Parte de la dirección actual del PCE sigue exigiendo la convocatoria de un Congreso Extraordinario

Estima que los Estatutos del PCE en vigor son los del XX Congreso (2017), ya que en el XXI no terminaron de discutirse todas las enmiendas ni la redacción definitiva de unos nuevos.

La segunda reunión del Comité Central recién constituido tras la realización del XXI Congreso del PCE en julio pasado siguió manteniendo las mismas líneas de desencuentro entre la mayoría mínima de Enrique Santiago y los críticos que durante el proceso congresual se articularon en torno a Alberto Cubero. Entre las intervenciones realizadas el pasado 24 de septiembre, el propio Alberto Cubero, que obtuvo el  apoyo del 46% de las delegaciones congresuales, volvió a denunciar que la situación en el PCE se encuentra encallada. El XXI Congreso no concluyó su trabajo, señaló, y al ser el único autorizado en aprobar los Estatutos, una competencia indelegable, interpretamos que los estatutos en vigor son los del XX Congreso. A partir de aquí, apunta Cubero, consideramos que solo un proceso congresual puede aprobar los Estatutos y el Documento Organizativo, y por lo tanto, para actualizar esos textos la manera de hacerlo es la convocatoria de un Congreso Extraordinario y de esta forma concluir el Documento Organizativo y los Estatutos. De otro modo, mientras no se subsane esta situación de quiebra interna, en base al diálogo y la síntesis de posturas políticas y organizativas, buena parte de la dirección del PCE de este Comité Central tendrá que permanecer sin poder votar las propuestas de acuerdo que sigue presentando por su cuenta la dirección mínima de Enrique Santiago.

Alberto Cubero fijó como prudente un plazo en torno a un año para la convocatoria del Congreso Extraordinario, recordando que no sólo existe un problema procedimental, sino también el de la ruptura de los consensos iniciales que hubo en torno a la modificación de ambos documentos.  Añadió, además,  que tan solo hubo un documento de Estatutos y Organizativo en el XXI Congreso, donde se partía de un acuerdo que se alteró de manera unilateral e introdujo modificaciones de enorme gravedad que rompieron las confianzas. Considera Cubero que la convocatoria del Congreso Extraordinario debería lanzarse desde el consenso inicial, y garantizarlo durante su trámite hasta la conclusión y aprobación definitiva de la actualización de los Estatutos y el Documento Organizativo. Un Congreso Extraordinario que debe ser el culmen de un proceso de normalización política del Partido.

Finalmente manifestó su conformidad a la propuesta del grupo reformista en la configuración de una dirección en el PCE en torno al porcentaje emanado (54%/46%) en el último Congreso. ¿Cumplirán los reformistas este compromiso?

Esta última reunión del Comité Central constituye, seguramente, un paso más en la senda de un proceso de debate y confrontación entre los posicionamientos políticos del grupo reformista y los de la militancia comunista que se viene desarrollando desde antes incluso del fallido XXI Congreso.

Un Comité Central actual con una diferencia cuantitativa mínima entre mayoría y minoría, pero que en el aspecto cualitativo expresa, sin embargo, un importante desacuerdo político acorde con lo que separa las posiciones de la socialdemocracia de los postulados que defiende la militancia comunista.

Hay que destacar, por otra parte, que la militancia agrupada durante el último proceso congresual bajo el liderazgo de Alberto Cubero en el Comité Central, ha llevado a cabo una renuncia al voto en los temas a debate en las dos únicas reuniones habidas del máximo órgano del Partido entre congresos. Una renuncia, que no es abstención en la votación, y que se ha vuelto a justificar, entre otros motivos, por la falta de interlocución previa con la actual dirección del PCE para debatir sobre el conjunto de las diferencias que le separa de las posiciones reformistas, tanto en términos políticos como organizativos y estatutarios.

Así, en la reunión del 24 de septiembre se aprobó por mayoría el acta de la sesión anterior del Comité Central del 23 de julio último –impugnada por muchos militantes- pero con un “no voto activo” de la militancia comunista que agrupa Alberto Cubero. De igual forma ocurrió con la ratificación de los Estatutos, aprobados por el grupo reformista y con la oposición mediante el no voto de los componentes de la candidatura de Cubero que estiman que los Estatutos vigentes son los del XX Congreso, dado que solo el congreso de la organización y no su comité central puede decidir su modificación.

Finalmente, el desencuentro entre reformistas y comunistas se produjo de igual forma respecto al criterio de los primeros por imponer censura previa al texto de los discursos que se expondrían en la próxima fiesta del PCE de este fin de semana por la representación de las áreas de Juventudes y de Mujer.

A la sesión de este Comité Central asistieron 95 miembros. Todas las votaciones obtuvieron un mismo resultado: 53 votos a favor y 42 miembros del Comité Central que se negaron a votar por estimar que las diferentes propuestas que se sometieron a escrutinio eran contrarias a derecho. Entre los que rechazaron votar destacan entre otros Álvaro Aguilera, secretario general del PCM, Roser Maestro, diputada del Congreso, Javier Parra, secretario general del PCPV, además de Alberto Cubero, secretario general del PC de Aragón.

La petición de la convocatoria de un Congreso Extraordinario es compartida hoy por numerosa militancia que califica como fallido este proceso congresual por las innumerables irregularidades cometidas durante el mismo por el grupo reformista.

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