Oskar Lafontaine: «Las matanzas continúan porque la industria armamentística estadounidense lo quiere así»

«Un fracaso de la diplomacia condujo a esta guerra. Ahora se necesita urgentemente la diplomacia para poner fin a la guerra entre Rusia y Ucrania antes de que destruya completamente Ucrania y ponga en peligro la supervivencia de la humanidad».


El 16 de mayo de 2023, el periódico estadounidense “New York Times” publicó un anuncio a toda página sobre la guerra en Ucrania. El texto estaba firmado por 14 grandes expertos estadounidenses en seguridad. El titular es “Estados Unidos debe ser una fuerza de paz en el mundo”. Los autores piden al presidente Biden que utilice su “plena autoridad para poner fin de forma rápida y diplomática a la guerra entre Rusia y Ucrania, especialmente a la luz de los graves peligros de una escalada militar que podría descontrolarse”.

Los expertos en seguridad estadounidenses señalan: «La causa inmediata de esta catastrófica guerra en Ucrania es la invasión rusa. Pero los planes y acciones para extender la OTAN hasta las fronteras rusas han provocado un aumento de los temores rusos. Y los líderes rusos llevan 30 años insistiendo en ello. Un fracaso de la diplomacia condujo a esta guerra. Ahora se necesita urgentemente la diplomacia para poner fin a la guerra entre Rusia y Ucrania antes de que destruya completamente Ucrania y ponga en peligro la supervivencia de la humanidad». 

Los autores se preguntan por qué Estados Unidos ha persistido en querer ampliar la OTAN a pesar de las numerosas advertencias: “El beneficio de la venta de armas ha sido un factor importante. Ante la oposición a la ampliación de la OTAN, un grupo de neoconservadores y altos cargos de los fabricantes de armas estadounidenses crearon el Comité Americano para la Ampliación de la OTAN. Entre 1996 y 1998,  los mayores fabricantes de armas gastaron 51 millones de dólares (el equivalente a 94 millones de dólares actuales)  en grupos de presión y millones más en donaciones para campañas electorales. Como resultado de esta generosidad, la ampliación de la OTAN se convirtió en un asunto de vía rápida, en el que los fabricantes de armas estadounidenses vendieron armas por valor de miles de millones de dólares a los nuevos miembros de la OTAN. Hasta la fecha, Estados Unidos ha enviado a Ucrania equipos militares y armas por valor de 30.000 millones de dólares, y la ayuda total a Ucrania supera los 100.000 millones de dólares. La guerra, se dice, es un negocio especialmente rentable para unos pocos elegidos”. 

Los vasallos alemanes y europeos deberían cambiar de opinión ahora como muy tarde. Eisenhower fue el presidente que, en su discurso de despedida, subrayó el efecto nocivo del complejo militar-industrial en la política estadounidense. 

La guerra de Ucrania y muchas otras guerras estadounidenses son, en última instancia, el resultado de la codicia de la industria armamentística estadounidense que, como todos sabemos, domina el Congreso y el Senado. Hoy ya están tocando el tambor para una guerra contra China.  

¿Cuántos millones de personas más tienen que morir para que el mundo entre en razón? ¿Y cuándo se darán cuenta los europeos y los políticos alemanes, en primer lugar, los Verdes, de que no son más que el brazo extendido de la industria armamentística estadounidense? 

Oskar Lafontaine.

El sábado 24 de junio hablaré en Ramstein y haré campaña para que rompamos con el paternalismo de EE.UU. y la industria armamentística estadounidense a fin de crear seguridad en Europa y un mundo más pacífico.  

Por cierto, Henry Kissinger, que este sábado cumple 100 años, también recordó la prehistoria de la guerra hace unos días en el “Zeit”. Ya en 2014, había “expresado serias dudas sobre el plan de invitar a Ucrania a unirse a la OTAN”, dijo el exsecretario de Estado estadounidense. Eso inició “una serie de acontecimientos que culminaron en la guerra. No justifica la guerra, pero yo creía entonces, y sigo creyendo, que no era prudente combinar la admisión de todos los países del antiguo bloque del Este en la OTAN con una invitación a Ucrania para que se uniera también a la OTAN.”  Lo mejor para Ucrania habría sido permanecer neutral, continuó Kissinger. “Porque hay una diferencia considerable entre que la frontera entre las zonas de seguridad de Europa y Rusia discurra a lo largo de la frontera occidental de Ucrania, a unas trescientas millas de Varsovia, o que esté en la frontera oriental de Ucrania, a unas trescientas millas de Moscú. En su momento escribí en muchos artículos que Ucrania no debía ser un puesto avanzado de Occidente o de Moscú, sino un puente entre ambas partes”.  

Oskar Lafontaine (Facebook, 26.05.23)

Fuente: Boletín número 12, Campaña internacional ¡Alto a la guerra!¡Alto el fuego inmediato y sin condiciones! Promueve este Boletín en el Estado Español el Comité por la alianza de trabajadores y pueblos (CAPT).

Correo electrónico: manifiesto.altoalaguerra@gmail.com

Comparte este artículo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *