Un mural nos quiere sacar del olvido uno de los episodios más crueles de la guerra y alertarnos del peligro siempre presente del fascismo y sus crímenes
En la imagen seleccionada para el mural, un grupo de refugiados calma el apetito con cañas de azúcar en la salida de la población almeriense de Adra, mientras corren hacia los camiones de evacuación. El niño, volviéndose, parece detenerse e interpelarnos desde el pasado, recordándonos el Deber de Memoria.
En enero de 1937, el ejército sublevado al mando de Queipo de Llano junto al contingente de voluntarios italianos comandados por el general italiano Mario Roatta, iniciaron la operación militar para la ocupación de la ciudad de Málaga y la franja costera hasta Motril. La acción se diseñó de forma envolvente. Al oeste, desde Estepona y Ronda, el coronel Francisco Borbón y de la Torre avanzó por la carretera costera y sus estribaciones, mientras que, desde el norte, las fuerzas italianas distribuidas en tres columnas se abalanzaron directamente sobre la ciudad.
A medida que todas estas fuerzas iban avanzando, la población fue huyendo hacia Málaga, donde a principios de febrero de 1937 se concentraron más de 80.000 personas refugiadas . El 7 de febrero de 1937 toda esta concentración humana, junto con parte de la población malagueña y de los pueblos cercanos, partieron en una fuga desesperada por la carretera costera hacia Almería antes las terribles noticias que llegaban sobre los crímenes cometidos por el ejército franquista. Más de 150.000 personas huyeron por la carretera durante cinco días bajo el ataque de los cruceros Canarias, Baleares y Almirante Cervera, y la aviación sublevada, apoyada por las escuadrillas legionarias italianas y los bombarderos alemanes de la Legión Cóndor. Los relatos de los supervivientes hablan de miles de muertos y heridos bajo la lluvia y el intenso frío. A este suceso se le conoce como La Desbandá o La Huía.
Entre los días 10 y 12 de febrero de 1937, Hazen Sise, miembro de la unidad médica del doctor Norman Bethune, tomó una serie de fotografías entre las poblaciones de Almería y Alcazaba que constituyen el principal testimonio gráfico del crimen de la carretera de Málaga a Almería. Se puede apreciar el sufrimiento de los más débiles: niños, mujeres y ancianos. En la imagen seleccionada para el mural, un grupo de refugiados calma el apetito con cañas de azúcar en la salida de la población almeriense de Adra, mientras corren hacia los camiones de evacuación. El niño, volviéndose, parece detenerse e interpelarnos desde el pasado, recordándonos el Deber de Memoria.
Ante el desastre de la caída de Málaga y la amenaza sobre Almería, el mando militar de la República decidió movilizar a los efectivos. Desde Villarobledo se envió a la 6ª Brigada Mixta al mando de Miguel Gallo Martínez, que llegó a Adra el pasado 10 de febrero. Ese mismo día llegaría a Aguadulce el Estado Mayor de la XIII Brigada Internacional que ya había ordenado desplazar a sus batallones 8º y 10º (Tchapayev y Henri Viullemin) desde Requena y Utiel, donde se estaban reorganizando tras las graves pérdidas sufridas en Teruel. El 8º batallón Tchapaiev liberó a las poblaciones costeras granadinas de Castillo de Hierro y Calahonda los días 15 y 16 de febrero, respectivamente.
El 14 de febrero llegaron a Almería Endre Ernő Friedmann y Gerda Pohorylle (Robert Capa y Gerda Taro) que decidieron seguir los pasos de este último batallón. En Calahonda, Gerda Taro tomó, posiblemente el día 16, la fotografía de una mujer a caballo que fue portada de las revistas Regards y Spanelko, e inspiración para alguno de los personajes de la película “Por quién doblan las campanas ”. La imagen, de una gran fuerza visual y simbólica, representa la determinación de la joven República española para seguir combatiendo al fascismo y un llamamiento a los soldados para seguir la lucha. Tras esta intervención militar, el frente quedó definitivamente establecido a unos 5 km al este de Calahonda .
Además de su intervención durante la Desbandá, los voluntarios internacionales continuaron actuando en la zona durante el resto de la contienda integrados en las compañías especiales del XIV Cuerpo de Ejército Guerrillero . Su golpe más celebrado fue el asalto y liberación de 304 prisioneros asturianos retenidos en el Fuerte de Carchuna, con Calahonda, el 23 de mayo de 1938. La operación estuvo comandada por los estadounidenses Willian Aalto e Irving Goff, al haber sido capturado el jefe de la unidad, el también estadounidense Alex Kunstlich, unos días antes en Motril.
El mural quiere sacar del olvido uno de los episodios más crueles de la guerra y alertarnos del peligro siempre presente del fascismo y sus crímenes.
EL PROCESO DE TRABAJO
Hace casi un año nos contactó la asociación Somos la Huía para interesarse por el trabajo que realizamos en Murs de Bitàcola. Nos explicaron que eran un colectivo de carácter estatal que trabajaban en torno al episodio histórico de La desbandá; y ya desde ese primer contacto manifestamos nuestro interés en esta temática. Si bien no conocíamos con profundidad La desbandá, nos parecía que es uno de esos acontecimientos o episodios de la Guerra Civil que es necesario divulgar y dar a conocer por su valor y su importancia.
Los primeros contactos fueron para poner un poco en contexto el colectivo Somos la Huía sobre qué y cómo era necesario para plantearse la posibilidad de pintar un mural, es decir, el primero de todo conseguir un muro sobre el que lleva a término la ejecución y, por otra parte, conseguir los recursos necesarios. Dadas las características del colectivo, una asociación conformada por gente de todo el estado y especialmente de diversas localidades de Granada, y en contacto y enredados con otros colectivos memorialistas, acabaron proponiendo pintar el local al que finalmente se ha llevado a cabo la intervención, el edificio de la CGT de Motril. La propuesta fue muy bien acogida y más teniendo en cuenta que es un equipamiento que había pertenecido a CCOO y UGT y desde hace 20 años la CGT ocupó este espacio complementario en las oficinas para darle un uso propio a la naturaleza del edificio, es decir, ponerlo al servicio de la clase trabajadora y los sindicatos.
Por tanto, en el equipo de trabajo participábamos Murs de Bitàcola conjuntamente con la Asociación 14 de Abril, la CGT y Somos la Huía, como principal colectivo promotor de la actividad. En este sentido, el acompañamiento historiográfico de Fernando Alcalde, de la Asociación 14 de Abril, ha sido de un valor y ayuda incalculables. Nos ha asesorado en la selección de imágenes de la desbandada como conocedor de los detalles locales de este episodio, y su asesoramiento historiográfico ha sido muy importante para poder realizar una propuesta que estuviera muy arraigada con la ciudad y la memoria histórica de Motril.
A la hora de elegir los colores de la obra, hemos utilizado, como siempre, una gama monocromática; en este caso de tonalidades amarillas y ocres, tomando de inspiración la arquitectura andaluza, puesto que se utiliza para muchas puertas de casas. A la hora de llevar a cabo la ejecución del mural, teníamos nuestras dudas de ser capaces de aguantar las inclemencias climatológicas de estar pintando el mes de junio al sur de España, pero finalmente el tiempo nos ha acompañado y con una buena dosis de protector solar y de sombrillas hemos podido llevar a cabo la intervención en estas fechas. La fecha fue elegida para poder inaugurar el mural el 14 de junio, que es el día de la memoria histórica de Andalucía.
Es importante destacar que este proyecto se ha realizado sin disponer de recursos propios ni de acceso a subvenciones. Por ello, el colectivo Somos la Huía ha hecho un proceso magnífico de autogestión que sumado a las iniciativas que Murs de Bilàcola ya llevó a cabo para obtener recursos para proyectos no financiados. Por último, estas campañas de captación de fondos han funcionado perfectamente y el mural ha podido salir adelante sin tener que rebajar las condiciones que nos habíamos marcado para poder hacerlo en condiciones. Murs de Bitàcola estaba dispuesto a dar todas las facilidades y trabajar si fuera necesario para militancia, como lo hacen todos los miembros de las asociaciones memorialistas. Por último, con estas vías de autogestión ha sido posible ir un poco más allá.
Trabajar en este proyecto ha sido una experiencia muy bonita. Por un lado, porque nos ha permitido incluir este mural también en el proyecto Brigadistas, dado el relevante papel que desempeñaron las Brigadas Internacionales en la costa de Granada, como se ha explicado en el artículo histórico. Por otro lado, para poder entrar en contacto con un colectivo como Somos la Huía, que aparte de hacer un acompañamiento magnífico y muy cercano, dado que es de mucho estatal, también nos ha enredado y nos ha permitido dar conocimientos por todas partes del territorio que estamos seguros de que serán fructíferas.
Fernando Alcalde, miembro de la Asociación 14 de abril para la recuperación de la Memoria Histórica de la Costa de Granada. Coautor de la trilogía “Por la Libertad del Pueblo. Itinerarios por los restos materiales del Frente sur de Granada”.