Extender la OTAN a Ucrania: un viejo plan de EE.UU.

La edición francesa de abril del Monde diplomatique reproduce, bajo el título “Ocasión perdida”, las declaraciones realizadas el pasado 22 de marzo por Maurice Gourdault-Montagne, consejero diplomático de quien fuera presidente francés, Jacques Chirac, a la emisora de radio Europe 1, en las que detalla cómo los dirigentes estadounidenses hicieron fracasar una propuesta francesa de 2006 que garantizaba la neutralidad de Ucrania.

“Jacques Chirac me envió a Moscú (…) a verme con el consejero diplomático del presidente ruso, que se llamaba Serguei Prikhodko. Le presenté un esbozo de plan (…): una protección cruzada de Ucrania, por Rusia, de un lado, y la OTAN, de otro. La gestionaría el Consejo OTAN-Rusia que se había creado a comienzos de los años 2000. Era una manera de neutralizar [a Ucrania], a la vez que de protegerla en su integridad territorial y en su soberanía. El presidente Chirac consideraba que ya había seis países neutrales en la Unión Europea: Austria, Finlandia, Irlanda, Malta, Chipre y Suecia. Por consiguiente, la posición de neutralidad en Europa no constituye ninguna aberración. Todo lo contrario. Mi colega ruso me (…) dijo: ‘Es interesante para nosotros, porque nos soluciona la cuestión de Crimea’. La flota [rusa] de Sebastopol seguiría donde estaba, y Crimea se mantendría ucraniana.  ̶  ‘¿Has hablado de ello con los americanos?  ̶  Todavía no, le dije, antes quería sondearos…’

Enseguida fui a ver a los americanos. En Washington me entrevisté con la secretaria de Estado de entonces, Condoleezza Rice, sabiendo de, digamos, su dureza, pero confiando en su lucidez. Contrariamente a lo que esperaba, me dijo (…): ‘Ya estamos otra  vez con los franceses: nos bloqueasteis durante un tiempo la primera ola de adhesiones de países de Europa central a la OTAN, no vais a bloquear la segunda’. Ahí comprendimos que la intención americana era integrar a Ucrania en la OTAN”.

Esta es la cara del problema que ahora ocultan los dirigentes europeos, sumisos al dictado de Washington, aunque vaya en perjuicio de sus pueblos. La unánime parcialidad de las corporaciones mediáticas occidentales y la enloquecida rusofobia que promueven sirven de coartada a los planes  imperialistas de EE.UU. El testimonio del alto diplomático francés añade una prueba más de que estos planes, que ahora silencia el relato dominante en los medios, no se han improvisado en los últimos meses. No hay propósito de paz sincero y coherente sin una comprensión global del actual conflicto: sin ocultar ni eludir ninguno de sus factores. Lo contrario es propaganda e hipocresía y alimenta la guerra.

Fuente: Le Monde diplomatique, nº 817, abril 2022.

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