Bustamante

Según Bustamante, «tenemos que apostar por la construcción de Unidas Podemos como el espacio del cambio». ¿Es Unidas Podemos el espacio del cambio?

Hace unos días, la edición digital de Mundo Obrero publicó una entrevista a Miguel Bustamante, secretario del PCA de Sevilla, miembro de la Coordinadora de IU en Andalucía y recientemente nuevo diputado en el Congreso.

En la entrevista, el nuevo representante de la Cámara Baja añade al término «izquierda transformadora» el calificativo de revolucionaria, algo inusual entre los dirigentes del PCE, inclinados a un lenguaje interclasista, como ocurre con esa otra expresión que invariablemente utiliza Alberto Garzón de familias trabajadoras, con la que oculta la clase social que agrupa a los asalariados. En este caso, es de agradecer que Bustamante emplee en la conversación el vocablo «clase trabajadora» desoyendo al Coordinador General de IU. Como lo es también apelar a la necesidad de cambios profundos que superen al capitalismo «que ha generado explotación de trabajadores, desigualdad, destrucción del planeta y doble explotación de las mujeres», y que conduzcan siempre al socialismo.

Al mismo tiempo, Bustamante resalta la necesidad de la derogación de las reformas laborales, la del PP y la del PSOE, algo que ignora el reciente informe del XV Pleno del Comité Central del PCE, que ha dado por buena la reforma laboral de 2010 del PSOE y que sustituye, al mismo tiempo, la derogación de la reforma laboral de 2012 del PP, inserta en el programa del gobierno de coalición, por una nueva reforma laboral para que el país se acomode a las exigencias que impone la Unión Europea para percibir los fondos europeos (NGEU). No es difícil imaginar cuales serán estas imposiciones.

Dicho lo anterior, algunas consideraciones que expone Bustamante en la entrevista, no van en la misma dirección que las que hemos apuntado con anterioridad. Así, por ejemplo, la afirmación categórica de que «tenemos que apostar por la construcción de Unidas Podemos como el espacio del cambio».

La coalición denominada Unidas Podemos es hoy cuestionada por amplios sectores de la militancia, tanto del PCE como de Izquierda Unida. Y no faltan motivos. ¿Puede estimarse que Unidas Podemos sea el espacio del cambio? UP es una coalición electoral en la que Podemos ocupa un lugar preferente, que limita a su vez el ámbito de actuación política de las organizaciones coaligadas, PCE e Izquierda Unida. Numerosos conflictos en el ámbito electoral, institucional y político dan cuenta de esta relación asimétrica que posterga al PCE y a IU, al mismo tiempo que afianza a la cúpula de Podemos en el liderazgo de la coalición.

Podemos es una organización socialdemócrata que en sus Estatutos no cuestiona el modo de producción capitalista y que, al mismo tiempo, defiende la integración de España en la OTAN. Esto la convierte, por tanto, en una organización que no es, utilizando el vocabulario de Bustamante, ni transformadora ni revolucionaria, por lo que es fácil colegir la debilidad de las afirmaciones que citamos del nuevo diputado en el Congreso.

La práctica política de Unidas Podemos confirma, además, lo que decimos. El escudo social no ha funcionado como debiera. Con su presencia en el gobierno de coalición, Unidas Podemos ha sido cómplice de este fracaso. Sin la derogación de la reforma laboral de 2012 del Partido Popular, los trabajadores han seguido y continúan a merced de las decisiones unilaterales que adoptan las empresas en los ERTES y en los ERES, siendo usual el bochornoso espectáculo de decenas de miles de despidos por empresas que obtienen beneficios. El ingreso mínimo vital no llega a la mayoría de las víctimas de la crisis económica y sanitaria. La vigencia de la ley mordaza, pese al compromiso del gobierno de coalición de derogarla, junto a las restricciones en la movilidad de los ciudadanos derivadas de la pandemia, están coadyuvando a una preocupante desmovilización de los trabajadores y de las capas populares. Las casas de apuestas online siguen promocionando la ludopatía entre los más jóvenes media hora antes de cada evento deportivo televisado, y los salones de juego continúan en las calles y barrios de nuestras ciudades. Al mismo tiempo, el gobierno de coalición no toma medidas contra el abuso de las eléctricas interviniendo en sus escandalosos beneficios, ni frena el curso de las privatizaciones en servicios públicos esenciales a la población. Entre tanto, las cúpulas de CCOO y UGT apuestan por un sindicalismo de concertación social o de pacto social, adecuado a los intereses de los patronos, sin que Unidas Podemos las cuestionen, mediante el impulso de un verdadero sindicalismo de clase y combativo.

Miguel Bustamante y Alberto Garzón. Fuente: PCA, 26.02.19
Miguel Bustamante y Alberto Garzón. Fuente: elDiario.es 08.06.21

Tenemos que recordar, por otra parte, que esta confluencia de Unidas Podemos, promovida por la dirección central del PCE, se aparta de nuestra legalidad partidaria y del mandato congresual de manera grave.

El XX Congreso del PCE de diciembre de 2017 determinó que los procesos de confluencia, incluidos los electorales, tenían que llevarse a cabo «en torno a la ruptura con el régimen» de la Transición – página 57, segundo párrafo del Documento Político-, así como que en este proceso de confluencia  «el PCE (debía) ser la fuerza de vanguardia de la Ruptura» –página 16, párrafo 4 del Documento Político- y que «la alternativa (pasaba) por la articulación de un bloque social y popular, de carácter rupturista que sea capaz de organizar un contrapoder al legalmente establecido» –página 17, párrafo 7 del Documento Político.

Tampoco debemos olvidar las decisiones congresuales de que «las bases del proyecto de Estado del PCE para España» son el «Estado Republicano», el «Estado Soberano», así como la «nacionalización de los recursos naturales y los sectores estratégicos de la economía, reestructuración de la deuda y pago únicamente de las obligaciones legítimas del Estado. Protección de la soberanía frente al capital monopolista internacional y la oligarquía nacional», con la «recuperación de la soberanía plena, salida de la OTAN, la UE y el Euro» y el «Estado Federal» con «el reconocimiento de los derechos nacionales, históricos, lingüísticos y culturales de las distintas naciones que componen a día de hoy el Estado Español», incluyendo el «ejercicio del derecho de autodeterminación»-página 19, párrafo 4 del Documento Político.

¿Es la actual Unidas Podemos un espacio para el cambio? ¿Es una confluencia acorde con nuestro mandato congresual? Esta es una cuestión de extraordinaria importancia que no debemos dar por zanjada, como de forma errónea plantea Bustamante, y sobre la que debe responder la militancia en el próximo XXI Congreso del PCE.

En otra controvertida declaración, el diputado Bustamante afirma que el pacto entre las dos candidaturas concurrentes en el reciente Congreso del PCA ha fortalecido tanto a este como al PCE. Una aseveración que no compartimos porque con ese consenso, ha sido la candidatura alternativa que aquel representaba la que ha contribuido a legitimar la candidatura reformista, que encabezaba Ernesto Alba, y que no es ni transformadora ni revolucionaria.

Es perfectamente válido un pacto entre diferentes candidaturas en un proceso congresual que representen distintos puntos de vista acerca de cuál deba ser la línea política del partido, dentro de los límites de este. Ahora bien, no resulta oportuno, ni conveniente, un consenso entre una candidatura habitualmente transgresora del mandato congresual y otra que reivindica, precisamente, el respeto a la legalidad partidaria.

El XXI Congreso del PCE ha sido convocado sin precisar la fecha concreta de su celebración, lo que impide el inicio del debate congresual. Este es el motivo por el que la militancia que discrepa con esta decisión está recogiendo firmas para solicitar a la dirección del PCE que fije ya la fecha de celebración del Congreso y abra el proceso congresual que nos permita, por abajo y hacia arriba, construir una candidatura de reafirmación de un PCE marxista-leninista en la que nos comprometamos a no pactar con  quienes están llevando al Partido a su liquidación.

Miguel Medina Fernández-Aceytuno

Militante del PCE y de IU

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