La nueva transformación ideológica de IU (y 2)

Esta entrada es la parte 2 de 2 en la serie La nueva transformación ideológica de IU

En el artículo anterior analizamos a la «comunidad» como nuevo destinatario social de la acción política. Las técnicas de dinámica de grupo concretan después la metodología de la Guía de Comunidad.

Tras la teoría, la practica

Algunos de los aspectos y recomendaciones existentes en las técnicas de dinámica de grupos son de sentido común y, de hecho, se practican en mayor o menor medida en nuestras reuniones (por ejemplo, la existencia de un orden del día). Pero hay que tener en cuenta que cualquier experto en dinámica de grupos sabe que el fondo de la aplicación de esas técnicas sólo tiene interés y cierta eficacia en determinados tipos de grupos. Su objetivo principal es estimular la participación, la implicación y mejorar las relaciones entre las personas del grupo. De ahí que se utilicen fundamentalmente en procesos para llegar a acuerdos internos desde posiciones no contradictorias y en ámbitos escolares, boy scouts, actividades religiosas, etc.

Por el contrario, el tipo de actividad de grupo propia de una formación política es el de una intervención pública de carácter político o social externa al grupo y confrontada con la realidad exterior para su transformación, en la que lo fundamental es el acierto en la decisión tomada (aunque una mejor participación también sea deseable).

Por ello, no hay ninguna experiencia significativa en grupo político, sindical o movimiento social con esas técnicas como método de obtención de acuerdos para la acción. Ni siquiera el DAFO, una de las propuestas apuntadas, que es principalmente una técnica de análisis (más que de dinámica de grupo) de la situación de una empresa frente a su competencia, bien para la introducción de un nuevo producto en el mercado, bien para conocer la percepción que de ella tienen los clientes, u otras circunstancias de mercado. 

Tanto es así, que los propios redactores del documento que se nos presenta proponen en sus cinco páginas un Catálogo de Actividades con un conjunto de ejemplos (biblioteca humana, club de lectura, ruta de senderismo, cine fórum, despensa solidaria, vermut literario, exposición, comida, aula de apoyo y torneo deportivo) claramente alejados de las actividades que constituyen el objetivo básico de IU y de cualquier sindicato de clase o movimiento social organizado.

Frente a democracia, ratificación

Por otro lado, si se examinan con detalle los procedimientos propuestos en relación con cada una de las técnicas de dinámica de grupo expuestas, hay un grave problema democrático: requieren un objetivo predeterminado de antemano a la constitución del grupo, un dinamizador y liderazgo predefinidos. Esto plantea severos problemas de democracia interna en lo formal.  Pero, sobre todo, plantea una metodología que no ha probado su valor científico. Frente a la dialéctica tesis, antítesis y síntesis superadora, el proceso real en estas dinámicas de grupo es el de tesis, antítesis y «retesis» (que reconduce al planteamiento inicial propuesto por el organizador/dinamizador del grupo, con algún desarrollo en el mejor de los casos).

Finamente, para ejemplificar con la mayor claridad todo lo que hemos querido trasmitir: la realización de una asamblea en una empresa para discutir la convocatoria de una huelga no requeriría de ninguna de las técnicas de dinámica de grupo propuestas y sería un fracaso si así se hiciera. 

Hay alternativa

Es cierta y preocupante la escasa participación de afiliación y simpatizantes en la actividad de las Agrupaciones de Izquierda Unida. Incluso la participación en las consultas que se han realizado en los últimos años es manifiestamente mejorable.

Superar esa situación debe ser una preocupación urgente de toda la militancia de IU, pero sobre todo de su Dirección.

"Escultura de Alberto Sánchez para el Pabellón de la República Española en la Exposición Universal de Paris de 1937"
«Escultura de Alberto Sánchez para el Pabellón de la República Española en la Exposición Universal de Paris de 1937»

Antes me he referido a que no hay Política sin organización. Pero creo también que no hay Política sin ideología, sin programa y sin información explicativa de la realidad (presentada de tal forma que facilite la adopción de acuerdos que avancen su transformación y no como corta y pega de titulares de prensa). 

Por tanto, creo imprescindible organizar un amplio debate de abajo hacia arriba, primero, y después, con la síntesis real de sus resultados, un debate de arriba hacia abajo que aplique medidas concretas para estudiar las causas de la desafección participativa en nuestras organizaciones.

La gran cuestión es que nuestro trabajo de grupo no es una actividad de ocio sino una actividad que debe resultar útil para la práctica política de cada uno de los afiliados, afiliadas y simpatizantes que participa en las reuniones.  Es decir, debe ayudar a su trabajo en el sindicato, en la asociación de vecinos, en la asociación feminista o el movimiento social en el que participe; incluso en sus debates con compañeros, amigos, vecinos y familiares, y también en su actividad profesional o intelectual. Nadie pierde 3 o 4 horas de su tiempo en una reunión si no obtiene un resultado útil en la misma.

Y para ese resultado útil hay requisitos que son bien conocidos y que se han abandonado.  Basar los informes en una información explicativa y valorada de la realidad, que debe apoyarse en procedimientos de transmisión con calidad y no de mero resumen de información de medios de prensa que ya incluyen el sesgo y la valoración propias de sus líneas editoriales. 

Resultado útil que exige también que la síntesis de acuerdos de la reunión incluya la superación de las diferencias y contradicciones habidas. Una síntesis superadora que no rechaza sistemáticamente, como en un Parlamento, las posiciones divergentes o minoritarias, sino que las integra.

Resultado útil que exige que los temas de debate sean también los relativos a acciones y perspectivas de futuro, de forma que la política se haga entre todos y no se reduzca a la ratificación de lo hecho.

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