¿Van los dirigentes del PCE a remolque de un gobierno socialdemócrata?
«Ganar fuerza institucional al precio de perder fuerza social solo puede llevar a la derrota en ambos frentes.»
La presencia del PCE en un gobierno de coalición atado a las políticas neoliberales que promueve la Unión Europea y que el PSOE hace suyas, y sometido a los dictados del imperialismo y a la actuación belicista de la OTAN, aparta aún más a sus dirigentes de la obligación de cumplimentar los acuerdos adoptados en el XX Congreso de la organización de diciembre de 2017.
En el Documento Político congresual se exponía que: «Desde el PCE defendemos que ganar fuerza institucional al precio de perder fuerza social solo puede llevar a la derrota en ambos frentes. Un gobierno de izquierdas sin el apoyo activo –y no solo electoral- de una sociedad organizada se vería, como ya ha sucedido en varias ocasiones, obligado a gestionar la crisis capitalista, obedecer las imposiciones de la burguesía internacional y ser devorados por sus propias contradicciones.»
Pues bien, una lectura detenida del informe del reciente XV Pleno del Comité Central pone de manifiesto la certeza de lo apuntado en el mandato congresual. Así, y en lo que se refiere, por ejemplo, a la derogación de la reforma laboral de 2012, una cuestión que se incorporó en el acuerdo de coalición gubernamental de diciembre de 2019, el informe del Comité Central la sustituye ahora con otras expresiones que apuntan, no a su derogación, sino a una nueva reforma laboral para acomodarse así a las exigencias que impone la Unión Europea para poder percibir los fondos europeos (NGEU).
En efecto, se suplanta la «derogación de la reforma laboral de 2012» por la necesidad de acelerar la reforma laboral,[i] expresión que se reitera cuando indica: «La situación de bloqueo para alcanzar un acuerdo en la mesa de diálogo social respecto a la puesta en marcha de la reforma laboral…»[ii]o, cuando finalmente señala la oportunidad de reivindicar «la puesta en marcha de una reforma laboral».[iii]
Una nueva reforma laboral que parte de consentir esa puñalada trapera que el Partido Popular, envuelto en todo tipo de corrupciones, asestó al asalariado de este país en 2012. La dirección eurocomunista no solo renuncia a exigir en este punto el cumplimiento del acuerdo de coalición «progresista», sino que una vez más transgrede el mandato congresual del PCE que establecía como objetivo irrenunciable de los comunistas la lucha por la derogación de las reformas laborales[iv](incluida la del gobierno de Zapatero).
Coincide el Comité Central en este tema con el mismísimo programa electoral del PSOE de los últimos comicios en el que postulaba por un dialogo «con los agentes sociales para la elaboración de un nuevo Estatuto de los Trabajadores»,[v] limitando la derogación de la reforma laboral del PP solo a sus aspectos más lesivos, algo, esto último, que ni siquiera recoge el informe de la dirección central del PCE.
Por otra parte, en este informe se sustituye la lucha de clases por el dialogo social como procedimiento adecuado para conseguir esa nueva reforma laboral[vi]adaptada, como decimos, a las exigencias de la Unión Europea.
Esta es la razón por la que no consta en el documento llamamiento alguno a la movilización social y política de la clase asalariada, de los trabajadores autónomos, de las capas populares. En su lugar nos invita a que apoyemos al gobierno de coalición y sus políticas neoliberales. Por eso afirman que trabajarán «para que las medidas aprobadas y que forman parte del denominado escudo social, se expliquen y difundan adecuadamente entre todo nuestro pueblo, para evitar la permanente descalificación a la acción de este gobierno -y en especial de los ministerios dirigidos por compañeras y compañeros de UP- que se difunde desde los medios de comunicación controlados por la derecha.»[vii]En lugar de movilizaciones obreras y populares, menciona este informe del Comité Central las llamadas «movilizaciones sindicales»[viii], «no necesaria ni únicamente mediante las actividades en las calles»[ix], es decir, las promovidas por los aparatos de dirección de las organizaciones sindicales reformistas. Por eso, en el XII Pleno del Comité Central del PCE de 26 de abril de 2020, en una nota resumen que publica la organización, se indica que: «Las críticas o la presión al gobierno en estos momentos deben ser articuladas exclusivamente a través de la dirección central del PCE. Acordamos la máxima centralidad a la hora de fijar y difundir posiciones políticas.»
La estrategia del PCE en el gobierno de coalición aparece como el quiero y no puedo de una larga lista de reivindicaciones y las medidas que, formando parte del llamado acuerdo de coalición entre PSOE y Unidas Podemos, no se traducen en políticas llevadas a la efectividad práctica, como ocurre no solo con la derogación de la reforma laboral que hemos comentado, sino también respecto a materias tan sensibles a la mayoría social como pensiones, incremento del salario mínimo interprofesional, ingreso mínimo vital, desahucios, cortes de luz, dependencia, ley mordaza, etc. Todas ellas expresan el trecho que va desde la presencia del PCE en la instancia gubernamental al ejercicio del poder real para hacer realidad aquellas reivindicaciones que confirman, una vez más, la necesidad de escapar de la trampa del parlamentarismo burgués, ya que la alternativa al sistema del capital se dirime de modo principal en el terreno de la lucha de clases que los dirigentes eurocomunistas niegan en favor del electoralismo y el diálogo y el pacto social.

Es evidente que bajo el reformismo socialdemócrata del PSOE el sistema del capital impone el consenso reformista con el autoconfinamiento parlamentario de los dirigentes eurocomunistas completamente alejados de los principios del marxismo-leninismo que invocan los Estatutos del PCE.
¡Qué decir, además, de la lucha por la República democrática federal, contra el gran capital de la UE y el Euro, contra la OTAN, por la nacionalización de los sectores estratégicos de la economía! ¿Y de la complicidad en la agresión, por acción u omisión, a los pueblos de Venezuela, del Sáhara, etc.?
Ya Marx recordaba a los trabajadores que no debían contentarse con la negatividad de «retardar el retroceso» cuando la tarea debía consistir en «cambiar su dirección»; que no debían aplicar «paliativos» cuando el problema era cómo «curar la enfermedad» y proseguía con el planteamiento de que no basta con participar defensivamente en la «inevitable guerra de guerrillas, continuamente provocada por los abusos incesantes del capital o por las fluctuaciones del mercado.»[x]
Con la crisis estructural del capitalismo y su agudización por la pandemia, aunque la tendencia sea la del repliegue descrito, los dirigentes del PCE y toda su organización deben empeñarse en respetar y aplicar las orientaciones políticas e ideológicas que constituyen el mandato congresual del XX Congreso, para poder estar a la altura de la necesidad objetiva de avanzar hacia la ruptura democrática y la recuperación de la República mediante un proceso constituyente impulsado por los trabajadores y las capas populares y la defensa intransigente de los intereses obreros y populares, siempre en la estrategia de alcanzar la sociedad socialista del siglo XXI.
Los dirigentes eurocomunistas del PCE no pueden seguir a remolque del reformismo socialdemócrata; no pueden continuar transgrediendo un día sí y otro también los acuerdos del XX Congreso.
Como señalábamos al principio: «ganar fuerza institucional al precio de perder fuerza social solo puede llevar a la derrota en ambos frentes.» Los resultados en las recientes elecciones al Parlamento de Cataluña demuestran que la ausencia en la calle y en los centros de trabajo conduce a la derrota en las instituciones. Los 194.111 votos alcanzados por En Comú Podem llegan más tarde del desastre en las elecciones al Parlamento de Galicia en 2020 donde quedaron sin representación, y en el País Vasco, donde se perdió la mitad de los apoyos logrados con anterioridad. En Cataluña han perdido ahora más de 130.000 votos y Vox los supera en apoyos.
¿Es ésta una explicación de por qué el informe al XV Pleno del CC recibió 14 votos en contra y 14 abstenciones?
Arturo Borges Álamo
Miguel Medina Fernández-Aceytuno
Militantes del PCE
[i]Informe del XV Pleno del Comité Central de 30 de enero de 2021, págs. 12 y 13.
[ii]Informe del XV Pleno del Comité Central de 30 de enero de 2021, pág. 14.
[iii]Informe del XV Pleno del Comité Central de 30 de enero de 2021, pág. 14.
[iv]Programa XX Congreso del PCE primera fase, págs. 34 y 35.
[v]Punto 3 de los 35 Compromiso sociales del PSOE.
[vi]Informe del XV Pleno del Comité Central de 30 de enero de 2021, pág. 14.
[vi]Informe del XV Pleno del Comité Central de 30 de enero de 2021, pág. 12.
[viii]Informe del XV Pleno del Comité Central de 30 de enero de 2021, pág. 14.
[ix]Informe del XV Pleno del Comité Central de 30 de enero de 2021, pág. 15.
[x]Marx, Salario, precio y ganancia.
Obtendremos la respuesta a la pregunta del título eliminando los signos de interrogación y colocando la palabra «VAN» antes de «A» y después de «PCE».
We’ll get the answer to que question of the title by leaving out the question marks and placing the word «VAN» before the «A» and after the initials «PCE».
En la foto se puede ver claramente cómo Sánchez le está robando la cartera a Iglesias.