Oligarcas hay en muchos lugares

Esta entrada es la parte 1 de 2 en la serie Los oligarcas y la guerra de Ucrania

El patrocinador del simpático presidente Volodímir Zelenski, es el oligarca ucraniano Igor Kolomoiski. Según los Pandora Papers, el mandatario ucraniano dispone de una vasta fortuna en acciones y participaciones en sociedades radicadas en  las Islas Vírgenes,  que curiosamente transfirió en 2019 a uno de sus asesores políticos.

La manipulación informativa por parte de quienes controlan los medios de comunicación  es una constante de todas las épocas, que se hace más patente durante la exasperación de los conflictos.

En el momento que estamos viviendo, alcanza niveles insoportables. Todo vale para denigrar al enemigo, para crear adhesiones a los objetivos que se presentan como propios y odio a los adversos. Se utilizan múltiples mecanismos, no solo los engaños más descarados, también  las medias verdades, la desinformación, buscando crear un “nosotros” adornado de todo tipo  de bondades y buenos propósitos, frente a un ellos demoníaco, grotesco, subhumano.

La propaganda del bloque en el que estamos incardinados, el occidental, el del “mundo libre”, machaca desde los más diversos ángulos, en el que se mezcla lo grotesco  y la sofisticada prestidigitación.

Por ejemplo, llama poderosamente la atención que se presenta una Rusia aún infectada por el pecado original del comunismo, bárbara, con rasgos asiáticos,  donde planea la sombra de Stalin, frente a una Ucrania occidental, democrática, europea, llena de ciudadanos rubios y filantrópicos, que aspiran a organizar un régimen pletórico de bondades.

La presentación antagónica de ambos países obvia, oculta, su tronco común, su mismo origen étnico, lingüístico,  histórico, la extensísima etapa de organización política compartida, la historia plena de vinculación entre ambos pueblos, no solo a lo largo de numerosos siglos, sino en los últimos cien años.

Ambos pertenecían al mismo Estado, sufrieron bajo la dominación zarista, en los dos se llevó a cabo la revolución bolchevique y protagonizaron los mismos avatares en el régimen soviético. En la época de Stalin, sufrieron los efectos de la segunda guerra mundial y la invasión nazi.  Muchos de los gobernantes de la Unión Soviética eran de origen ucraniano, incluso algunos de sus más reputados deportistas, como por ejemplo, el gran pertiguista Serguéi Bubka, entre otros muchos. Indudablemente, los vicios y virtudes de origen se repartían con bastante equilibrio entre ambos países, también al producirse la implosión de aquella Unión, y alcanzar Ucrania su independencia.

Ahora que parece que solo hay oligarcas en Rusia, se olvida que el patrimonio colectivo de la antigua URSS se repartió de manera muy equitativa entre las élites rusas, ucranianas, y todas  las que con independencia de su origen nacional, tenían a mano saquear los bienes públicos, acumulando unas minorías las ingentes fortunas que impúdicamente les han permitido colocarse a la cabeza de un brutal capitalismo.

En efecto,  junto a los Abramóvich, Berezovsky, Smolensky, Usmánov… rusos, en Ucrania aprovecharon la privatización de los bienes comunes los Kolomoisky, Bogolyubov, Lazarenko… entre otros.

Por ejemplo, el patrocinador del simpático presidente Volodímir Zelenski, es el oligarca ucraniano Igor Kolomoiski. El primero es un actor que guarda un notable parecido con Dustin Hoffman, al que parece imitar en alguno de sus semblantes y gestos, como el norteamericano de la película Rain Man (1988), representando a un autista, en una imagen de desvalimiento que sin duda  granjea adhesiones y simpatías, parecido que se llena de la brumosa verosimilitud que le aporta el hecho de que los padres de Hoffmann son de hecho oriundos de Kiev emigrados a los EEUU.

Este personaje, Igor Kolomoiski, es un prominente empresario fundador del PrivatBank ucraniano, que controlaba el canal de televisión  1+1, patrocinado  a su vez  por el ex primer ministro de Ucrania, Pavlo  Lazarenko, del que hablaremos después. Era propietario de  varias entidades en el sector de la refinación del petróleo, como la refinería Kremenchuk, que proporcionaba el 50% de la gasolina en Ucrania.

La carrera política de Zelenski, que ha trabajado en aquel canal privado de televisión, ha sido financiada por el titular de este, Igor Kolomoiski. En muchos sectores de Ucrania se afirma que el actual Presidente de Ucrania no es más que un títere del oligarca citado.  

Batallón Azov, La Jornada, 16.03.22

Está fuera de toda duda que dicho personaje ha financiado el batallón nazi Azov, una unidad militar de extrema derecha autora de múltiples crímenes contra los ruso-parlantes. Invirtió más de diez millones de dólares en la creación del batallón Dnipro, de características igualmente neonazis, así como de los batallones de voluntarios Donbás, Dnepr 1 y Dnepr 2, y apoyó, además, al batallón nacional-socialista Aidar.

Es totalmente verificable  la enorme influencia de dicho oligarca en la creación, financiación y extensión de varios de los grupos armados neonazis que operan en Ucrania, así como el hecho de  que era el empresario y financiador durante gran parte de su carrera, del Presidente actual de Ucrania, que se hizo famoso en aquel país durante su época de empleado en el canal de Igor Kolomoiski.

Este canal de televisión fue el que mayor cobertura dio a la campaña electoral del actor cómico; era la que transmitía sus programas en una serie llamada “Servidor del Pueblo”, en el que encarnaba a un profesor que se convertía en presidente del país  denunciando la corrupción.

No pienso que resulte especulativo o caprichoso lo grave de estas vinculaciones y sus consecuencias.

Detengámonos ahora en otro de los protagonistas y fundamental antecedente de esta tragedia: Pavlo Lazarenko, ex primer ministro de Ucrania, patrocinador de muchos de los millonarios de aquel país, del que está probado que saqueó de los fondos públicos doscientos millones de dólares durante  su mandato (28 de mayo de 1996 a 2 de julio de 1997). Se considera que potenció la aparición de muchos de los oligarcas ucranianos, entre ellos, Kolomoiski, vinculados con el saqueo de fondos públicos. Juzgado y condenado en Estados Unidos, ha permanecido preso en la cárcel californiana de Terminal Island. Desde su salida de prisión se encuentra en paradero desconocido.

Kolomoiski, curiosamente, también ha sido perseguido por el FBI como autor de delitos financieros, desde abril del 2019.

En 2020, un Tribunal Federal norteamericano comenzó a investigar a  Pavlo Lazarenko por un caso de blanqueo de capitales en EEUU. Las autoridades estadounidenses presentaron dos demandas de decomiso civil ante los tribunales de Florida, alegando que los bienes de que disponía en aquel país los había adquirido este personaje con fondos malversados mediante lavado de dinero y defraudando a  su banco, el Privat Bank. El FBI allanó  sus oficinas en Cleveland el 4 de agosto 2016.

De lo expuesto cabe concretar el enorme parecido entre la aparición de oligarcas con  enormes fortunas tanto en Ucrania como en Rusia, tras la caída del bloque socialista europeo. Es indudable la similitud de los mecanismos de acumulación de capital privado en ambos países, saqueando los bienes públicos de la URSS, aprovechando la privatización salvaje que se llevó a cabo y el gran protagonismo de ambas oligarquías en los regímenes a uno y otro lado de esa frontera. Por otra parte, en el lado de los ucranianos ha ido cobrando fuerza el protagonismo de los sectores rusófobos, maniobrando con el acercamiento a la OTAN y el consiguiente hostigamiento a los partidarios de mantener buenas  relaciones con la vecina Rusia.

Debemos llamar la atención sobre la posible significación de que dos de los principales oligarcas ucranianos referidos, conectados entre sí y con el Presidente Zelenski, estén perseguidos por la justicia americana. Uno de ellos, nada menos que el antiguo primer ministro de Ucrania, Pavlo Lazarenko,  que había sido encarcelado en aquel país, y que ahora se encuentra en paradero desconocido, previsiblemente en poder del gobierno norteamericano. Y el otro, mentor de nuestro Zelensky, Igor Kolomoiski, esté sufriendo proceso por parte de aquella justicia, con la enorme vulnerabilidad que ello supone, al colocarlo en situación de  sufrir todo tipo de chantajes  por su débil posición.

Coronel de EEUU dice lo que nadie quiere escuchar sobre la guerra de Ucrania, 14.03.22.

A su vez, el propio diario El País, bastión de la información pro occidental, reconocía [1]edición del día 7 de octubre de 2021, y en el mismo sentido, el diario Público, [2]edición del 4 de octubre de 2021, las acciones y participaciones del Presidente  Zelenski en sociedades radicadas en  las Islas Vírgenes,  que curiosamente transfirió en 2019 a uno de sus asesores políticos, según los Pandora Paper  y la información de The Guardian, incluyendo tres empresas de su propiedad, Fil Heritage, Davegra, y Maltex. Es decir, una forma de actuación por parte del actor-presidente que ha llegado al poder criticando la corrupción, y luego se revela como partícipe de los mismos mecanismos que hipócritamente denunciaba, tan propios de los oligarcas.

Estos antecedentes son muy relevantes para observar cómo enlazan y son utilizados por la política exterior de los Estados Unidos, sobre todo tras el sesgo dado a la misma por parte de los llamados “neocons”, partidarios de dotarla de una mayor  agresividad en beneficio de sus intereses supremacistas, que no se paran en barreras a la hora de imponer y mantener su primacía mundial.

Sin duda resultan muy positivas las expropiaciones que  “occidente” lleva a cabo contra las propiedades de los oligarcas rusos. Sin embargo, deberían extenderse también a los prebostes ucranianos. La contundencia contra solo los primeros choca con los sofisticados miramientos con los que se actúa con los grandes capitalistas y oligarcas del “mundo libre”, incluidos los de nuestro entorno, a los que se les tolera todo tipo de abusos, con “inmunidades” y paraísos fiscales tolerados.

Notas

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1 edición del día 7 de octubre de 2021
2 edición del 4 de octubre de 2021
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One thought on “Oligarcas hay en muchos lugares

  • 23 de marzo de 2022 en 20:03
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    En la información que dais se os olvida profundizar en la historia de Ucrania y Rusia. No ha sido tan fraternal como decís. No habéis tenido en cuenta un fenómeno histórico que ha venido en llamarse rusificación de Ucrania. Esta se remonta a la época de los zares, y sus antecedentes se basan en la Hermandad de los Santos Cirilo y Metodio, organización que nació en Kiev en 1845 y que buscó revivir los ideales de las hermandades tradicionales ucranianas e intentó promover un renacimiento nacional ucraniano, incluida la autonomía nacional dentro de una federación eslava libre e igualitaria. Fue rápidamente reprimido por el gobierno zarista en marzo de 1847 y la mayoría de sus miembros fueron castigados con el exilio o la cárcel. Pero acabar con las personas no es acabar con las ideas, y las actividades nacionalistas ucranias prosiguieron. Como consecuencia de esto, en 1876, el zar Alejandro II, ante el peligro que suponía para el imperio ruso estas actividades, promulgó la llamada Circular de Valúev, en la que se prohibía de manera radical el uso del idioma ucranio dentro de Rusia, así como cualquier manifestación cultural que usara dicho idioma, es decir, libros, prensa, teatro, etc. lo cual minaba el progreso de la cultura e idiosincrasia ucranias. Ya en el siglo XX y con el advenimiento de la revolución bolchevique, y tras la guerra de independencia ucrania, se proclamó La República Popular Ucraniana, que tuvo que luchar contra el ejército rojo, el blanco y el polaco, pero esa lucha devino en derrota y al final Ucrania fue anexionada por la URSS. Lenin fue partidario de respetar las nacionalidades rusas, fue la korenización bolchevique, pero cuando Stalin llegó al poder dicha política cambió y en Ucrania se detuvo dicha korenización y los ucranios tuvieron que asistir al asalto de sus instituciones políticas y culturales. Stalin forzó una desucranización del partido en Ucrania, acabó con su principal lider Mykola Skrypnyk, partidario de un partido comunista propiamente ucranio y del establecimiento de la república ucrania de los soviets. Luego ocurrió el trágico Holodomor, una brutal hambruna en Ucrania que casi todos los historiadores apuntan que fue provocada por Stalin a causa de la requisa del grano ucranio, las cifras apuntan a millones de muertos. Se produjeron purgas políticas, entre 1936 y 1938, que eliminaron a gran parte de la nueva generación de políticos ucranios que habían reemplazado a quienes perecieron en la primera oleada. Las purgas redujeron a la mitad el número de miembros del Partido Comunista Soviético de Ucrania, y los mandos políticos ucranianos purgados fueron reemplazados en su mayor parte por los cuadros enviados desde la Federación de Rusia, que también sufrieron muchas “rotaciones” debido a las purgas de Stalin. Ya en la II guerra mundial la OUN (organización de nacionalistas ucranios) y su rama militar el UPA lucharon contra los soviéticos para que desocuparan Ucrania, lamentablemente se aliaron a los nazis para intentar conseguir sus propósitos, unos de sus líderes, Stepan Bandera, un nazi ucranio (aunque fue encarcelado por los nazis al negarse a reconocer la soberanía nazi de Ucrania) fue el catalizador de dicha alianza, creándose batallones ad hoc que lucharon al lado de los nazis y que fueron el antecedente de los batallones neonazis existentes hoy en Ucrania. Hasta el año 1991, en que Ucrania logra su independencia.
    Mi comentario va en la línea de intentar comprender y conocer la historia que hay detrás del conflicto que hoy sacude a Ucrania. Y tengo que decir que las informaciones, ya sean pro occidentales o prorrusas, ignoran o esconden el contexto histórico que he tratado de resumir en mi comentario. Seguro que se me escapan cosas, pero mi conclusión es que Putin ha invadido Ucrania imitando el más fiel estilo soviético, imperio que añora, y por lo cual la considera suya. Quienes crean que lo hace por cuestiones humanitarias, por ej. para acabar con los abominables bombardeos, que han casusado miles de muertos, del gobierno ucranio en la región del Donbass, se equivocan; tampoco lo hace para acabar con los movimientos neonazis en Ucrania. No, lo hace por razones geopolíticas y con un afán de reconstruir un imperio. Ya lo hizo en Siria, que hoy es un protectorado ruso, y lo va a intentar seguir haciendo. Por suerte, no soy maniqueo, doctrina a la que se adscribe mucha gente, no creo que hayan malos y buenos en lo que al poder se refiere. Cualquier nación, con sus líderes al frente, que acumule un poder excesivo siempre se alineará con el mal, representados por el yingoísmo y por el desprecio al otro. Ahí está la historia para dar crédito de lo que digo. El problema es el poder, y no que este lo detenten EEUU, China, Rusia, etc. Da igual quien sea, el resultado siempre será el mismo.
    Saludos y gracias por dejar expresarme

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