Del archivo a la ficción: Como un pulso, recuperando la memoria democrática

¿Qué podemos encontrar en los archivos las personas que fuimos vigiladas, detenidas y encarceladas por luchar contra la dictadura franquista?

¿Qué podríamos hacer para sacar a la luz esta documentación y contribuir así a que no se olvide que la dictadura fue dura —que no blanda— hasta el final? A estas dos preguntas me gustaría dar brevemente alguna respuesta.

 Por experiencia propia sé que podremos encontrar, al menos: los dosieres policiales en los que aparecemos referenciadas, en el Archivo Histórico Nacional; la documentación referida a nosotras que se conserve en el Archivo General de Prisiones y; en el caso de haber sido procesadas por el Tribunal de Orden Público, nuestro expediente judicial en el Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca. En mi caso concreto, acudiendo personalmente o enviando instancias a estos archivos, logré reunir: 95 fotocopias correspondientes a cuatro expedientes policiales custodiados en el Archivo Histórico Nacional, 17 fotocopias relativas a mi paso por la prisión de Granada custodiadas en el Archivo General de Prisiones del Ministerio del Interior (de mi paso por la cárcel de mujeres de Valencia no he logrado recuperar ningún rastro) y 45 fotocopias correspondientes a un expediente del Tribunal de Orden Público (TOP). Todos estos documentos están fechados entre 1974 y 1976.

Una vez obtenidos estos documentos, que sólo nos entregarán a los referenciados al no haber pasado el plazo legal para que los archivos los pongan a disposición de cualquier persona, ¿cómo podemos contribuir para que sean útiles para la recuperación de la memoria democrática? En mi caso, en mis últimos años como profesora de Historia de Instituto, los presenté en las aulas como fuentes históricas primarias y realizamos con ellos ejercicios de comentario de texto. Una vez jubilada, dos recursos me están permitiendo contribuir, de alguna manera, a la recuperación de la memoria democrática y a hacer evidente que el franquismo siguió reprimiendo la libertad de reunión y de expresión hasta sus últimos estertores. Un vehículo de transmisión de esta documentación ha sido integrarla en la ficción: Como un pulso, Caligrama, 2020. La primera parte de la novela, “Lobos en la plaza” recupera mi última detención, el 10 de octubre de 1975, los ocho días que estuve detenida en la comisaría de la plaza de los Lobos de Granada y mi paso por la cárcel de mujeres de la misma ciudad hasta salir en libertad provisional el 13/11/1975, en plena agonía del dictador. Al utilizar la ficción me he permitido, además, enlazar la represión política con la represión familiar que tanto nos golpeó a muchas y muchos estudiantes antifranquistas. El otro vehículo que me está permitiendo hacer públicos los documentos es el blog “La atracción del archivo: en busca de un pasado”.

Si más personas se suman a la recuperación de “sus” documentos, si los vamos publicando a través de relatos, novelas, blogs, artículos, etc.; y si conectamos entre ellas estas publicaciones, la documentación referida a la represión franquista de los últimos años de la dictadura dejará de estar enterrada en los archivos, para ver la luz y convertirse, así, en un instrumento más para la recuperación de la memoria democrática. También la del final del régimen.

Isabel Alonso Dávila. Profesora de Historia jubilada. Presidenta de DMD-Cataluña.

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