Por un Congreso legítimo del Partido Comunista de Canarias

La apremiante necesidad de responder a las múltiples demandas de la clase trabajadora y capas populares de nuestro archipiélago, es la razón esencial para esta exigencia de la mayoría de la militancia del PCC.

El Partido Comunista de Canarias (PCC) ha tocado fondo en su crisis ideológica, política y organizativa por la actuación irresponsable y transgresora de los deberes estatutarios del aparato de dirección del Comité Nacional y la consiguiente paralización general del partido.

Ante esta situación, los comités de los núcleos activos de Tenerife y Gran Canaria, se han ofrecido para poner en marcha la convocatoria del XIV Congreso del PCC para reactivarlo eligiendo un nuevo Comité Nacional.

Según el artículo 37 de los Estatutos del PCE, todos los Comités del Partido, incluido por tanto el Comité Nacional del PCC, tienen la obligación de «coordinar y orientar las propuestas del Partido… y a desarrollar y poner en práctica las resoluciones propuestas que mayoritariamente se hayan decidido en los núcleos comunistas y órganos correspondientes a su ámbito y superiores».

También el Comité Nacional del PCC debe cumplir con las funciones encomendadas por los Estatutos en sus artículos 47 y 48, para reactivar así la organización comunista en todo el archipiélago.

El artículo 48 de los Estatutos determina las competencias de los Comités de organizaciones territoriales. Es por tanto de plena aplicación a nuestro territorio. Una de estas competencias hace referencia a «concretar la política general del Partido y sus acuerdos y resoluciones en sus proyectos de convergencia política, el movimiento sindical y los movimientos sociales». Además, también es competente para «aplicar los acuerdos de los órganos de la dirección central teniendo en cuenta las características sociales, políticas y culturales» del territorio. 

Esas serían las bases precisas, por tanto, para dotarnos de una nueva dirección política, un nuevo Comité Nacional cohesionado y elegido por el congreso del PCC.

Sin embargo, el Comité Central del PCE, con el voto en contra de los miembros de la Candidatura Alternativa de Alberto Cubero ha optado, el pasado 21 de enero, por confiar la dirección del proceso congresual del PCC al ya caducado Comité Nacional (artículo 53.4) y en particular a miembros cuyas posiciones políticas reformistas se encuentran en minoría en los dos núcleos citados de la organización frente a las posiciones, en el conjunto del PCC, mayoritariamente más combativas, acordes con los objetivos definidos por los congresos partidarios, de lucha por los fines estratégicos de la revolución democrática y social y de avance hacia el socialismo. A  Enrique Santiago y su grupo parece no importarle ni la militancia ni la clase trabajadora canaria. 

Por otro lado, además de los planteamientos estratégicos generales, es necesario situar también los objetivos políticos específicos para la realidad de Canarias. Tras más de 40 años de políticas neoliberales, sobre todo a partir de Felipe González, y de 31 de los gobiernos en Canarias de las derechas insularistas y sus aliados cambiantes, PSOE o PP, estamos asistiendo, a raíz de la participación en el Gobierno de coalición PSOE-UP y la conformación en Canarias del llamado Gobierno del “Pacto de las flores” en el que se integra Podemos aunque no IUC, a una demostración práctica de cómo, conforme al análisis del XX Congreso del PCE, desaparece la posibilidad de generar desde la calle la disputa del poder real al sistema. Es más se ha dejado la calle a la extrema derecha que se moviliza contra el mencionado Gobierno de coalición y en cuanto al Gobierno de Canarias, se ha dificultado la necesaria respuesta movilizadora frente a su seguidismo de las patronales y su continuismo del modelo económico neoliberal con el mantenimiento de los peores indicadores sociales en el conjunto del Estado.

Dar la batalla política para convertir el anunciado congreso en Congreso legítimo del PCC

Las políticas alternativas solo pueden venir de la ruptura que conlleva la defensa consecuente de los intereses de la clase trabajadora y de las capas populares. Tal cosa se tiene que concretar en un programa de cambio social y político que hay que defender mediante la más amplia lucha de masas. Es la única forma de modificar la actual correlación de fuerzas de un modo tal que haga posible un avance real en el camino hacia la sociedad socialista.

Es precisamente la apremiante necesidad de responder organizadamente a las múltiples demandas de la clase trabajadora y capas populares de nuestro archipiélago la razón esencial que nos asiste a los dos núcleos activos y a la mayoría de militantes del PCC, para no resignarnos a que el PCC siga sometido a la misma situación que nos ha traído hasta aquí y reivindicar con firmeza la urgencia de contar con una nueva dirección en el PCC.

Frente a los Estatutos que consideran que ya el antiguo Comité Nacional está caducado, el acuerdo mayoritario del Comité Central del PCE de que aquél sigue existiendo, contradice de forma clara la legalidad partidaria. Se precisaba, por tanto, la convocatoria del XIV Congreso del PCC contando el Comité Central con los núcleos activos y no la que se ha puesto en marcha, inicialmente a través de miembros del antiguo y caducado Comité Nacional, para el próximo 11 de marzo.

No obstante, como nuestra obligación es reactivar al PCC, como lo mandata el artículo 37 de los Estatutos a todos los Comités del Partido, incluidos, por supuesto, los dos insulares de Tenerife y Gran Canaria, tenemos que dar la batalla política para convertir las imposiciones, ilegales por ser antiestatutarias así como contrarias a la mayoría de la militancia, del anunciado congreso en un Congreso legítimo del PCC que recupere la ética comunista que debe fundamentar las normas y las decisiones de la organización y por tanto está por encima de unas y de otras.

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