SUMAR a la OTAN
SUMAR invoca de manera repetida en su programa una vocación pacifista. ¿No hubiera sido coherente con esta voluntad en favor de la paz reclamar el cumplimiento de los acuerdos aprobados en el Referéndum de 1986, como paso previo a la salida de España de la OTAN?
En el programa político de SUMAR el término OTAN aparece en una sola ocasión. Muestra así el deseo de no dar significación a una posición que con claridad muestra apoyo a esta organización militar internacional al servicio del imperialismo. Cómo si no fuera esencial para la soberanía de este país y su contribución a la paz mundial salir de esta entidad belicista.
En concreto, el programa señala: «Promoveremos el desplazamiento progresivo de las garantías de seguridad de la OTAN hacia una autonomía estratégica integral al servicio de la ciudadanía europea y no de la industria armamentística, un espacio europeo de seguridad sujeto a control democrático, que desarrolle las garantías derivadas del artículo 42.7 del Tratado de la Unión Europea e incluya entre sus objetivos prioritarios el respeto a los derechos humanos, así como el bienestar social y medioambiental de los países europeos y sus áreas de vecindad.» En el texto transcrito, queda claro el apoyo de Sumar a la OTAN,aunque con las matizaciones que se incluyen en el mismo. [1]artículo 42.7 del Tratado de la Unión Europea: «Si un Estado miembro es objeto de una agresión armada en su territorio, los demás Estados miembros le deberán ayuda y asistencia con todos los … Seguir leyendo
SUMAR, además de mostrar su inequívoca posición a favor de la OTAN, -y a la UE- [2]«La Unión Europea es un socio único e imprescindible para la OTAN. Los aliados de la OTAN y los miembros de la UE comparten los mismos valores. La OTAN y la UE … Seguir leyendo, ignora el resultado del referéndum que en España tuvo lugar el 12 de marzo de 1986. Ganó el SÍ con el 56,85% de los votos válidos a favor de permanecer en la OTAN y el 43,15% en contra, con una participación del 59,4%. El NO triunfó en cuatro comunidades: Cataluña, País Vasco, Navarra y Canarias. Durante la campaña del referéndum, Felipe González amenazó con dimitir para obligar a sus votantes a que apoyaran la permanencia en la OTAN con estas palabras: «El que quiera votar que no, que piense antes qué fuerza política gestionará ese voto».
La continuidad en esta organización quedaba condicionada, no obstante, a que España no se incorporaría a su estructura militar, se prohibiría instalar, almacenar o introducir armas nucleares y se reduciría la presencia militar norteamericana en España.
Estos compromisos fueron transgredidos por los distintos gobiernos del PSOE y del PP posteriores a 1986. En 1997, durante el mandato de Aznar, España se incorpora a la estructura militar integrada de la OTAN.
El segundo mandato fue enmendado, introduciéndose una cláusula por la que EEUU puede instalar, almacenar o introducir armas nucleares en territorio español, previa autorización del Gobierno de España. El propio Felipe González en 1988 dos años después del referéndum, firmó un Convenio de Cooperación con el Reino Unido, país que cuenta con armas nucleares, en el que se pactó que «ambos Gobiernos otorgarán las autorizaciones reguladas en el presente Anexo sin solicitar información sobre el tipo de armas a bordo de los buques». Además, los barcos «estarán exentos de inspecciones, incluidas las de aduanas y sanidad», tal y como recogen los investigadores del Delàs.
La tercera obligación también ha sido rechazada, debido a la repetida ampliación de los acuerdos con EEUU en la última década, que han permitido cuadriplicar el número de militares americanos en España. En junio del pasado año, Sánchez y Biden pactaron aumentar la presencia militar de EEUU en nuestro territorio con dos buques destructores más y 600 nuevos miembros de sus fuerzas armadas, en el marco del llamado escudo antimisiles.
SUMAR invoca de manera repetida en su programa vocación pacifista [3]páginas 130, 137, 138, 139, 141, 142 y 148. ¿No hubiera sido coherente con esta voluntad en favor de la paz reclamar el cumplimiento de los acuerdos aprobados en el Referéndum de 1986, como paso previo a la salida de España de la OTAN?
Ese espíritu pacifista queda en entredicho, además, por la posición de SUMAR en la guerra de Ucrania, cuando en su programa indica: «Continuaremos con la solidaridad integral con Ucrania y fortaleceremos la vía diplomática para lograr, cuando las circunstancias lo permitan, una paz justa y duradera alineada con las aspiraciones del pueblo ucraniano y con las resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas.» Esa solidaridad integral con el régimen dictatorial de Zelenski incluye el apoyo al envío de armas y secundar, al mismo tiempo, la aprobación de presupuestos de guerra en nuestro país en detrimento del gasto social y en perjuicio de los intereses de la mayoría social en tiempos, además, de crisis económica. Yolanda Díaz ha expuesto repetidas veces su solidaridad con el ejecutivo de enviar armas a Ucrania y ovacionó a Zelenski en el hemiciclo, mientras Enrique Santiago se mantuvo en pie en señal de respeto, sin aplaudir. Fuera del Congreso de los Diputados quedaron los militantes del PCE, Bustamante y Roser, que sostuvieron una postura contraria al homenaje que brindaron los diputados al dictador ucraniano.
Entre el 24 de enero de 2022 y el 24 de febrero de 2023 la ayuda militar ascendió a 320 millones de euros, la financiera fue de 350 millones, y la humanitaria de 50 millones. España ha enviado 700.000 cartuchos de fusil y ametralladora, 1.370 lanzagranadas, cuatro lanzadores de misiles Hawk del Ejército de Tierra y el sistema antiaéreo de misiles Aspide del Ejército del Aire y del Espacio. También se han destinado a Zelenski 77.000 equipos de invierno, 2.000 toneladas de combustible diésel, 5.000 cascos de protección antibalas, 1.500 chaquetones de invierno, 1.764 chalecos antibalas, 1.300 batas, 800 trajes y detectores NBQ y un centro de control desplegable para la ciberdefensa. En el apartado de vehículos de todo tipo, España ha aportado 20 blindados conocidos como Transporte Oruga Acorazados (TOA), ocho obuses remolcados, cuatro ambulancias ligeras, una blindada, 10 vehículos ligeros y otra decena de pesados. En trámite se encuentra la entrega de 10 tanques Leopard 2 A4. A lo anterior hay que sumar un número indeterminado de munición para artillería y carros de 105 y 155 milímetros, misiles antiaéreos Mistral y misiles antibuque.
Señala Juan Carlos Roig del grupo Tortuga que: «durante el tiempo en el que el Gobierno ha estado en funciones se ha aprobado la friolera de 4.340,42 millones de euros de nuevo gasto militar. Un importe que, por hacernos una idea, es superior a la suma de presupuestos aprobados de los ministerios de Agricultura, Cultura, Igualdad, Política territorial, Universidades, Presidencia y Consumo juntos.»
Además del apoyo material a la guerra en Ucrania, se ha instruido a más de 850 civiles ucranianos para su incorporación al ejército de Zelenski. Asimismo, el gobierno ha contribuido con 47,91 millones de euros al fondo del Grupo Banco Mundial para mantener la capacidad administrativa y los servicios esenciales en Ucrania, y con 282 millones al irónico Fondo Europeo de la Paz.
¿No sería más sensato y coherente con una política de paz y negociación que ponga término a la guerra de Ucrania, un conflicto bélico que provoca muerte, desolación, destrucción, crisis económica y peligro de guerra nuclear, abogar desde la plataforma SUMAR por el rechazo al envío de armas y a los presupuestos de guerra, promoviendo un alto el fuego y la apertura de negociaciones entre las partes implicadas?
Notas
⇧1 | artículo 42.7 del Tratado de la Unión Europea: «Si un Estado miembro es objeto de una agresión armada en su territorio, los demás Estados miembros le deberán ayuda y asistencia con todos los medios a su alcance, de conformidad con el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas. Ello se entiende sin perjuicio del carácter específico de la política de seguridad y defensa de determinados Estados miembros. Los compromisos y la cooperación en este ámbito seguirán ajustándose a los compromisos adquiridos en el marco de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, que seguirá siendo, para los Estados miembros que forman parte de la misma, el fundamento de su defensa colectiva y el organismo de ejecución de ésta.» |
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⇧2 | «La Unión Europea es un socio único e imprescindible para la OTAN. Los aliados de la OTAN y los miembros de la UE comparten los mismos valores. La OTAN y la UE desempeñan funciones complementarias, congruentes y que se refuerzan mutuamente… Sobre la base de nuestra larga cooperación, mejoraremos la asociación estratégica entre la OTAN y la UE… como la movilidad militar… Las iniciativas para aumentar el gasto en defensa, desarrollar estrategias coherentes y reforzar mutuamente las capacidades, al tiempo que se evitan duplicaciones innecesarias, son clave para nuestros esfuerzos por hacer más segura la zona euroatlántica.» |
⇧3 | páginas 130, 137, 138, 139, 141, 142 y 148 |