¿Por qué es tan reaccionaria la derecha española?

«Las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en cada época. O dicho en otros términos, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad, es al mismo tiempo, su poder espiritual dominante. La clase que tiene a su disposición los medios de producción material, dispone con ello, al mismo tiempo, de los medios de producción espiritual…». Karl Marx, La Ideología Alemana.

Es un lugar común en nuestro país el preguntarse a qué se debe que sea tan reaccionaria la derecha española, por qué le cuesta aceptar la idea de democracia y los modos y hábitos democráticos.

Muy posiblemente, una de las causas que lo explique, sea la desorbitada influencia de la Iglesia Católica en España, brutal hasta hace bien poco, hablando en términos históricos y muy presente en la actualidad.

El asunto arranca muy de lejos. Por dar unas brevísimas pinceladas históricas, en el imaginario tradicional dominante castellano se construyó la idea de país militante, invadido por los árabes musulmanes, frente a cuya teocracia se constituye otra simétrica, católica, la de ¡Santiago y cierra, España! que preside la llamada Reconquista, mediante la que se afirma la idea de España como esa unión en lucha contra el invasor y hereje, llevada a cabo bajo la bandera de la Corona y la Iglesia Católica.

Así se va construyendo la idea de España como esa vinculación sacra, extrema, de Altar y Trono, que conlleva además la expulsión de los moriscos y los judíos, buscando la homogeneidad cultural, racial, religiosa, y paralelamente es la que sirve para promover los siglos de guerras de religión en Europa luchando contra el protestantismo.

El lógico correlato interior de todo ello es la persecución de toda disidencia, la creación y mantenimiento de la Inquisición, que por si alguien no lo sabe, duró hasta 1834, ahorcando todavía en 1826, en Valencia, a Cayetano Ripoll, acusado de no creer en los dogmas católicos, y que aún en 1778 había encarcelado al ilustrado político Olavide por «dudar del infierno y leer libros prohibidos», como persona «convicta, hereje, infame». Ambos casos, en su época, causaron ya gran consternación en Europa.

La lucha contra el pensamiento ilustrado tuvo especial fuerza en España, siguiendo las más reaccionarias tesis vaticanas, dificultando con ello el desarrollo económico, cultural y científico de nuestro país, hasta extremos que son bien conocidos.

La dictadura franquista supuso la recreación e impulso de todos los mitos más retrógrados derivados del largo dominio de la religión católica, y así la sublevación del general Franco fue considerada una Cruzada (por definición, la guerra santa contra los infieles). El dictador era caudillo de España «por la gracia de Dios», y recibido bajo palio al entrar en las Iglesias. Su régimen estuvo marcado a fuego por los más conservadores principios católicos, que guiaban la moral, las costumbres y todo el desenvolvimiento social, académico y cultural, y señalaba a los enemigos del régimen, de hecho, como a herejes.

derecha-española-reaccionaria-1
Franco bajo palio

La continuidad esencial del universo “cultural” franquista entre las clases dominantes tras la transición, y el mantenimiento de todos los privilegios de la Iglesia, rápidamente anudados con el Concordato de 1979, negociado desde el gobierno por el democristiano Mayor Oreja, previamente a la entrada en vigor de la Constitución, para dejar sus privilegios atados y bien atados, mantuvieron la continuidad de esta Institución y su papel de principal creadora y suministradora de la ideología de la derecha y de los partidos de derecha en España, configurando su esencial reaccionarismo.

Así, desde el punto de vista legislativo, se opuso, -y consiguió que lo hiciera el PP-, a la ley del divorcio, del aborto, del matrimonio homosexual, dando además una permanente batalla contra la ley de eutanasia, iniciada incluso con la oposición a la adopción de medidas paliativas para los enfermos terminales en los hospitales, pues en palabras del que fuera Obispo de Pamplona, Fernando Sebastián, Jesucristo murió sin cuidados paliativos, y el sufrimiento purifica y eleva el alma al cielo.

Básico para su papel de liderazgo cultural lo constituye, sin duda, el control de la enseñanza media, y el cada vez mayor de la universitaria, que desde la proclamación de la democracia ha ido creciendo sustancialmente.

Así, bajo el franquismo, continuaron constituidas en nuestro país las 12 universidades públicas preexistentes, manteniendo la enseñanza superior su carácter fuertemente estatal, («universidades católicas, imperiales, patrióticas», según la Ley de 29 de julio de 1943, sobre ordenación de la Universidad española), no obstante la pervivencia de algunas excepciones siempre vinculadas a la Iglesia Católica, como la de Deusto, la de los jesuitas, que había sido fundada en 1886, la de Comillas, también de la Iglesia, en 1890, autorizándose la de Navarra, vinculada al Opus Dei, en el año 1952.

En 1983 ya había 34 Universidades públicas en España, y actualmente el 40% de las existentes son privadas, la mayoría vinculadas a la Iglesia, respecto de las que la conferencia de rectores ha lamentado reiteradamente «las pocas condiciones que exige la normativa a los centros de nueva creación».

derecha-española-reaccionaria-2
El designado por el dictador Franco como heredero a la corona, bajo palio

En el ámbito de la enseñanza media, la Iglesia es propietaria de más de 2.200 centros, recibiendo una financiación de aproximadamente 4.600 millones de euros al año.

Aparte de la apabullante presencia que mantiene en el ámbito de la enseñanza, con la expansión desde ésta de la ideología clerical (no olvidemos además las clases de religión, pagadas por el Estado, con profesores sin embargo nombrados por el Obispo en cada lugar), debemos recordar que la Iglesia es propietaria de unas cien mil propiedades inmobiliarias, y ha inscrito a su nombre, unilateralmente, en el Registro de la Propiedad, 30.000 más en los últimos años. Por supuesto, no paga impuestos por ninguna de ellas. Recibe 11 mil millones de euros anuales de las arcas públicas computando los impuestos que se ahorra.

Desde el punto de vista social, cultural y político, la Iglesia Católica es asimismo proveedora a la derecha española de la ideología más reaccionaria, como pone de manifiesto, por ejemplo, la contratación y sostenimiento, entre otros, del ultra Federico Jimenez Losantos durante largos años en la episcopal Cadena COPE, sembrando odio contra todo lo que oliera a progresismo, y publicitando las más extremas teorías derechistas, cadena desde la que ahora con Carlos Herrera continúa su cruzada contra todo pensamiento avanzado.

Recordemos por otra parte que incluso las manifestaciones y movilizaciones contra las leyes más vagamente aperturistas en materia de costumbres en España, han sido convocadas por la Iglesia, implicando a los partidos de derecha.

El mantenimiento del control de gran parte de la enseñanza media y superior en nuestro país, y su extraordinario poder económico, unido a esas “facultades” completamente desorbitadas de poner bienes inmuebles a su nombre e inscribirlos en el Registro de la Propiedad, nos enseña, sin mayores profundizaciones, el enorme y exagerado poder que la Iglesia Católica conserva en nuestro país, que condiciona de manera extraordinaria a los partidos políticos de derecha, y por ende, al conjunto de la sociedad.

Además, la jerarquía católica mantienen el control directo, permanente, sobre diversos ministerios de los gobiernos derechistas, como ocurre sistemáticamente en los de Interior y de Justicia, (Fernandez Diaz, Zoido, Catalá, Mayor Oreja, Acebes, Michavila…), y su extraordinaria influencia sobre el Poder Judicial y los altos funcionarios del Ministerio de Justicia.

Pues bien, si el punto de partida de los rectores de la Iglesia Católica es el de la consideración del adversario como “hereje”, si pretenden mantener operativos principios y valores dominantes desde el franquismo y aún de épocas muy anteriores, y tienen los medios materiales y culturales para sostener dichas bases, y disfruta, además, de un enorme poder sobre los partidos conservadores, no puede extrañarnos su influencia y responsabilidad en el mantenimiento de otra anomalía democrática, como es la del extremo reaccionarismo, del carácter ultra, de los partidos de la derecha en nuestro país.

El último de éstos, VOX, se presenta como abiertamente confesional, en los temas tan queridos por la Iglesia, de “vida, familia, ideología de género”. Esta organización de extrema derecha está estrechamente vinculada a aquélla, entre otros mecanismos, a través de la Universidad Privada de Murcia, cuyo Presidente es José Luis Mendoza. El antiguo jefe de la gestora de Vox en dicha provincia, José Ángel Antelo, es empleado de dicha Universidad, como José Manuel Marín, senador de Vox por Murcia, sin olvidar a Daniel Sabiote, ingeniero informático excedente de dicha Universidad, pues es el responsable de las redes sociales del partido ultra…

Por todo ello parece que el papel de la jerarquía de la Iglesia Católica en España es esencial para entender el carácter fuertemente reaccionario, ultra, de la derecha en nuestro país.

Alberto García

Comparte este artículo