Entre la motosierra y la trituradora

Nora Merlin. «Hay una incontinencia verborrágica agresiva, violenta, misógina, hostil. Sin hacer diagnóstico psicológico, esos son rasgos de carácter que son incompatibles con la democracia. Porque en la democracia hay reglas, hay límites, … La vida democrática y civilizada requiere de filtros y de diques, no se puede decir cualquier cosa.»

Entre la motosierra y la trituradora estamos agobiados por la sucesión de gestos exageradamente agresivos, discursos insultantes y cansina difusión, implantada en lo cotidiano, de valores perfectamente odiosos, chabacanos, groseros, que nos sitúan como país (y como habitantes del mismo) en una penosa situación psicosocial en la que la derecha extremadamente dominante no podrá mantener el poderío imperial  sin perder finalmente su hegemonía, autodestruirse (y destruirnos) triturando los restos de un planeta y una Humanidad que no sabe crear, ni se lo consienten, una alternativa sostenible aunque fuera, como casi siempre ocurre, francamente mejorable.

Vivimos en un estado de exaltación apoyado en verbalizaciones penosas, metáforas retorcidas, desequilibrio emocional y hasta rictus faciales desequilibrados. Podemos sospechar que este espectáculo no se ha improvisado ni surge como manifestación exclusivamente patológica de tan llamativos personajes. Podríamos pensar que el imperialismo pone los guionistas, apoya a los actores y piensa obtener beneficios de taquilla.

Señorones disfrazados de representantes diplomáticos no son capaces de contenerse y evitarnos el espectáculo de la trituración ostentosa de las declaraciones y acuerdos sobre los Derechos Humanos y cuantos documentos bienintencionados o, al menos, razonadores de conflictos, mantienen la esperanza de vivir en una paz siempre negociada y no morir en guerras no declaradas como tales, sino de apariencias tan engañosas como reclamar una seguridad basada en la carrera de armamentos.  

Los psicólogos ya están en debate. La democracia ha sido intervenida por las concentraciones mediáticas y por las redes sociales. Esto va inoculando distintos tipos de discurso, como los discursos de odio o la emergencia de estos líderes que presentan aparentes desequilibrios… ¿o son interpretaciones actorales?

Rechazamos, escandalizados, el papelón del representante de Israel en la ONU, Gilard Erdan, de quien se dice que es aficionado a los golpes de teatro, que se saca de la manga una maquinita de destrucción de documentos para triturar provocadoramente una copia de la carta fundacional de las Naciones Unidas, [1]Con la trituración de la Carta de Naciones Unidas, y con ella la Declaración Universal de los derechos humanos, un acto vandálico a los ojos del mundo, el sionista Gilard Erdan, vuelve a demostrar … Seguir leyendo porque se había producido una votación a favor de la integración de Palestina en la ONU, con nuevas competencias que ni siquiera implican la membresía plena, lo que, traducido al hebreo-sionista, significa “dar todos los privilegios al futuro estado terrorista de Hamás”.

El embajador de Israel ante la ONU Gilad Erdan utilizó una trituradora de papel para triturar la carta de la ONU.

Nos faltan más especialistas que nos expliquen por qué si pedimos una evaluación psicológica a alguien que conduce un avión… cómo no se la vamos a pedir a un/a candidato/a a ejercer liderazgos incontestables que se traducen en encuentros de diversas formalidades, por ejemplo, el ministro de Exteriores que se va volando a Washington a intercambiar con su amigo Blinken o Milei que viene a hacerse una “foto de familia” con los de VOX y aprovecha para reunirse con algunos de los más importantes empresarios españoles, incluido el presidente de la CEOE, para conocer los planes de sus compañías en Argentina. 

El periódico Público señalaba que en el grupo encontradizo no había empresarias y comentaba la abundancia de testosterona suponiendo que habrían celebrado el Día del Hombre. Y remataba el comentario: «A mí me parece una vergüenza que el jefe de la patronal se ponga en una foto así. Ahora bien, me parece tanto una vergüenza como un reflejo de lo que hay». Dicho sea de paso, también da vergüenza que se hable más de la presencia o ausencia de las empresarias que del evidente contubernio de los empresarios, reuniéndose presencialmente, con foto incluida, para evidenciar que están dispuestos a seguir haciendo sus negocios en buena armonía con personajes tan siniestros como Milei.

Menos mal que tenemos colegas argentinos que están acostumbrados a manejar el psicoanálisis. ¿Qué nos haría falta para entender lo que bulle y por qué en las cabezas hispanas de nuestras élites políticas y empresariales? 

«Hay una incontinencia verborrágica agresiva, violenta, misógina, hostil. Sin hacer diagnóstico psicológico, esos son rasgos de carácter que son incompatibles con la democracia. Porque en la democracia hay reglas, hay límites, … La vida democrática y civilizada requiere de filtros y de diques, no se puede decir cualquier cosa.»[2]Nora Merlin, psicoanalista, politóloga y autora de La reinvención democrática en Canal Abierto Radio.. Y menos aún utilizar la motosierra como instrumento de ratificación de estrategias anarcocapitalistas.

Notas

Notas
1 Con la trituración de la Carta de Naciones Unidas, y con ella la Declaración Universal de los derechos humanos, un acto vandálico a los ojos del mundo, el sionista Gilard Erdan, vuelve a demostrar una vez más que coloca a su estado, a su ejército y a su gobierno en época anterior a la mismísima ley del talión.
2 Nora Merlin, psicoanalista, politóloga y autora de La reinvención democrática en Canal Abierto Radio.
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