Peaje: nuevo impuesto indirecto

El Gobierno de coalición quiere cobrar peaje en toda la red de carreteras a partir de 2024. Fuente: Marca, 5 de mayo de 2021.

El mantenimiento de las carreteras estatales debe financiarse a través de los Presupuestos Generales del Estado, ya que el peaje supone un pago por igual a todos los usuarios, pero sin tener en cuenta su capacidad económica.

El Gobierno de coalición ha manifestado su voluntad de imponer el peaje al uso de las carreteras, un compromiso adquirido con Bruselas en el marco del Plan de Recuperación y Resiliencia, con la previsión de aplicarlo a partir de 2024. Un céntimo por kilometro en autopistas, autovías y carreteras nacionales de dos o más carriles por sentido. El Plan califica este peaje como un «mecanismo de pago por uso de las carreteras de alta densidad».

En nuestro país, existe en la actualidad un impuesto de iguales características que solo afecta a las concesionarias que, en la mayoría de los casos, dejará de estar vigente en los próximos años.

Hasta ahora, todas las carreteras excepto las autopistas, se construyen y se mantienen a través de distintos impuestos que paga la ciudadanía. Solo determinadas autopistas fueron construidas por empresas privadas que después las han explotado con peaje durante muchos  años.

En principio, el uso de las autopistas no es, ni ha sido, obligatorio. Se disponen de otras opciones  mediante la red de carreteras nacionales, provinciales, etc.

La liberación de las autopistas de peaje actuales ha sido promovida sin tener en cuenta las posibles consecuencias. Miles de trabajadores quedarán sin trabajo y el mantenimiento de esta red tendrá que correr a cargo del presupuesto estatal. La medida también supondrá el rescate de empresas con dinero público que difícilmente se recuperará.

Ahora el gobierno se da cuenta que todo eso implica unos costos de mantenimiento muy elevados para las arcas públicas del Estado. Pero vamos a ver, ¿es que nos toman por idiotas?, ¿lo han sido quienes han gestionado las concesionarias? Pienso que no. Lo que ocurre es que ante el desastre en la gestión y administración de estas empresas, ahora se pretende resolverlo estableciendo un nuevo impuesto indirecto a la ciudadanía. Piensan que nuestras espaldas son muy anchas. Pues siendo esto así, díganlo clara y abiertamente, sin tapujos, sin simplezas como eso de que el que la utiliza la paga, o compararlo con usar el tren que se paga.

Hay que preguntarse, ¿por qué en lugar de liberar las autopistas -que no son obligatorias- al término de los contratos de explotación, no les propusieron a las concesionarias una cierta moderación en los precios para que fuesen más asequibles a la ciudadanía y que siguieran gestionándolas y manteniéndolas? Se hubiesen evitado bastantes despidos, o lo que es lo mismo, se habrían mantenido bastantes puestos de trabajo y, además, serían más baratas para los usuarios.

Las autovías no son autopistas, son carreteras nacionales dobladas, adaptadas a las necesidades, porque han sustituido a las carreteras nacionales del mismo recorrido, motivo por el que no debe imponerse el peaje por no concurrir alternativa con carreteras convencionales, es decir, se está obligado a utilizarlas para llegar al lugar de destino, sobre todo en desplazamientos largos y habrá gente que se lo pueda costear, pero para muchos trabajadores, para muchas personas jubiladas, etc. puede ser una pesada carga para llegar a fin de mes. Con la particularidad de que se incrementará más el tráfico en carreteras secundarias, justamente donde se producen más accidentes.

El Presidente del Gobierno de coalición sonríe con el Plan de Recuperación y Resiliencia que introduce el peaje en la red de carreteras. Fuente: Marca, 19 de abril de 2021
El Presidente del Gobierno de coalición sonríe con el Plan de Recuperación y Resiliencia que introduce el peaje en la red de carreteras. Fuente: Marca, 19 de abril de 2021

El mantenimiento de las carreteras estatales debe financiarse a través de los Presupuestos Generales del Estado, ya que el peaje supone un pago por igual a todos los usuarios, pero sin tener en cuenta su capacidad económica. Por este motivo, este peaje terminará afectando más a los usuarios que tienen menos poder adquisitivo y de todos aquellos usuarios que no residen en grandes núcleos urbanos, obligados más que otros, a utilizar las vías de comunicación a las que se les quiere imponer peaje para traslados inevitables, tales como los de acudir a los centros de trabajo, centros comerciales, colegios, hospitales, etc.

En todo caso, debería la administración buscar otras alternativas de financiación para todas las vías de rodaje que ya venimos financiando la ciudadanía desde siempre, excepto a las autopistas que nadie está obligado utilizar. Podría, por ejemplo, preocuparse por  recuperar los miles de millones de las financiaciones irregulares, de la corrupción, de la evasión de capitales a paraísos fiscales, de los más de 60.000 millones de rescate a los banqueros… Con el rescate de estas ingentes cantidades se dispondrían medios para financiar la totalidad de la red viaria, el sistema púbico de salud, la educación gratuita de calidad, etc.

Hay que pagar impuestos, por supuesto, pero los necesarios, equitativos, según la elemental regla de que el que más tiene que más pague. Y siempre para la financiación de todos los servicios públicos, que son los que atienden a los intereses de la mayoría social.

Julián Cudero Hernández  

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