¿Cuál es la estrategia del grupo eurocomunista para liquidar Izquierda Unida?

«La entrega de IU a Podemos». Autor: Fernando Francisco Serrano.

La diferencia de objetivos estratégicos es la causa que hace inviable un proceso de convergencia política y organizativa entre IU y Podemos.

En 1986, el grupo eurocomunista del PCE puso en marcha Izquierda Unida como movimiento político-social carente de personalidad jurídica. Poco más tarde, en noviembre de 1992, adopta la forma de partido político inscrito en el correspondiente registro administrativo. Desde hace más de tres décadas, los mismos dirigentes eurocomunistas que se posicionan en la dirección del PCE son, con idénticos nombres y apellidos, los que se ubican en la cúpula de Izquierda Unida. De igual forma que en su día hicieron desaparecer de hecho al PCE introduciéndolo en el armario de Izquierda Unida, ahora quieren repetir la misma operación colocando en el guardarropa de Podemos a Izquierda Unida, incluyendo dentro de ésta al PCE.

Este grupo conforma una comunidad de intereses personales carentes de principios, solo atento a los procesos electorales en los que participa a través del partido interpuesto de Izquierda Unida, ahora Unidas Podemos y mañana con el que sea.

La disolución de facto de Izquierda Unida, que este grupo denomina con eufemismo superar Izquierda Unida, es «una operación que reúne los elementos configuradores de un trueque, negocio jurídico ancestral que los romanos utilizaban en los foros y que el derecho civil moderno retoma con el nombre de permuta y que consiste en un contrato por el cual cada uno de los contratantes se obliga a dar una cosa para recibir otra: te entregamos Izquierda Unida con el PCE dentro para que las hibernes a cambio de un porcentaje cierto en puestos de salida garantizados en listas electorales de Podemos para los procesos electorales venideros[i]

Pero, a juzgar por los resultados electorales de los últimos comicios autonómicos en Galicia, donde En Común es ahora una coalición extraparlamentaria, en el País Vasco con una pérdida del 50% de diputados autonómicos, y en Cataluña donde la marca UP, a través de En Comú Podem, se ha dejado atrás 130.000 votos, el proyecto de estos eurocomunistas por desmantelar Izquierda Unida y promover la transferencia de su afiliación a Podemos o a un nuevo partido socialdemócrata, está condenado al fracaso político y electoral. Solo unos cuantos bien situados en la cúpula del grupo podrían revalidar los puestos de representación institucional. El resto lo tendrá muy difícil.

Cuando denunciamos el proceso actual de liquidación de Izquierda Unida no lo hacemos mediante elucubraciones más o menos fundadas. No son suposiciones, sino afirmaciones que vienen realizando los propios promotores de este proceso liquidacionista.

Así, en el documento final de la Conferencia Política del PCE, celebrada a principios del mes de octubre pasado y aprobado por una pírrica mayoría reformista con toda clase de triquiñuelas, podemos leer: «Esto conlleva la necesidad de construir un nuevo instrumento político que, recogiendo a la actual militancia y experiencias de IU, la supere de una manera dialéctica y no burocrática». Más adelante indica: «Hemos de partir de la premisa de que actualmente Izquierda Unida no está disuelta ni superada, pues no se ha construido aún el nuevo sujeto político al que pretendemos avanzar.» Más clarificador resulta la aseveración de que «IU debe seguir avanzando en la construcción de un Movimiento Político y Social, para lo que es necesario continuar desmontando la IU conformada en la práctica como partido político...».

Garzon e Iglesias
Garzón e Iglesias. Foto: El Confidencial  15.10.20

El proceso de liquidación de Izquierda Unida por los eurocomunistas se desarrolla en tres fases. La  primera, prácticamente consumada, ha consistido en el desmantelamiento mediático de esta organización.

Tanto en las elecciones generales de abril de 2019 como en las de noviembre siguiente, la coalición electoral de IU con Podemos muestra en el emblema de la papeleta de voto, en condiciones de desigualdad, la presencia de una y otra organización política. Podemos ocupa 2/3 y el resto, es decir 1/3,  Izquierda Unida. En el nuevo logotipo de la coalición de estos dos partidos políticos desaparece por completo «Izquierda Unida» y en su lugar se registra el nombre de «Unidas Podemos». El color morado, que es santo y seña de Podemos, lo abarca casi por completo, con una leve pincelada verde.

La coalición fue registrada el 15 de marzo de 2019 como Unidos Podemos. La modificación de género gramatical respecto a la inicial coalición Unidos Podemos se ha atribuido a un reconocimiento a la lucha del movimiento feminista. Equo abandonó la alianza en septiembre de ese mismo año y Podemos e Izquierda Unida volvieron a presentarse con el nombre de Unidas Podemos en las siguientes elecciones generales de 10 de noviembre de 2019.

IU desaparece del logotipo
IU desaparece del logotipo. Foto: Europa Press 25.11.2019

La desaparición de Izquierda Unida en el logotipo de la coalición se ha traducido en el desmantelamiento mediático de la organización. En los medios de prensa y en los canales de televisión la coalición se designa con el vocablo Podemos o con el de Unidas Podemos. Nadie habla ya de Izquierda Unida. Está desaparecida.

La segunda fase consiste en el desmantelamiento orgánico de Izquierda Unida y su sustitución por formas organizativas del espacio político de la coalición de Unidas Podemos. Este mismo documento final de la Conferencia Política del PCE señala, por ejemplo, que: «... el PCE tiene dos tareas inmediatas: impulsar y facilitar los espacios de encuentro entre diferentes partidos, movimientos y personas a título individual; y participar activamente en la elaboración de cómo debe ser ese nuevo instrumento político que represente la unidad popular, definir cómo deben ser sus instrumentos de coordinación y participación.» El PCE, añade, mantiene la apuesta por «un proyecto de convergencia política que se dote de… normas permanentes de funcionamiento», así como que «las organizaciones de base de Podemos, IU, PCE y de otros posibles aliados estén dispuestas a realizar un proceso de encuentro y coordinación del trabajo por la base, creando espacios de trabajo y resolución de conflictos conjuntos

Esta propuesta organizativa, que sustituye los cauces organizativos propios de Izquierda Unida reglados en sus Estatutos, debe contemplar, indica el documento del PCE, «la generación de unas mínimas estructuras de coordinación territorial».

La finalidad de esta segunda fase es lograr el traspaso paulatino de la afiliación de Izquierda Unida a ese nuevo espacio organizado de Unidas Podemos que aún no cuenta con la personalidad jurídica propia de un partido político; que la afiliación de IU abandone sus cauces orgánicos estatutarios y los sustituya por otros diferentes que garanticen el desmantelamiento de Izquierda Unida.

Los eurocomunistas encuentran muchas dificultades en esta segunda fase, dada la resistencia de la afiliación de IU a converger en la práctica con afiliados de Podemos, muchos de los cuales se han inscrito en esta organización reformista con cara de concejales, de diputados autonómicos e incluso de congresistas.

La tercera fase apunta a la imperiosa necesidad de dar cobertura legal al nuevo espacio político que se pretende organizar y que define la anterior etapa.

La Constitución del 78 establece en el artículo 6 que son los partidos políticos los que concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular, siendo instrumentos fundamentales para la participación política. A los diferentes procesos electorales solo pueden concurrir los partidos políticos por sí o en coalición. La excepción a esta regla, constituida por las llamadas agrupaciones electorales, es una alternativa completamente inviable para dar cobertura jurídica a un movimiento político-social que en su interior acoge a diferentes partidos políticos, dado que aquéllas no pueden constituir coaliciones con estos.

Por consiguiente, la propuesta eurocomunista de organizar el espacio político de Unidas Podemos conduce de forma inevitable, bien a la creación de un nuevo partido político, bien a la absorción de la militancia de Izquierda Unida en Podemos. No existe ninguna posibilidad de participación electoral para un  movimiento político-social que no sea mediante la cobertura jurídica de un partido político o de una coalición de partidos políticos. Fue este el motivo por el cual la Izquierda Unida de 1986 tuvo que inscribirse como partido político en noviembre de 1992.

La liquidación de Izquierda Unida, por tanto, conduce al traspaso de su militancia a Podemos o a un nuevo partido político.

García Rubio y Cayo Lara
García Rubio y Cayo Lara. Foto: Eldiario.es 25.01.21

Lleva toda la razón José García Rubio, promotor de la candidatura «La Izquierda Necesaria» para la XII Asamblea de Izquierda Unida, cuando afirma que «la diferencia de objetivos estratégicos es la causa que hace inviable un proceso de convergencia política y organizativa» entre IU y Podemos, porque «hacer converger estratégicamente dos organizaciones que no tienen los mismos objetivos de modelo de sociedad es, en el mejor de los casos, ilusorio». Podemos, señala, «rechaza la contradicción de clase como fundamental y sostiene los antagonismos entre identidades variables».

De ahí que el texto justificativo de su candidatura, que cuenta con amplio apoyo en la militancia de IU, constate que: «no existen condiciones para un proceso de convergencia o confluencia organizativa con Podemos u otra fuerza». La construcción de un movimiento político y social no es una mera coordinadora de activistas. El proyecto que se vincula a esta idea, sostiene García Rubio, «conlleva la desaparición política de IU» sin que tal cosa imponga necesariamente la extinción jurídica de IU. Y añade: «Izquierda Unida es la única fuerza institucional y de lucha social que defiende un programa de alternativa y superación del sistema capitalista. . . la desaparición política de IU significa la desaparición de esta alternativa y abocaría a un proceso de difícil reconstrucción. . . hay que rechazar que bajo el paraguas de unidad popular se encubra un proceso de fusión organizativa con Podemos».

Miguel Medina Fernández-Aceytuno

Elegido por la Asamblea Local de Motril como delegado para la Asamblea Provincial de Granada y para la Asamblea Andaluza de Izquierda Unida.

Fuentes:

Ilustración: «La entrega de IU a Podemos». Autor: Fernando Francisco Serrano.

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