Tras el 4M ¿qué debe hacer el PCE?

Es apremiante la apertura de un debate en el que participe toda la militancia, de forma individual o colectiva mediante las plataformas internas de opinión, sin represalias de ningún género, en el marco del XXI Congreso del PCE.

La situación política, económica y social existente en diciembre de 2017, al tiempo en que se desarrollaba la segunda y última fase del XX Congreso del PCE, ha cambiado hoy de manera radical.

La crisis económica se ha agudizado como consecuencia, entre otras razones, por el curso de una pandemia aún de resultado incierto, que deja al sistema público de salud en entredicho.

Las restricciones a la movilidad, con la declaración del estado de alarma y el temor al contagio, han dificultado y continúan dificultando, también sin estado de alarma, de forma extraordinaria, la capacidad de respuesta de los trabajadores y de amplios sectores de la sociedad a las continuas agresiones de la patronal y de la oligarquía, y a las políticas neoliberales implementadas desde las más altas instancias del aparato del estado.

La presencia del PCE en el gobierno de coalición, los incumplimientos de este de los acuerdos firmados en diciembre de 2019, las insuficiencias y debilidades de un escudo social incapaz de impedir los despidos masivos en curso, incluso los de las multinacionales que presumen de seguir obteniendo importantes beneficios económicos, la escasa presencia de Unidas Podemos en el conflicto social, la paulatina desaparición del PCE y de Izquierda Unida del escenario político, con un Podemos en retroceso carente de estructura organizativa y, por último, el avance del fascismo ocupando los espacios que la izquierda abandona, constituyen un conjunto de nuevas circunstancias y realidades certificadas ahora con los resultados electorales del 4M que todos conocemos.

En Hojas de Debate, un artículo anterior, planteaba la necesidad urgente de abrir un debate intenso y riguroso al interior de las formaciones políticas que conforman la alianza electoral de Unidas Podemos y que debía extenderse, también, a las organizaciones sindicales y los movimientos sociales.

Esta necesidad es compartida por la dirección del PCE en la edición de Mundo Obrero de 11 de mayo pasado, que indica: «los órganos de dirección del Partido Comunista de España y de Izquierda Unida han comenzado un proceso de valoración y balance no solo de los resultados electorales sino también del panorama político que se dibuja para los próximos años.» Un requerimiento participado también por la dirección del Partido Comunista de Andalucía, en un reciente informe de su Comisión Política de 10 de mayo último, en el que se propone un debate, de la misma forma, por arriba, con la creación de una Comisión Política Organizativa Unitaria Congresual «que tenga como objetivo discutir las diferencias políticas establecidas en el seno del partido y expresada en la presentación actual de dos candidaturas.»

¿Un debate solo por las alturas? ¿Nada tiene que decir el conjunto de la militancia del PCE? ¿Es que no hay democracia interna en la organización?

Los Estatutos del PCE determinan cómo debe organizarse este debate, hoy urgente. El artículo 50 determina que el Congreso del PCE es el órgano supremo de la organización y que es el único competente para «elaborar y aprobar la línea estratégica del Partido, sus propuestas políticas, organizativas y financieras, así como ratificar o reformar sus Estatutos», facultades que se extienden a su Manifiesto-Programa.

El Congreso es, por tanto, el órgano supremo de dirección del conjunto de la militancia a través de los delegados elegidos por esta, de acuerdo con lo establecido en el artículo 55 de los Estatutos.

La dirección del Partido debe analizar y estudiar en todo momento la situación política. Pero la decisión de establecer la línea estratégica, el programa político y organizativo, y el Manifiesto Programa o en su caso la modificación de los Estatutos de la organización, son cuestiones que competen, con exclusividad, al Congreso del Partido.

En la actualidad, se da la circunstancia estatutaria –artículo 51.1 – de que durante 2021 debe convocarse y celebrarse de manera obligada el Congreso ordinario del PCE, dado que nos encontramos en el cuarto año siguiente al anterior Congreso de diciembre de 2017. Entre la convocatoria y la celebración del XXI Congreso media un tiempo no inferior a seis meses –artículo 27.1 de los Estatutos-, precepto que no habilita un congreso por fases.

¿No es precisamente la convocatoria ahora del XXI Congreso del PCE, el camino correcto para abrir un debate por el conjunto de la militancia que ofrezca una adecuada respuesta a los retos de hoy en día?

Es apremiante, por tanto, la apertura de un debate mediante la convocatoria congresual. Un debate en el que pueda participar toda la militancia, de forma individual o colectiva mediante las plataformas internas de opinión, sin represalias de ningún género. Un debate público desde la más amplia democracia interna en el que las diferentes posiciones sean recogidas por el partido en el Mundo Obrero y en todas las publicaciones, redes sociales y hasta en los más modestos grupos de whatsapp o telegram de la organización.

Un debate que abarque al PCE marxista-leninista que necesitamos y que promueva una nueva dirección capaz de ponerlo en marcha. Un debate que analice una política adecuada de alianzas y para la concreción de un programa político dirigido a la defensa de los intereses inmediatos de los trabajadores y capas populares. Un debate acerca de la batalla ideológica y organizativa por la recuperación del sindicalismo de clase y combativo, del reingreso en el PCE de los comunistas que lo abandonaron, para la incorporación de nuevos efectivos a la organización y de manera especial de jóvenes, y para poner en marcha un proceso sobre la unidad de los comunistas. Un debate, finalmente, enmarcado en la lucha política por la apertura de un proceso constituyente republicano en la dirección hacia el socialismo.

Borges Álamo, Arturo

Cudero Hernández, Julián

Francisco Serrano, Fernando

Lebrument García, Elisabeth

Medina Fernández-Aceytuno, Miguel

Parrilla Sánchez, Antonio

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One thought on “Tras el 4M ¿qué debe hacer el PCE?

  • 25 de mayo de 2021 en 09:42
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    Soy un humilde simpatizante de IU y soy muy consciente de que la pandemia no ha puesto las cosas fáciles precisamente pero, dado el peso que el PCE tiene en IU, creo que me asiste el derecho a enumerar una serie de contradicciones en forma de sapos que nos estamos tragando, que hacen INEXPLICABLE la presencia de UP (IU-PCE) en un gobierno ultracapitalista neoliberal, monárquico, ultracatólico e imperialista:

    Sapo nº 1: No se ha derogado la reforma laboral.
    Sapo nº 2: No se ha derogado la ley mordaza.
    Sapo nº 3: No se han paralizado los desahucios.
    Sapo nº 4: Se ha firmado un acuerdo para que haya más tropas USA en España.
    Sapo nº 5: Acogemos a terroristas venezolanos.
    Sapo nº 6: Callada por respuesta ante las verdaderas causas de los flujos migratorios (Ceuta).
    Sapo nº 7: No se ha cumplido el acuerdo de gobierno en el tema de alquiler.
    Sapo nº 8: No se ha cumplido el acuerdo de gobierno en el tema del bienestar animal.
    Sapo nº 9: Callada institucional por respuesta ante las sanciones de la UE a países que no son del agrado de EEUU (Venezuela, Cuba, Bielorrusia, Rusia …).
    Sapo nº 10: Aceptación sin rechistar del silencio institucional ante el genocidio palestino, colombiano, yemení …
    Sapo nº 11: Callada por respuesta ante la agresión que se nos avecina en el tema de las pensiones (Acuerdo de gobierno), incluida la mochila austríaca.
    Sapo nº 12: En vez de multar a las empresas más contaminantes, nos ponen un impuesto al diésel y a las autovías.
    Sapo nº 13: Aceptación del sistema de financiación pública de la iglesia católica.
    Sapo nº 14: Aceptación de las líneas editoriales (escandalosas en muchas ocasiones por sus omisiones de información) de los medios de comunicación públicos.
    Sapo nº 15: … seguid vosotros… esto empieza a ser muy cansino… os garantizo que hay unos cuantos más… (educación, sanidad…).

    Es MÁS QUE EVIDENTE que no se puede seguir un segundo más en un gobierno que sigue esta línea. Desde mi punto de vista es urgente pasar a la oposición y desde ahí, apoyar (o no) las propuestas que haga el psoe en función de que coincidan (o no) con nuestra línea programática.

    Sin más contemplaciones.

    Y si eso supone que haya elecciones y que gobierne la otra derecha (la cateta, en blanco y negro, ésta que gobierna ahora es la derecha en color adornada con chistes de Wyoming) pues que gobierne.
    Al fin y al cabo da igual; en realidad van a seguir gobernando los mismos: el ibex 35.

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