico; así, en abstracto. Un viraje preciso al MS no podía contar con el respaldo mayoritario en aquel mar de confusión. Otra cosa sería más adelante, tras el primer impulso, cuando 1) la pendiente y las contradicciones fuesen facilitando las cosas a su planteamiento y 2) el trabajo ideológico unilateral de la dirección fuese calando.

Antes de la charla de Zamora, la mayoría de la CP había considerado precipitado convocar una conferencia sobre la estrategia. En cambio, para inicios de diciembre, y después de intensísimos debates, consideraba que urgía convocar un congreso extraordinario.

Posteriormente, aprovechando la opacidad, se ha buscado normalizar que todo vino directamente desencadenado por 1) el choque en julio en el congreso del PCE, 2) los cinco años de pérdida de militancia de la UJCE (comprobados en noviembre y achacados solo a la línea del PCE), 3) el análisis crítico de la verdadera actividad militante del partido y 4) el análisis crítico de la verdadera actividad de las promociones. Pero esta explicación no es completa. Tampoco lo es aquella según la cual el MS tan solo aceleró un proceso en curso. Es cierto que en agosto la fruta estaba madura, sí. Pero no era una necesidad interna de esa fruta madura que dos meses después una mano se acercara a recogerla para convertirla en mermelada.

Esto fue lo que ocurrió: la aceptación de la propuesta del MS por parte de un sector de la CP, sobre la base de la asimilación previa de algunos de sus análisis fundamentales y junto con las deformaciones heredadas en la UJCE, dio una salida concreta y nueva a la crisis existente, y cegó cualquier otra.

Nada más lograr el objetivo en la CP, llegaba el turno de la batalla en el CC (donde aquella rozaba el tercio de los votos).

9. Se aprueba la convocatoria del congreso

Para el CC de inicios de diciembre, la CP acordó al fin defender que el reciente XV Congreso había quedado anticuado, que hacía falta uno nuevo.

De cara a ese CC, las direcciones territoriales debatieron previamente la opción planteada del congreso extraordinario. No todas las direcciones intermedias fueron informadas de las comunicaciones con el MS ni de la relación que esto tenía con la convocatoria a debate. Buena parte de los representantes se enteraron de viva voz en el propio CC. Y allí quedó encerrado el debate.

Ya desde antes, la CP venía propiciando, no una diferencia formativa respecto las bases, sino una diferencia informativa: acotamiento del debate, control de los ritmos, sondeos interesados y esfuerzo por vencer de manera ordenada, ejerciendo presiones, de arriba a abajo.

En esta ocasión, la presión se ejerció de varios modos.

Uno fue aludiendo a razones temporales, como si la UJCE fuese a ser inminentemente visitada por los cuatro jinetes del apocalipsis: el vacío de la militancia, la intervención del PCE, la incapacitación total para la actividad dados los acuerdos congresuales vigentes y la pérdida de la ventana de oportunidad abierta por el MS. Los perfiles más instigadores vendieron la manifiesta aventura destructiva (poco hay que aclarar hoy al respecto) como un acto de valentía.

El otro elemento de presión fue anunciar que el secretario general y parte de la CP, la plana mayor de la organización, no se veían capacitados para estar al frente bajo los acuerdos del reciente XV Congreso (al cual se debían). Si no se convocaba el congreso, la secretaría política y varios integrantes de la CP someterían sus cargos a revocación. Es decir, que si mayoritariamente el CC no quería convocarlo, tenía dos opciones: 1) rechazar la revocación y mantener al frente de la organización a quienes no querían dirigirla o 2) revocarles y probablemente tener que convocar un congreso por las bajas en la dirección.

Poco después se haría “autocrítica” sobre el modo acelerado en que se instigó el congreso. Pero si de algo más se ha caracterizado esta CP es de hacer “autocrítica”, a cada paso, mientras ha seguido caminando indefectiblemente hacia el mismo objetivo y con los mismos medios. Un año más tarde, a dos meses del congreso, la mayoría de la dirección volvería a tratar de comprometer las decisiones presionando con los ritmos: ¡Saltemos al Movimiento Socialista, ahora o nunca! Cualquiera diría que estamos en contexto insurreccional, y no en el más detestable de los inmovilismos, al cual, por cierto, ha contribuido esta dirección.

El ambiente de aquel CC era desagradable, viciado por el chantaje y la desconfianza. Finalmente, tres cuartos del CC aprobaron convocar el congreso, reproduciendo e incluso ampliado la pluralidad de razones de la CP. ¿Cómo fue posible?

El hecho es que en el CC había integrantes que en abril se adherían a una determinada línea y prometían aplicarla durante tres años, y que en verano no se daban cuenta de que se estaba introduciendo otra y que para diciembre estaban de acuerdo con que lo aprobado en abril no tenía consistencia. Y habrían asumido otro giro más si se lo hubiese dado su plana mayor, como asumieron la opción del MS aunque al inicio parecieran figurar entre los más reacios. Así pasa cuando no hay formación profunda, que se va hacia donde sopla el viento (una vez más). También había sectores en la dirección que tenían la esperanza de debatir cuestiones complejas en un congreso. Ahora, conociendo la pobreza de las tesis y los ritmos impuestos por la dirección, sabemos que no va a ser así; pero entonces se prometió tal cosa y hubo quien confió. También había elementos en los que había terminado de madurar su desinterés por ser la juventud del PCE y, entre ellos, algunos que comenzaban a abrazar la opción del MS. Todo se juntó y eclosionó del modo conocido.

El CC era consciente de que la convocatoria del congreso conduciría a la ruptura con el PCE. No obstante, la dirección siempre sostendría que su intención no era romper con el partido. Por supuesto, para los que no tenían ya ningún interés por ser promoción del PCE, y especialmente para los que querían irse al MS, que se consumara la intervención no solo les traía sin cuidado, sino que les acortaba penurias y les daba pose heroica y argumentos.

Al convocarse el congreso, en el CC y en la CP se dieron algunas dimisiones. Ello devino en el fortalecimiento de los sectores favorables al MS, que tendrían más facilidad para atraer al resto a sus posiciones. En adelante, con un CC dividido entre una mayoría favorable al congreso y una en contra, la tarea de la CP consistió en seguir con el proceso hacia delante. Impulsó en la dirección y en las bases la asimilación de las tesis rumbo al MS, amortiguó el debate en estas últimas e intensificó las contradicciones con el partido. No hubo valor y vocación científica para bajar a las bases las verdaderas conclusiones y el análisis de fondo, por más que toda la organización se fuese a ver pronto y seriamente comprometida. De hacerlo, se corría el riesgo de que los planes quedaran bloqueados por una militancia que no los iban a entender.

Para refrenar a las bases cuando estas intuían por dónde iban los tiros, siempre se podría apelar a los acuerdos del CC; órgano que en agosto había aprobado un informe político, sin ser plenamente consciente de lo que aprobaba, y que ya se había emancipado del mandato congresual y del centralismo democrático, para navegar bajo una nueva agenda. ¿Su legitimidad? Haber sido elegido en abril (para cumplir unos acuerdos concretos, sí, pero esto podía omitirse). El CC se había convertido en amo y señor de la organización.

La UJCE fue tomada por quienes no veían más actividad comunista posible en la organización que a través de la ruptura con el PCE y la fusión con el incipiente MS. En realidad, para varios miembros de la dirección, ser dirigentes de la juventud del PCE era ya un lastre repugnante que quitarse de encima. No algo difícil y con una serie de contradicciones, sino algo asfixiante que les daba vergüenza y asco. El confesionario de Twitter sirvió para librarse un poco de estos pecados y ganarse el pase al cielo, y para descargar algo los complejos.

Desde luego que una dirección honesta bien podría haber hecho dos cosas. Una, abandonar por su propia cuenta la organización, como habían hecho antes otros militantes y dirigentes con similares conclusiones. Dos, trasladar a la militancia sus nuevas concepciones, medir si la organización consideraba necesario un congreso extraordinario y, en caso afirmativo, mantenerse hasta su celebración en el marco de los acuerdos previos. Y desde luego sin forzar situaciones con el partido que favoreciesen su posición.

Así habría procedido una dirección honesta y científica. Pero sus integrantes con estas cualidades o bien fueron minoría, o bien se vieron arrastrados o neutralizados. Dominaron los mecanismos burocráticos para lastrar el debate, el ocultamiento de las intenciones y los análisis burdos.

En aquellos meses, algunos miembros de la CP se sintieron fuertemente inspirados por la hazaña del partido de “los cien niños”. Aquella fue la escisión de las Juventudes Socialistas de abril de 1920, que tuvo como objetivo formar un partido adscrito a la III Internacional en España. Fue seguida un año más tarde por militantes descontentos del PSOE. Juntos fundaron el Partido Comunista de España [1]https://mundoobrero.es/2020/04/14/en-el-centenario-del-partido-de-los-cien-ninos/ . Este es el sueño en el que algunos aún están viviendo y del que pronto tendrán que despertar. No tienen a la Komintern, de la que reniegan, y apenas llegan a 100. No tiene sentido traer a colación la famosa cita de Hegel que Marx recordó, acerca de las repeticiones en la historia. Estamos ante tan poca cosa, que da pudor acercarle esa referencia.

10. “A pesar de que nuestro referente partidario sí lo haga”

De cara a fin de año, la CP decidió publicar un acuerdo del último CC con algunas cuestiones ciertas pero buenas dosis de izquierdismo. Anunciaba no colaborar en las elecciones:

«a pesar de que nuestro referente partidario sí lo haga. No lo hacemos desde una soberbia infantil, sino desde la firme convicción de que cualquier candidatura constituida desde la base de la desarticulación de la organización revolucionaria del proletariado reproducirá su completa sujeción al programa burgués.»

Como hemos visto, esta posición la había acordado el CC desde finales de agosto, pero ahora se la hacía pública. Era la primera vez que el CC de la UJCE expresaba pública y explícitamente separarse del trabajo electoral de su partido. Se elevaban a un nuevo grado las provocaciones que precipitarían la intervención.

En este tema emergía una diferencia entre la dirección de la UJCE y los CJC del PCTE; una diferencia que hacía a la juventud del PCE susceptible de ser atraída al MS y que coincidía con el izquierdismo de los años 20 del siglo pasado: la negación total de opciones para la lucha en el ámbito parlamentario, a pesar de los millones de obreros que prestan atención a la disputa electoral. La dirección de la UJCE se lavaba también las manos respecto a candidaturas como la del PCTE.

«La participación electoral está completamente alejada de las tareas que hoy nos ocupan como jóvenes militantes revolucionarias, las cuales tienen en su centro la rearticulación del proyecto comunista como desarrollo de un poder independiente del Estado burgués y enfrentado directamente a él. […]

Diversas candidaturas autodenominadas como marxistas, transformadoras o revolucionarias que, si bien pueden partir en algunos casos una voluntad comunista entre sus militantes, acaban desplegando una estrategia socialdemócrata en la que el juego parlamentario se ve como un elemento más para “acumular fuerzas” y al que dedican un recetario de reformas que no pueden estar conectadas con una estrategia revolucionaria en tanto que se proponen como parte del accionar de la institucionalidad burguesa.» [2]https://www.juventudes.org/por-un-2023-lleno-de-avances-planta-cara/

Esta formulación distorsionada de las cosas tenía por base la tergiversación izquierdista de la naturaleza del programa mínimo. No era suficiente que la dirección de la UJCE compartiera con el PCTE, además de cuestiones correctas, los mismos errores de posición internacional y la revisión izquierdista de los frentes populares. Con este partido no podía arraigar la ilusión de progresos rápidos y “limpios”. Las posiciones consejistas le daban más fácil salida a aquella idea amorfa de “poder popular” que la UJCE tanto había sostenido.

11.         La revisión izquierdista del frente popular

La revisión izquierdista por parte del PCTE de los frentes populares, de la que participa la actual dirección de la UJCE en su desviación, se ha hecho últimamente visible en una tertulia sobre la Guerra Nacional Revolucionaria -1936-1939 – [3]https://youtu.be/jRW2uyDWlhU?si=0v6OkpaMyq6hEUjq.

En dicha tertulia, militantes del PCTE y de sus juventudes han afirmado que esta Guerra Nacional Revolucionaria tiene tal denominación por lo siguiente. “Nacional”, porque el pueblo español combatía la invasión nazi alemana y fascista italiana. “Revolucionaria”, porque en la zona republicana se habían dado las condiciones objetivas y subjetivas para la revolución por el socialismo/comunismo. Esto último es históricamente falso. No fue esa la razón, pues no existían las condiciones de una revolución socialista, tal y como comprendieron el PCE de la época y la Komintern. Y evidentemente los comunistas no la denominaron así por ello.

El análisis marxista-leninista concluyó que, desde la llegada de la II República, estaba en curso una revolución democrática y antifeudal. Contra esta, el fascismo español (representante de la aristocracia terrateniente, la gran burguesía financiera, los generales africanistas y monárquicos y la jerarquía eclesiástica) organizó el golpe de Estado del 36. Por tanto, la cuestión era defender la revolución democrática contra el fascismo español, italiano y alemán. Ese era el contenido, la esencia, de la “guerra nacional revolucionaria”.

Aquella revolución había sido emprendida en 1931 por todas las clases oprimidas. En ella, por el momento, el movimiento obrero y campesino había obrado bajo la hegemonía de la burguesía republicana; en buena medida debido a los errores del PCE de la etapa de José Bullejos, que habían dejado a estas clases a la zaga, no por oportunismo derechista, sino por inoperancia izquierdista.

Tras el fallido golpe de Estado, la tarea era ganar la guerra a través del frente popular antifascista, y seguir profundizando en esa revolución democrática, pues poco había progresado desde 1931. De hecho, durante la guerra dio sus más importantes avances en el terreno social y de derecho de autodeterminación, además de la evidente formación de nuevas fuerzas públicas. La posibilidad de avanzar hacia la revolución socialista se abriría al vencer en la guerra (donde se perdió), al profundizar en la revolución democrática, colocando al proletariado a la cabeza, hasta convertirla en revolución socialista. Esa era la tesis leninista y José Díaz insistió incansablemente en ella [4]Recomendable sesión sobre Pepe Díaz y el frente popular: https://www.youtube.com/watch?v=iv7h51gibUo. Y era la tesis cuya puesta en práctica fue permitiendo que el PCE y a las masas obreras y campesinas fueran tomando un papel crecientemente protagónico. Obrar como ahora revisa el PCTE hubiera supuesto mantener al PCE aislado de las masas trabajadoras. El fascismo habría triunfado mucho antes.

Como en la tertulia no se aclaran los errores izquierdistas de la etapa de Bullejos, se deja a debate la cuestión de si fue errónea o no la evidentemente errónea consigna del 15 de abril de 1931: “¡Abajo la república burguesa! ¡Viva la república de los soviets!” con la que un diminuto PCE salió a la calle y fue ignorado. Sin embargo, en abril de 2023 la actual dirección de la UJCE, instalada en el redil del viejo error superado hace 90 años, publicó un artículo comenzando con esta cita y presentándola como correcta [5]https://www.juventudes.org/critica-a-la-iii-republica-como-via-al-socialismo/.

En el programa del PCTE no se entra tampoco a valorar en suficiente medida la importantísima corrección del giro de 1932, con José Díaz a la cabeza. Mientras durante la segunda mitad de los años 20 el Comité Ejecutivo de Bullejos ocultó al Comité Central del PCE, y a todo el partido, las insistentes recomendaciones de la Komintern de corregir los errores en curso, el PCTE, siguiendo la herencia trotskista y de otros enemigos del marxismo-leninismo, gusta calificar de “mandatos” los importantísimos acuerdos de la Komintern (sembrando así la sospecha de arbitrariedad, en lugar de abordar y contraponer sus análisis).

Ya en el minuto 30 de ese video dicen abiertamente algo que la dirección izquierdista de la UJCE también ha asumido: “podemos criticar la estrategia del Frente Popular como una estrategia errónea” (en realidad es una táctica, no una estrategia). Esto, hace 30 años, cualquier comunista sabía que era salirse del marxismo-leninismo e irse a otros lugares.

El programa del PCTE cierra diciendo que analizan con “cuidado” y “modestamente”, sin desmerecer “la posición combativa, de entrega y de lucha, de cientos de miles de militantes comunistas desde el 18 de julio de 1936, y de antes, hasta nuestros días”. Esto también lo encontramos en la improvisadora dirección de la UJCE. Pero la verdad es que esa “modestia” y “cuidado” quedan vacíos cuando se está defendiendo una estrategia abiertamente opuesta a la que concluyó la Internacional Comunista (la organización más avanzada de los comunistas de multitud de países, con verdadera experiencia revolucionaria a sus espaldas y verdadero dominio teórico) y cuando se suplantan sus conclusiones, y el desafío abierto de sus conclusiones, por el rescate de las tesis izquierdistas que la Internacional Comunista refutó; empezando por el análisis erróneo que el PCTE reproduce sobre la esencia de la revolución española en los años 30.

Volviendo a las elecciones que a finales de 2022 estaban a la vista, la dirección de la UJCE declaró ponerse a sí misma esta tarea:

«desenmascarar el programa de las distintas facciones [de los representantes de la burguesía] sometiéndolos a nuestra crítica. […] La crítica de estos programas, pues, debe servir para señalar que las posibilidades del comunismo se encuentran inscritas en las propias formas sociales capitalistas.»

Pero esta tarea declarada no era real. Los meses siguientes, en los que había que intensificar las contradicciones con el partido, la dirección de la UJCE no sometió a crítica los programas de VOX, PP, PNV, PSOE… Solo criticó la opción electoral del PCE: Sumar; y además planteándola como si tuviera algo que ver con la táctica del frente popular de la Komintern, lo que demostraba que la aspiración revolucionaria iba de la mano del desconocimiento de lo más elemental del marxismo-leninismo [6]El frente popular, sobre la base del frente único proletario, sobre la base del fortalecimiento de los partidos comunistas: este sistema de correas, con el objetivo de desarrollar la hegemonía … Seguir leyendo.

12. Se anuncia la convocatoria del congreso

A finales de enero, la dirección de la UJCE hizo pública la convocatoria del congreso. En él se indicaba que “reconstruir” el PCE no era un proyecto riguroso:

«El simple hecho de tener un referente partidario concreto que ‘reconstruir’ mediante la acumulación cuantitativa de cuadros más avanzados no constituye un proyecto de reconstrucción riguroso, pues obvia todas las barreras políticas que enfrentamos tanto dentro como fuera de dicho referente.» [7]https://www.juventudes.org/la-juventud-comunista-convoca-un-congreso-extraordinario-sobre-estrategia-y-partido-comunista/

Habían pasado seis meses de aquel canto de cisne que proclamó lo contrario. La nueva idea se apartaba de los acuerdos congresuales, que establecían la “reconstrucción” del PCE como objetivo, y a la UJCE como juventud del PCE. Según el artículo 35.2. de la UJCE, el CC debe “Impulsar la aplicación y desarrollo de la línea política general y las decisiones adoptadas en los congresos y conferencias de la Juventud Comunista”. Como sabemos, una parte de la CP había empujado desde julio contra este artículo. Y desde diciembre esta parte dominaba claramente la organización. Eso le había permitido entonces reconocer la necesidad, no de “desarrollo” de la estrategia, sino de una nueva estrategia. Pero no se iba a quedar de brazos cruzados hasta el congreso.

Como los acuerdos eran recientes y la desobediencia a los estatutos flagrante, la dirección necesitaba justificarse: “la motivación para esta convocatoria extraordinaria no reside en la falta de asunción de los acuerdos previos, sino en la detección de muchas de sus limitaciones a través de su estudio para el desarrollo”. O sea: los asumimos en abril, pero nos hemos venido dando cuenta de están mal y por eso los descartamos. Esto lo podía decir una dirección emancipada de los acuerdos congresuales. Pero si lo decía un militante de base respecto a las posiciones nuevas que unilateralmente sostenía la dirección (o, como se los llamaba, los nuevos “acuerdos colectivos”) o respecto a otros aspectos del congreso que esta dirección no cuestionaba, obviamente recibiría todo el rigor disciplinario. Incluso más del permitido por procedimiento.

El comunicado afirmaba que el “primer objetivo es la reconstrucción efectiva del Partido Comunista”. Así, en abstracto. No el PCE, sino el PC. Esta terminología venía siendo silenciosamente impulsada por la dirección a nivel interno, cada vez más, desde meses previos.

Tal primer objetivo “exige una gran responsabilidad a la hora de pensar […] en qué medida podemos aprovechar hoy las potencialidades existentes en cada ámbito de organización de nuestra clase”. La mayoría de la dirección descartaba todo “ámbito de organización de nuestra clase” que no fuera el MS. Este espacio era el único sobre el que los sectores vacilantes del CC necesitaban aclaraciones.

La versión interna de este comunicado tampoco hacía mención al MS. Eso hubiera hecho saltar, no simplemente todas las alarmas, sino acciones por parte de la militancia. Luego se argumentaría que la falta de información tuvo lugar para evitar filtraciones que derivaran en la ruptura con el PCE. A estas alturas, semejante excusa hace reír. Es evidente que, para evitar esa ruptura, esta dirección fue más astuta en unas cuestiones y muy torpe en otras. Cuando tal ruptura tuvo lugar ―cuando el PCE anunció la intervención a inicios de junio― la militancia tuvo que esperar aún más de tres meses para recibir de su dirección la propuesta concreta.

La resolución que anunciaba el congreso, como todo lo publicado desde verano, no era inocente. Al lanzarla públicamente se buscaba: 1) atraer a su línea a las recientes promociones del partido, cosa que solo podía fracasar (en realidad, desde que habían tomado esta decisión a inicios de diciembre y se habían dirigido personalmente a varias de las promociones que consideraban fieles, ya habían comprobado que por esta parte habría pocos frutos), y 2) mostrar a los sectores del Movimiento Socialista sintonía ideológica.

A lo interno de la UJCE, todos los documentos y artículos promovidos por la CP trataban de impulsar que la base asimilara los nuevos planteamientos incorporados. Lo central era continuar con la tarea iniciada en verano: minar la vieja postura sobre el partido a través de una lluvia ideológica desde la dirección, que solo podía ser contestada escupiendo hacia el cielo de los nuevos “acuerdos colectivos”. Era necesario propiciar este minado antes aún del debate congresual, sin presentar de momento la ruidosa meta de irse al MS y sus argumentos concretos, ni abrir un debate bidireccional. Así fue la dirección de la UJCE preparando durante meses, documento tras documento, desde su posición mayoritaria, los debates de este congreso, antes de que se iniciase el propio proceso congresual e impidiendo que hicieran aparición otros planteamientos.

En el CC de diciembre se había acordado no predeterminar las posiciones de las bases y asegurar el debate democrático. Iremos viendo de qué modo esta promesa hecha para ganar entonces algunos votos, fue absolutamente incumplida.

Todo el proceso acelerado desde diciembre (la convocatoria del congreso, el rumbo al que se empujaba a la organización, la creciente desconfianza con la dirección), produjeron algunas bajas más, aunque poco numerosas. También hubo cierta desactivación de una parte de la militancia que se encontraba disconforme pero se sentía impotente, y que se limitó a esperar. En general, en la base primó la incertidumbre, no la oposición. El enclaustramiento de los debates en la dirección y el filtraje de la información, así lo propició. Las actas del CC, llenas de lagunas y frases inconexas, parecen deliberadamente crípticas.

También hubo algunas expulsiones en Castilla y León en diciembre de 2022 (y algunas más en septiembre de 2023) de integrantes de una fracción que ya ha dado su versión de los hechos [8]“Informe sobre el proceso contra los comunistas revolucionarios en la UJCE. Declaración de confesión de un grupo de jóvenes proletarios” … Seguir leyendo.

13. Objetivo fijado: avancen a toda máquina

A finales de diciembre, el Mugimendu Sozialista había comenzado a emitir su programa Estrategia a debate. Desde entonces se ha publicado una entrega mensual (hasta detenerse sin previo aviso en abril de 2023). A través de este medio en castellano, difundían los andamiajes teóricos básicos del movimiento estatal que se iba levantando.

La CP de la UJCE incorporó este programa a sus debates formales e informales. La “nueva” posición se fue fortaleciendo. Para finales de enero empezaron a aparecer, en la agitación y propaganda de la UJCE, conceptos y eslóganes a veces idénticos y a veces muy similares a los del Mugimendu Sozialista. La organización pasaba más sólidamente a difundir, como propios, los planteamientos recién absorbidos por la dirección.

No solo se trató del erróneo uso del concepto de proletarización ―que se sigue propagando en las réplicas del movimiento; ahora en la propuesta política de l’Organització Juvenil Socialista de Horitzó Socialista [9]A finales de octubre han dado a conocer su “Propuesta política”. Afirman que “La crisis del sistema capitalista se manifiesta en el proceso de proletarización, que es un proceso de … Seguir leyendo―. También se fue asimilando su visión del trabajo de intervención. Y otro tanto con la historia del comunismo. En las actuales tesis a debate, en la caracterización de la URSS se ejerce la misma negación silenciosa del socialismo en un solo país [10]Léanse los apartados VI y VII de Cuestiones del leninismo, 1926, de Stalin (no confundir con Fundamentos del leninismo, 1924): … Seguir leyendo que en el quinto programa de Estrategia a debate [11]En el minuto 15:00 del siguiente vídeo figura la misma brevísima caracterización que en las tesis a debate de la UJCE sobre la experiencia soviética emanada de la Revolución de Octubre (las … Seguir leyendo.

En dicho artículo de Línea Proletaria se cita y tergiversa una frase de un documento de la Internacional Comunista. La dirección de la UJCE dice haber estudiado los congresos de la Komintern. Si alguien insiste en haber estudiado algo, uno no puede negar que ese alguien haya puesto los ojos sobre las líneas y haya seguido el discurrir de las frases. Lo que sí es posible comprobar es su nivel de comprensión de las cosas.

El modo en que Línea Proletaria retuerce la frase arrugaría la nariz de cualquier que supiera a que huele la Komintern. Pero la UJCE ha asumido e incluso distorsionado aún más aquella cita en sus tesis a debate, cayendo en la burda manipulación histórica. Esto es lo que la dirección de la UJCE ha afirmado al citar el documento de la Komintern:

«[En la Internacional Comunista, en los congresos III y IV] la perspectiva socialdemócrata de la sociedad se había asentado como fundamento de la práctica comunista, subsumiendo ésta a “reivindicaciones cuya realización constituya una necesidad inmediata y urgente para la clase obrera”, defendiendo dichas reivindicaciones en la lucha de las masas proletarias “sin preocuparse por saber si son compatibles o no con la explotación usuraria de la clase capitalista”.»

Veamos el texto citado; veamos lo que realmente concluyó la Internacional Comunista en su III Congreso en 1921, con Lenin vivo y su pensamiento allí reflejado. Que juzgue el lector si aquello puede de algún modo calificarse de “perspectiva socialdemócrata”. Enfatizo la parte sometida a manipulación:

«Los partidos comunistas no plantean para este combate ningún programa mínimo tendente a fortalecer y a mejorar el edificio vacilante del capitalismo. La ruina de este edificio sigue siendo su objetivo principal, su tarea actual. Pero para cumplir esa tarea, los partidos comunistas deben plantear reivindicaciones cuya realización constituya una necesidad inmediata y urgente para la clase obrera y deben defender esas reivindicaciones en la lucha de masas, sin preocuparse por saber si son compatibles o no con la explotación usuraria de la clase capitalista. Los partidos comunistas deben tener en cuenta no las capacidades de existencia y de competencia de la industria capitalista, no la fuerza de resistencia de las finanzas capitalistas sino el aumento de la miseria que el proletariado no puede y no debe soportar. Si esas reivindicaciones responden a las necesidades vitales de las amplias masas proletarias, si esas masas están compenetradas del sentimiento de que sin su realización su existencia es imposible, entonces la lucha por esas reivindicaciones se convertirá en el punto de partida de la lucha por el poder. […] En la medida en que las luchas por reivindicaciones parciales, en que las luchas parciales de los diversos grupos de obreros se amplíen en una lucha general de la clase obrera contra el capitalismo, el partido comunista tiene el deber de proponer consignas más elevadas y más generales, incluyendo la de la derrota directa del adversario. […] Toda objeción contra el planteamiento de reivindicaciones parciales de este tipo, toda acusación de reformismo bajo pretexto de estas luchas parciales, se deriva de esa misma incapacidad de comprender las condiciones reales de la acción revolucionaria que ya se manifestó en la oposición de ciertos grupos comunistas a la participación en los sindicatos y a la utilización del parlamentarismo. No se trata de predicar siempre al proletariado los objetivos finales sino de hacer progresar una lucha concreta que es la única que puede conducirlo a luchar por esos objetivos finales.» [12]https://www.marxists.org/espanol/tematica/internacionales/comintern/4-Primeros3-Inter-2-edic.pdf

Con la maduración de la inclinación izquierdista, desinformada y teóricamente aventurera de la dirección de la UJCE, de la que solo estamos viendo pinceladas, era natural que para el aniversario de la II República se replicara la vieja cantinela trotskista ya indicada:

«La táctica frentepopulista aprobada en el VII Congreso de la Internacional Comunista (1935) daría para otra publicación aparte, por lo que, de momento, diremos que no está exenta de problematizarse desde el punto de vista de la práctica comunista como para que pueda ser tomada como argumento de autoridad.» [13]https://www.juventudes.org/critica-a-la-iii-republica-como-via-al-socialismo/

Para finales de julio se expresaría más nítidamente sobre “el paradigma del antifascismo frentepopulista, que intentaba aunar a los sectores oprimidos en torno a un programa estatal-democrático que era contrario al desarrollo revolucionario del proletariado” [14]https://www.juventudes.org/crisis-elecciones-y-fascismo/. Y todavía irían más lejos en las tesis a debate:

«El eurocomunismo […] se ha solido presentar seccionado del desarrollo del comunismo internacional anterior, pues de esa manera se consigue salvar las desviaciones que engendró la experiencia soviética y la Internacional Comunista de lo que sería un delirio posterior y carente de todo vínculo con el credo reformista que ya había sepultado mucho antes la independencia ideológica y organizativa del proletariado. Realmente, el eurocomunismo actualiza las mismas premisas del marxismo economicista de los años 20 y 30.»

No se sorprenda el lector con esta forma de decir que el eurocomunismo conecta, y a la vez no, con la Internacional Comunista. Esta es la producción teórica de la actual dirección de la UJCE. Decir una cosa y añadirle una frase contraria para cubrirse las espaldas. Así procede el oportunismo izquierdista.

En todo el recorrido hasta el congreso, la sintonía ideológica con aspectos del trotskismo dejaría más rastros; también una entrevista al secretario general en la revista de la organización trotskista Corriente Marxista Internacional en septiembre de este año [15]https://www.luchadeclases.org/entrevista-a-alfonso-armesto-secretario-general-de-la-ujce-el-proyecto-del-comunismo-es-el-proyecto-del-proletariado-como-clase-internacional/. Los expertos en no ver conexiones cuando no quieren dirán: “y eso que tendrá que ver. Es solo una entrevista”. Parece ser que ahora las organizaciones políticas hacen entrevistas al azar… Hay quien puede presentarse un día como campeón de la astucia y al otro aparecer como representante directo de la ingenuidad.

Cuando a mediados de noviembre de 2023 publiqué el texto “El rescate del antisovietismo vulgar, a 2023, y la UJCE” [16]https://intervencionycoyuntura.org/el-rescate-del-antisovietismo-vulgar-a-2023-y-la-ujce/, en el sector aludido se desató en Twitter un intento de quitarse de encima rápidamente, de cualquier manera, explicaciones sencillas sobre cosas que eran visibles para todos. Entre otras distorsiones, se me acusaba de haber escrito una crítica muy larga y sobre muchas cosas simplemente, exclusivamente, porque el segundo teórico del MS había recomendado acríticamente un mal texto que distorsionaba a Lenin, y porque el secretario político de la UJCE lo había compartido. Se supone que eso son cosas que pasan. Así como a veces llueve o sale el sol.

En la crítica ya indiqué que me iba a “limitar a un ejemplo muy mundano” de ese rescate del antisovietismo vulgar que crecía, también en la UJCE; en este caso en sintonía con el trotskismo. Como el rescate no era puntual ni salía de la nada ni era una casualidad, dije: “Cuanto más esté uno metido en el ajo, más podrá constatarlo”. Pues bien, si entonces a alguien le faltaba contexto, ahora ya puede nadar en el alioli antisoviético que majaba esta dirección.

Desde fuera, e interesadamente desde dentro, se podía pintar la crítica a aquel ejemplo como una desmesura de mi parte ante una mera anécdota. Pero en realidad, y como ya sabía la militancia, el texto de Draper era la enésima muestra (mundana, pequeña) de que en la dirección de la UJCE se había incubado una nueva línea no leninista y que el secretario general se movía, a la vista de todos desde hace meses, en torno a desviaciones burdas del leninismo. Desarrollar minuciosamente la crítica a Draper servía a un triple objetivo: 1) evidenciar esto último, 2) abortar teóricamente el rescate, en esta u otra circunstancia, de un texto confusionista y 3) recordar aspectos del leninismo y del marxismo soviético que, si su distorsión podía ser propagada, se debía a una falta de dominio teórico.

La línea a la cual la dirección quería dar aire ―dirección de una organización estatutariamente adscrita al marxismo-leninismo― se evidenciaría también en uno de los autores que, de cara al congreso, recomendaba a la militancia como formación: Karl Korsch (1886-1961). Sobre él no daba más detalles que este: “teórico alemán del comunismo de izquierda”. Y ello en el seno de una organización juvenil que obviamente, como tal, no sabe quién es Korsch (cosa que pronto aclaramos) y no domina las obras fundamentales de Lenin, Stalin y la Komintern sobre cuestiones de partido. No entiendo qué terribles miedos hay en reconocer esto con sencillez (a menos que se sea una dirección presuntuosa y confusionista que busca imponerse y ocultar sus vergüenzas; cualidades antagónicas respecto a una dirección comunista). No sé quién nace habiendo estudiado profundamente decenas de textos esenciales de nuestra teoría. Lo único imperdonable es no generar mecanismos para que esto se resuelva.

Gentes ajenas a los entresijos de la organización pensarán que siempre se puede recomendar a un autor; que recomendar a un autor no significa nada. A estas gentes les bastará con conocer un fragmento de las tesis a debate que propuso unos meses más tarde la misma dirección:

«La aniquilación de las aportaciones del comunismo de izquierda, a pesar de las debilidades que las caracterizaban entorno a su concepción de la autoorganización consciente y rechazo a la forma-Partido, lastran de manera fulminante al desarrollo del marxismo revolucionario en Europa. […] [Con el III y IV congresos de la internacional comunista] Kautsky reaparece en vida y toma las riendas de la III Internacional.»

Ya he avisado al lector de que se acostumbre a las afirmaciones contradictorias y confusas. Según esta dirección, que el movimiento comunista descartara las tesis del comunismo de izquierda lastró “de manera fulminante” ni más ni menos que el “desarrollo del marxismo revolucionario en Europa”. Cómo esta contundente afirmación convive con señalar dos de sus múltiples errores, y con declararse leninista, son cosas que corresponden al orden de los misterios sagrados del eclecticismo. Por cierto, como se sabe, los congresos III y IV tuvieron lugar en 1921 y 1922. Kautsky moriría en 1938. Y por supuesto su influencia estaba en el bando socialdemócrata internacional. Pero la dirección actual de la UJCE ni siquiera domina aquello sobre lo que, con total irresponsabilidad emite frases, eso sí, altisonantes, para obnubilar a desinformados.

¿Y quién era Korsch? Korsch se había iniciado antes de la Primera Guerra Mundial en el socialismo fabiano (reformismo inglés opuesto al socialismo científico) y se había radicalizado durante la guerra hasta llegar a posiciones próximas al comunismo al final de la década. Pese a una temporal sintonía con el leninismo, se mantuvo en posiciones ultraizquierdistas y fue expulsado del Partido Comunista de Alemania en 1926. Este año Stalin lo acusa de que “preconiza la necesidad de una ‘nueva revolución’ contra el Poder existente en la URSS” [17]https://www.marxists.org/espanol/stalin/obras/oe1/Stalin%20-%20Obras%20escogidas.pdf. Quien haya leído las tesis a debate de la UJCE encontrará en esto un regustillo familiar. Korsch terminaría derivando en el anarquismo y proclamado el eclecticismo teórico. En 1950, la quinta de sus “Diez tesis sobre el marxismo”, rezaba:

«Marx es hoy sólo uno de los muchos precursores, fundadores y proseguidores del movimiento socialista de la clase obrera. Igualmente importantes son los llamados “socialistas utópicos”, desde Thomas Moro hasta nuestros días. Igualmente importantes son los grandes rivales de Marx como Blanqui o irreductibles adversarios como Proudhon y Bakunin. No menos importantes son, finalmente, desarrollos ulteriores tales como el revisionismo alemán, el sindicalismo francés y el bolchevismo ruso.» [18]https://www.elviejotopo.com/topoexpress/diez-tesis-sobre-el-marxismo/#_ftn1.

José Antonio Egido, en su libro ¡Manos fuera del camarada Antonio Gramsci!, hizo un esclarecedor resumen de las posiciones fundamentales de Korsch en contraste con el gran comunista italiano:

«Karl Korsch es tan alejado de las posiciones de Gramsci que calificó la revolución rusa de “burguesa”, se permitió interrumpir un discurso del V Congreso de la Internacional Comunista (I.C.) en Moscú en 1924 para lanzar la calumnia de “imperialismo soviético” y se alió con su adversario más directo en el seno del PCI, Amadeo Bordiga. Sin embargo, Gramsci fue un ferviente defensor de esta revolución. En una sesión del mencionado V Congreso realizada el 19 de junio de 1924 el secretario de la I.C. Zinoviev mostró su indignación por la publicación en la revista del Partido Comunista Alemán (PCA-KPD) Die Internationale que Korsch dirigía de un artículo que negaba la existencia de superganancias coloniales. Zinoviev acusó a este individuo de no ser marxista. Korsch fue denunciado por la misma I.C. en 1924 por su obra antileninista Marxismo y filosofía.  Por su parte Gramsci fue el continuo defensor de las tesis de Lenin. En el VII Pleno ampliado de la I.C. el 7 de diciembre de 1926 Stalin ataca al líder de los “ultraizquierdistas” de Alemania Korsch por afirmar que la industria que está construyendo la URSS en ese momento es “puramente capitalista”, que el Partido Bolchevique está “kulakizado” y que la IC es “oportunista”. Fue finalmente expulsado del PCA en 1926, se exilió en EEUU donde publicó el artículo contra Lenin “La filosofía de Lenin” y se alejó de manera abierta del marxismo hasta convertirse en un antimarxista furibundo. En 1950 escribe que “todos los intentos de restaurar la totalidad de la teoría marxista en su función de teoría de la revolución social de la clase obrera son ahora utopías reaccionarias”. Nada tiene que ver este renegado con el firme, consecuente y coherente dirigente bolchevique de la clase obrera italiana Gramsci.»

De la desviación teórica de la dirección también devendría un énfasis excesivo en el Estado burgués y un consiguiente encogimiento, también excesivo, de las referencias al capital. Esta descompensación reflejaba el residuo anarquizante de la corriente consejista. En miembros de la CP se abrió también camino la idea contrarrevolucionaria de que la revolución soviética había sido una suerte de revolución deformada, antes incluso de fallecer Lenin, y por supuesto después. ¿Por qué? Por la idea dogmática de que no coincidía con la perspectiva general expresada por Marx y Engels de “una asociación libre e igual de productores” (idea que en realidad correspondía al comunismo avanzado); porque la organización soviética no coincidía con los sueños asamblearios; porque no acabó con la forma mercancía del producto del trabajo humano. Sobre la base de esta ausencia de comprensión del proceso real de construcción del socialismo, se intentaría explicar la posterior destrucción de la URSS. Este fue el género de ideas rebatidas por Domenico Losurdo en un libro profundamente recomendable: Stalin: Historia y crítica de una leyenda negra. [19]Edición de 2011, de El Viejo Topo, P. 132: “Más importante que las diferencias son las analogías que subsisten entre los dos teóricos del marxismo aquí examinados conjuntamente [Trotsky y … Seguir leyendo

En resumen, desde el verano de 2022 la CP estuvo atropelladamente tratando de digerir teoría a salto de mata, y es evidente que logró impulsar el confusionismo y el izquierdismo al interior del CC, y regarlo, con mucho menor arraigo, sobre la militancia. Pasó de picotear en el hoxhaísmo a sumergirse en autores clásicos del marxismo occidental, en refritos académicos contemporáneos y en todo el izquierdismo del MCEE. Ha demostrado también desconocer las conquistas del marxismo soviético. Y ha evidenciado no dominar la obra de Stalin ni de Lenin.

Este es el revoltijo de los campeones del avance ideológico.

Notas

Notas
1 https://mundoobrero.es/2020/04/14/en-el-centenario-del-partido-de-los-cien-ninos/
2 https://www.juventudes.org/por-un-2023-lleno-de-avances-planta-cara/
3 https://youtu.be/jRW2uyDWlhU?si=0v6OkpaMyq6hEUjq
4 Recomendable sesión sobre Pepe Díaz y el frente popular: https://www.youtube.com/watch?v=iv7h51gibUo
5, 13 https://www.juventudes.org/critica-a-la-iii-republica-como-via-al-socialismo/
6 El frente popular, sobre la base del frente único proletario, sobre la base del fortalecimiento de los partidos comunistas: este sistema de correas, con el objetivo de desarrollar la hegemonía obrera, es la esencia de aquella táctica acertada de la Komintern. Hay que estudiarla con suma atención, comprendiendo su lógica. Para ello hay que empezar por la exposición de Dimitrov: https://www.marxists.org/espanol/dimitrov/1935.htm
7 https://www.juventudes.org/la-juventud-comunista-convoca-un-congreso-extraordinario-sobre-estrategia-y-partido-comunista/
8 “Informe sobre el proceso contra los comunistas revolucionarios en la UJCE. Declaración de confesión de un grupo de jóvenes proletarios” https://revolucioncultural.gitlab.io/post/2023-11-03-Informe-expulsion-JCL-JCV/
9 A finales de octubre han dado a conocer su “Propuesta política”. Afirman que “La crisis del sistema capitalista se manifiesta en el proceso de proletarización, que es un proceso de intensificación de la condición proletaria. Supone la pérdida progresiva de control sobre cada vez más ámbitos y aspectos de la vida”. En realidad, nada de esto son manifestaciones de ninguna crisis. El proceso de proletarización estricto (es decir, la conversión de otras clases en asalariados del capital), así como la profundización de la dependencia de la clase obrera respecto al capital o la mercantilización creciente de los valores de uso, son aspectos elementales que recorren toda la historia del desarrollo de las relaciones de producción capitalistas. https://issuu.com/ojs_cat/docs/proposta_politica_comprimit
10 Léanse los apartados VI y VII de Cuestiones del leninismo, 1926, de Stalin (no confundir con Fundamentos del leninismo, 1924): https://archivo.juventudes.org/textos/Iosiv%20Stalin/Cuestiones%20del%20Leninismo.pdf
11 En el minuto 15:00 del siguiente vídeo figura la misma brevísima caracterización que en las tesis a debate de la UJCE sobre la experiencia soviética emanada de la Revolución de Octubre (las asimilaciones son demasiado numerosas; haría falta un artículo entero para recoger todas; y algunas no son de esta fuente exclusivamente, sino del Twitter de quienes participan en estos programas): En resumen: se profundizaba en la perspectiva izquierdista pasada y presente. Con ello, la dirección se iba poniendo en posición de absorber estas desviaciones de cualquier otra fuente. La principal referencia de las actuales tesis a debate de la UJCE sobre la historia del movimiento comunista es un artículo del Comité por la Reconstitución (Línea Proletaria); otra organización izquierdista en la que la actual dirección se ha apoyado a nivel teórico https://www.reconstitucion.net/Documentos/LP_4/Internacional_Comunista.html
12 https://www.marxists.org/espanol/tematica/internacionales/comintern/4-Primeros3-Inter-2-edic.pdf
14 https://www.juventudes.org/crisis-elecciones-y-fascismo/
15 https://www.luchadeclases.org/entrevista-a-alfonso-armesto-secretario-general-de-la-ujce-el-proyecto-del-comunismo-es-el-proyecto-del-proletariado-como-clase-internacional/
16 https://intervencionycoyuntura.org/el-rescate-del-antisovietismo-vulgar-a-2023-y-la-ujce/
17 https://www.marxists.org/espanol/stalin/obras/oe1/Stalin%20-%20Obras%20escogidas.pdf
18 https://www.elviejotopo.com/topoexpress/diez-tesis-sobre-el-marxismo/#_ftn1
19 Edición de 2011, de El Viejo Topo, P. 132: “Más importante que las diferencias son las analogías que subsisten entre los dos teóricos del marxismo aquí examinados conjuntamente [Trotsky y Kautsky]. En ambos discursos la visión mesiánica de la sociedad futura abre un abismo entre la belleza del socialismo y comunismo auténticos, por un lado, y la irremediable mediocridad del presente y lo real, por el otro: se intenta colmar ese abismo recurriendo en el caso de Trotsky a la categoría de traición, y en el caso de Kautsky a la categoría de inmadurez objetiva de Rusia, que acaba inevitablemente provocando la desfiguración y traición de los ideales originarios.” Así resumió Losurdo la limitada y contrarrevolucionaria visión de Trotsky sobre la revolución internacional, p. 63: “Oscurecida la perspectiva de una rápida llegada de la «República soviética internacional», con la consiguiente disolución definitiva de los límites estatales y nacionales, Stalin hacía valer el principio de coexistencia pacífica entre países con diferentes regímenes sociales. Pero este nuevo principio, que era el resultado de un proceso de aprendizaje y que en todo caso garantizaba a la Unión Soviética el derecho a la independencia en un mundo hostil y militarmente más poderoso, era a ojos de Trotsky la traición al internacionalismo proletario; el rechazo de la solidaridad recíproca entre los oprimidos y explotados del mundo como deber inexcusable. Su actividad polémica es incansable, contra la transmutación de la política «internacionalista-revolucionaria» inicial en una política «nacional-conservadora»; contra «la política exterior nacional-pacifista del gobierno soviético»; contra la obligación del principio en base al cuál el único Estado obrero debe hacer en solitario de «líder de la revolución mundial». En cualquier caso, como no es pensable el paso pacífico del capitalismo al socialismo, «un Estado socialista no puede integrarse y desarrollarse (hineinwachsen) pacíficamente en el ámbito del sistema capitalista mundial».”
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