AGAETE Y LOS OLVIDADOS DE LA MEMORIA DEMOCRÁTICA
En 2018, Conchita Trujillo Ríos y Juan Antonio Jiménez Dámaso dieron a conocer su obra: “Agaete, Fragmentos de Memoria”. Se trata de una parte importante del gran trabajo de investigación que llevaron a cabo durante dos años, entrevistando casa por casa a los familiares de los desaparecidos. Relatos desgarradores registrados en audio. Unas 15 horas de documentación oral. Una descripción detallada de los hechos con la voz de quienes lo vivieron en primera persona.
El 4 de abril de 1937, la Falange de esta localidad del norte de Gran Canaria pone en marcha una de las llamadas “sacas” que no eran otra cosa que el secuestro de vecinos que habían tenido alguna vinculación con las actividades sindicales durante el periodo republicano. Los veintidós detenidos del Valle de Agaete, fueron trasladados al pueblo y torturados junto a seis más de otras zonas del municipio, y más tarde todos ellos llevados hasta la delegación de Orden Público de la calle de Luis Antúnez en las Alcaravaneras. En ese centro policial, los detenidos son sometidos a torturas y palizas salvajes. Algunos familiares que acudieron a esa comisaría para interesarse por ellos, comprobaron el maltrato del que habían sido objeto al retirar sus vestimentas. El día 6, les informaron de que ya no se encontraban allí los detenidos y, aún hoy, no sabemos qué fin tuvieron estos 28 desaparecidos. Ni lugar de enterramiento, ni rastro de sus restos. Transcurridos 88 años desde su detención, asesinato y desaparición, seguimos sin saberlo.
El farmacéutico socialista Fernando Egea Ramírez, que había llegado a Agaete en 1932 para hacerse cargo de la única oficina de farmacia del pueblo, pudo apreciar, casi de inmediato, las penosas condiciones en las que vivía la mayor parte de la población de aquella comarca. La gente sufría situaciones de calamidad extrema. En su mayoría desempeñaban labores agrícolas en las fincas de la zona donde se cultivaba el plátano y el tomate para la exportación. Propietarios de las tierras sometían a los trabajadores a largas jornadas de trabajo y a unos jornales de miseria. Las familias eran grandes con muchos niños y el alimento era escaso. No había para todos.
Fernando Egea trata de ayudar y orientar a los trabajadores en cuanto a sus derechos. A través del Sindicato de Oficios Varios de Agaete (SOVA) se organizan varias movilizaciones y huelgas para reivindicar mejoras en las condiciones de trabajo y salarios.
En medio de esta realidad y con ocasión de la campaña electoral de febrero de 1936, se organizaron diversos mítines en la villa. En uno de ellos participan conocidas figuras republicanas que apoyaban al Frente Popular de izquierdas, como el médico Manuel Monasterio Mendoza, Luis Fajardo Ferrer, Eduardo Suárez Morales, José Antonio Junco Toral y Miguel Barrera entre otros. Poco duró la euforia republicana y los aires de cambio, tras el triunfo del Frente Popular, porque pocos meses más tarde se produce el golpe militar que acaba con derechos y libertades.
Pocos días después del golpe del 18 de julio, son fusilados el diputado Eduardo Suárez y el delegado gubernativo Fernando Egea. Bajo la autoridad de los alcaldes recién nombrados, se forman los cuadros de Falange locales a quienes se les encarga las tareas represivas en los pueblos de las islas. En los primeros meses, los falangistas, sin abandonar la labor policial, se concentran más en acaparar puestos de poder y organizar las expediciones de voluntarios que se desplazan al frente peninsular. Son muchos los que van a sumarse a la Primera Bandera de Falange que parte el 5 de septiembre en el vapor Dómine desde Las Palmas a Vigo para incorporarse al frente sur de la guerra, en Toledo.
Ya con la guerra avanzada en la península y sin ningún tipo de resistencia en Gran Canaria, siguiendo órdenes procedentes del mando militar desde Las Palmas, la Falange de Agaete, previa elaboración de algunas listas, procede ese 4 de abril, a la detención nocturna de un elevado número de vecinos principalmente de la Vecindad de Enfrente en el Valle. Por testimonio de sus familiares, los actuantes eran falangistas locales y de Arucas apoyados por policías y militares de Las Palmas. De un núcleo habitacional compuesto por poco más de doscientos vecinos, los falangistas se llevan de la Vecindad de Enfrente a 22 de ellos, hombres en su totalidad. Ello representa más del diez por ciento de los habitantes de aquel pago. Una cifra desproporcionada si la comparamos con otros hechos similares en otros lugares.
En 2018, Conchita Trujillo Ríos y Juan Antonio Jiménez Dámaso dieron a conocer su obra: “Agaete, Fragmentos de Memoria”. Se trata de una parte importante del gran trabajo de investigación que llevaron a cabo durante dos años, entrevistando casa por casa a los familiares de los desaparecidos. Relatos desgarradores registrados en audio. Unas 15 horas de documentación oral. Una descripción detallada de los hechos con la voz de quienes lo vivieron en primera persona.
Por su importancia histórica, se estudia actualmente su edición y difusión para dar a conocer con la voz de sus protagonistas, el carácter brutal de la represión en ese pequeño enclave del norte de la isla.

La noche del 4 de abril de 1937, los falangistas no sólo se llevaron para asesinar a 28 agaetenses, sino que sembraron el terror en ese lugar dejando además a muchas mujeres viudas y a 115 niños huérfanos. La vida para sus descendientes fue un suplicio pues siguieron sufriendo el acoso y los abusos de los miembros de Falange. Les fue negada toda clase de ayuda para sobrevivir e incluso se les arrebataba los pocos recursos que se procuraban para la subsistencia de sus familias. Hay testimonios escalofriantes en los que se detallan como la Guardia Civil les requisaba la leña, la pinocha y las piñas que traían con gran sacrificio desde el pinar de Tamadaba para convertirlas en carbón tras un duro proceso. Material combustible que vendían a continuación para cocinar o para los hornos del pan en las panaderías y en los almacenes de plátanos, de Agaete, de Gáldar y de Guía.
Algunos de ellos incluso debieron sufrir la humillación de tener que trabajar para los propios asesinos de sus progenitores durante años, para poder subsistir.
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Agaete fue una de las primeras en constituirse en el archipiélago. Por razones de enfermedad de su presidenta, la propia Conchita Trujillo, su actividad se paralizó desafortunadamente por largo tiempo. El pasado 7 de febrero, en una asamblea celebrada en los locales de la Sociedad del Valle de Agaete, se puso de nuevo en marcha. Fue elegido nuevo presidente y junta directiva, incorporándose muchos nuevos miembros y recibiendo gran apoyo de sectores jóvenes del pueblo.
Uno de los principales objetivos de la nueva junta directiva encabezada por su presidente, Juan José Valencia, nieto de uno de los desaparecidos, es el de solicitar a las autoridades de la isla y autonómicas una amplia investigación para que se determine finalmente donde se encuentran los restos de los 28 desaparecidos de Agaete, de quienes hasta hoy desconocemos su paradero. Este asunto es de máxima prioridad pues no se entiende que, así como otros asesinados de la isla se sabe dónde fueron a parar sus restos, de estos vecinos de Agaete no se sepa absolutamente nada casi noventa años después de su desaparición.
Continuamos en la incógnita de si fueron a parar a la Sima de Jinámar como dicen algunos, o a cualquier otro lugar. Lo cierto es que, sin una intervención seria y eficaz de las instituciones correspondientes, estos desaparecidos seguirán siendo víctimas también de un olvido que se ha prolongado por muchos años.
Igualmente resulta incomprensible que continúen aún sin tener un reconocimiento en algún lugar público de la Villa de Agaete. Es necesario e inaplazable la designación de un espacio destacado en el municipio donde un memorial recuerde a esos vecinos y explique aquellos lamentables hechos, con el fin de restablecer la verdad. Además, para enviar una señal a la ciudadanía, de que existe una ley de memoria que tiene entre otros objetivos la educación cívica democrática de las nuevas generaciones.
memorialdemocraticocanarias@gmail.com
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