Por la Paz ¡No a la Guerra!

Quienes suscribimos el presente llamamiento, Por la Paz ¡No a la Guerra!,
miembros y exmiembros del PCE, PSUC, PCC y de otras organizaciones afines que
compartimos una misma voluntad de contribuir, en la medida de nuestras
posibilidades, a la sensibilización de  la ciudadanía democrática en favor de la PAZ,
expresamos nuestra profunda preocupación ante el documento publicado por los
ministros de Asuntos Exteriores de España, Alemania, Francia, Italia, Polonia y el Reino
Unido
el pasado 19 de noviembre. De manera oficiosa los gobiernos citados, al margen de sus respectivas ciudadanías y de las instituciones representativas de sus respectivos Estados, acercan peligrosamente la
posibilidad de una guerra contra la Federación Rusa. La declaración se presenta ante la
opinión pública como un imperativo fatalmente necesario ante una gravísima
situación, cuando, en realidad, la apuesta por la guerra que manifiesta el comunicado
de los ministros refuerza el peligro de una conflagración que tendría consecuencias
desastrosas para los pueblos del mundo. Frente a esta ceguera belicista afirmamos con
rotundidad: ¡La Paz si es posible! ¡La guerra es inadmisible!
El documento de los ministros de asuntos exteriores no contempla la necesidad
de un alto el fuego inmediato en las guerras de Ucrania y Oriente Medio, que en la
actualidad se extiende a Siria, como tampoco en otros conflictos de menor intensidad
activos actualmente en el mundo. 
Por el contrario, reafirma la permanencia de una OTAN fuerte, incrementando
el gasto en seguridad y defensa que deberá superar el actual límite del 2% del PIB de
cada país y con el compromiso de invertir en las “capacidades militares críticas”. El
secretario general de la OTAN ha defendido abiertamente una reducción del gasto
social en los países europeos para incrementar hasta el 3% o más del PIB sus
presupuestos militares.
Ni la guerra de Ucrania comenzó el 24 de febrero de 2022, ni la de Oriente
Medio el 7 de octubre de 2023. Frente a manipulaciones interesadas, es imprescindible
no perder de vista el verdadero origen de estos conflictos, tener en cuenta su historia.
La guerra provoca consecuencias dramáticas: pérdida de vidas humanas,
mutilaciones, destrucción de viviendas e infraestructuras, daños ambientales, crisis
económica con incremento del paro, desatención de servicios públicos esenciales,
supresión de derechos y libertades democráticas, reclutamiento forzoso de hombres
y mujeres jóvenes que destrozan las unidades familiares o que impiden su
constitución, así como el auge del fascismo… 
Abogamos por una solución diplomática de los conflictos, plenamente
conscientes de sus dificultades, pero también de los inmensos e irreparables daños a
los que nos aboca la lógica guerrera que se nos impone desde la OTAN y la UE, con una
persistente y abrumadora campaña de todos los grandes medios. Un gobierno que se
proclama “progresista” tiene que desmarcarse urgentemente de ella. Ni tropas, ni

armas ni financiación para la guerra contra Rusia. Regreso de tropas desplegadas en
sus fronteras. Suspensión efectiva de relaciones de todo tipo con el régimen genocida
israelí. La permanencia al margen de la estructura militar integrada de la OTAN era una
de las condiciones de la pertenencia de España a esta organización según los términos
del referéndum de 1986, junto a la prohibición de instalar, almacenar o introducir
armas nucleares en territorio español y a una reducción progresiva de la presencia
militar de los Estados Unidos en España.
¡Hoy es de la máxima urgencia que por fin se respeten los compromisos
incumplidos por los sucesivos gobiernos españoles desde entonces!
Hacemos un llamamiento a la ciudadanía democrática del país,
independientemente de sus preferencias políticas y de voto: profesionales,
intelectuales, personas trabajadoras en activo o en paro, pensionistas, dirigentes
sindicales, personal autónomo, artistas, creyentes y no creyentes, a toda la juventud y
en general a todos los hombres y mujeres de buena voluntad que rechazamos la
guerra injusta que se pretende imponernos como una fatalidad y que deseamos la PAZ
entre los pueblos del mundo, para pronunciarnos y obrar por la más amplia
movilización social con ese objetivo. Las multitudinarias movilizaciones de 2003 contra
la guerra en Irak indican el camino a seguir.

Para adherirse al Manifiesto pinche aquí o bien comunique su adhesión al correo:
asociacionculturayanalisis@gmail.com

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