Hechos como el de la desbandá exigen el final de la impunidad franquista

Si la impunidad no se acaba, la memoria está bien para recordar, escribir libros, formar a las personas más jóvenes (unas pocas) o hacer exposiciones, pero no hay justicia.

Desde hace unos años el club senderista “La desbandá” organiza una marcha reivindicativa y en recuerdo de los terribles crímenes de guerra cometidos por los fascistas italianos, españoles e incluso alemanes contra población civil que huía de Málaga. Tras caer la ciudad en un frente muy deficientemente organizado y al mando del coronel  Villalba Rubio, cuya lealtad a la República fue más que cuestionable, los italianos iniciaron un rápido avance por la carretera de la muerte. Retirado el ejército republicano y milicias, miles de civiles de toda la provincia de Málaga huyeron por la carretera de Almería buscando llegar a posiciones republicanas. Por el camino fueron ametrallados por aviones franquistas e italianos, bombardeados por los cruceros sublevados Almirante Cervera, Canarias y Baleares así como otros buques que disparaban y lo sabían contra mujeres, niños y viejos desarmados. Al menos cinco mil personas fueron asesinadas.

Las acciones memorialistas y las asociaciones memorialistas realizan una gran labor de información y recuperación, pero en el estado español, todavía existe impunidad para los crímenes franquistas, hecho este que ni la primera, ni la segunda ley de memoria democrática han liquidado. Nadie ha presentado una querella tras la fallida Argentina, tampoco contra el estado español, que es responsable civil subsidiario y cuyo jefe del estado es un heredero de quienes ejecutaron los crímenes como el de la desbandá. Si la impunidad no se acaba, la memoria está bien para recordar, escribir libros, formar a las personas más jóvenes (unas pocas) o hacer exposiciones, pero no hay justicia.

Es bueno no obstante reivindicar hechos silenciados durante años y/o distorsionados y a estas alturas incluso negados. La toma de Málaga no pudo ser tan rápida así como el avance acelerado por la carretera de Almería y la toma de Motril, sin el concurso del Ejército Italiano a órdenes del estado fascista, el CTV, dotado con centenares de tanquetas Ansaldo, camiones, tanques y artillería móvil, un ejército más moderno y mejor equipado que el sublevado y con otro concepto moderno de guerra, la guerra “célere” o motorizada. El hundimiento del frente por la costa y los avances de Roatta y sus camisas negras por la montaña, crearon una situación complicada que fue frenada por dos batallones de internacionales traídos desde el frente de Teruel y en la zona de la Alpujarra por dos batallones españoles, integrados fundamentalmente por valencianos igualmente desplazados desde Teruel donde estaban combatiendo desde los primeros días de la guerra, ya antes de formarse las Brigadas Internacionales. Eran los batallones Juan Marco que lo formaban muchos estudiantes de la Universidad de Valencia y efectivos de la CNT y el batallón Otumba integrado por soldados del Regimiento Otumba 9 de Infantería y fiel a la República desde el primer día. Hago referencia a estos dos batallones que fueron imprescindibles para cubrir el frente haciendo una gran labor, siendo después integrados en la XIII Brigada Mixta Internacional compuesta por dos batallones españoles y dos internacionales. Su presencia y acción es injustamente y tal vez no inocentemente olvidada y silenciada, lo cual me parece muy mal y me entristece mucho esa falta de respeto por sus caídos al igual que a los de la 6º Brigada Mixta de los que tampoco se habla, formada sobre todo también por valencianos y murcianos y llegada desde el frente de Madrid al mando del capitán Gallo Martínez, sin ellos no se hubiera podido cerrar frente y frenar a los italianos. Se loa la acción merecidamente de los internacionales, pero se silencia a las Brigadas de Carabineros o a otras unidades clave y que hoy diríamos de élite así como a la mayor parte de las brigadas mixtas, más de cien, formadas por personas nacidas en el estado español, muchas de ellas voluntarias. El Otumba y el Juan Marco merecen ser recordados igual que la 6º BM o el batallón Chapáyev internacional que fue el primero en llegar a conectar con la desbandá.

La Memoria Radio Andalucía Información.

La desbandá llegó Castell de Ferro, población granadina que permaneció toda la contienda con la República, defendida a continuación por la 85 Brigada Mixta de Carabineros. En Castell, se atendió ya por fin a las huidas y huidos, el doctor Betune pudo atenderles y salieron los primeros camiones dirección Almería con refugiados.

Es importante recordar la historia, toda la historia. Es importante saber de los crímenes fascistas y de cómo en España se vivieron situaciones iguales o peores a las recientemente ocurridas en los Balcanes, Siria o Sudán del Sur entre otras, incluida Ucrania, pero que también aquí hemos vivido. Pero insistiré, es más importante ahora acabar con la impunidad, saber que los estados, todos los estados, heredan lo bueno y lo malo de anteriores regímenes y por ejemplo así como el estado alemán ya democrático ha cargado con reparaciones de los nazis, en el Reino de España, nadie se hace responsable de tanta muerte, tanto crimen y de una guerra que provocó un golpe de estado autoritario, ultra católico, monárquico y fascista. Por qué no olvidemos, los militares sublevados eran monárquicos y unos de los jefes militares que tomaron Málaga y participo de los hechos era Francisco Borbón duque de Sevilla, familiar de los borbones vía Alfonso XIII, os suena.    

Carlos Martínez es secretario general del Partido Socialista PSLF y socio del club senderista La Desbandá

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