En la salud y en la enfermedad. En la pobreza y en la riqueza

En una economía devastada por la pandemia, la industria farmacéutica parece obtener beneficios de ésta.

El título podría tratarse del inicio de un acuerdo mutuo entre dos personas, un contrato de por vida, o una oportunidad única de obtener beneficios como nunca antes podrían haber obtenido. Y es que hay frases que son inmortales y recurrentes.

En plena pandemia, y mientras miles de trabajadores/as se encuentran en el desempleo, sufriendo un ERTE, o luchando por sus derechos laborales (Alcoa; o los trabajadores de Nissan, que verán cómo se cierran la fábricas de Cataluña en 2022), hoy en día hay un sector empresarial que está haciendo su agosto, nunca mejor dicho. Y no se trata de las empresas que fabrican papel higiénico, que podrían. Se trata de las farmacéuticas, aquellas empresas que han visto en la pandemia una oportunidad única para hacer el negocio del siglo.

Mientras que en España, el turismo ha sufrido las consecuencias de la enfermedad, las muertes y la cuarentena, esta industria farmacéutica acaba por obtener beneficios récord.

Sumando las mayores farmacéuticas españolas, las nombraremos para que nos vayan sonando: Grifols, Almirall, Rovi, Faes Farma, Pharma Mar y Reig Jofre, han obtenido en el primer trimestre del 2020, en conjunto un beneficio neto de unos 344 millones, según las presentaciones trimestrales de resultados. En comparación con el año anterior, hace una cifra de un 215% más de beneficio. (Fuente:: memorias trimestrales primer trimestre 2019 y 2020).

De estas, Pharma Mar, una biofarmacéutica, cerró el trimestre presentando un beneficio de 70,6 millones. Puede parecer poco, pero teniendo en cuenta que el año pasado sufrió pérdidas de 10,4 millones en el mismo período, algo ha de notar que el coronavirus está haciendo muy bien a sus cuentas. Y es que ha desarrollado y presentado un medicamento que según la empresa podría ser efectiva para luchar contra el coronavirus, y aún se está a la expectativa de que la empresa presente más resultados sobre nuevos ensayos de dicho medicamento. Las expectativas sobre este medicamento, Aplidin, está convirtiendo a la empresa en una de las más rentables en bolsa en el último mes. Superando en un 200% su revalorización bursátil.

Grifols, una farmacéutica especializada en hemoderivados, ha desarrollados test para detectar el virus COVID-19. Por supuesto, ya ha sido adjudicado el suministro de estas pruebas al sector público. Concretamente, la Generalitat ha pagado 2,2 millones por ellos. Y hace poco, consiguió otro contrato para provisionar de test a la Comunidad de Castilla-La Mancha, por valor de 4,3 millones. Además, esta empresa ha desarrollado un tratamiento con inmunoglobulina, que parece ser efectiva, según sus estudios. 

Curiosamente, si consultamos sus cuentas, que están disponibles en Internet, recibieron en 2019 casi 11 millones de euros en subvenciones. En 2018, una cantidad similar.  A estas cantidades hay que sumar, en 2019, más del medio millón de euros, de préstamos muy favorables que no devengan intereses, por parte del Ministerio de Ciencia. En 2018, casi 700.000 euros. (Fuente: estados financieros Grifols, S.A.) Y del Banco Europeo, en 2015, 2017, 2018… préstamos muy ventajosos que llegaron a ser más de 143 millones de euros en el primer semestre del 2018. (Fuente : Nota de prensa Unión Europea. Plan de Inversiones para Europa).

Y, por supuesto, no son casos excepcionales. La industria farmacéutica española saca provecho de la inversión pública en momentos muy difíciles para el resto de sectores. Y esta pandemia tiene visos de generar grandes ingresos para las empresas privadas, gracias a que se están desarrollando medicamentos e investigaciones para la futura vacuna con la ayuda de esos fondos públicos. Estos fondos no son algo nuevo. En años anteriores no había pandemia y sí seguían las ayudas y subvenciones a este sector.

El problema, es que mientras este sector recibía y recibe estas subvenciones y ayudas, la investigación pública no hacía más que decrecer. El CSIC, ha pasado de obtener un presupuesto de 835 millones de euros en 2009 a los 676 millones en 2019. La tasa de temporalidad de los trabajadores del CSIC rondaba el 44%, según datos de CCOO para el año 2017. Pasando de 15000 trabajadores en 2011 a 10600 en 2018. 

Estas cifras, y los datos anteriores denotan el desmantelamiento de la investigación pública por parte del Gobierno de España, en favor de la iniciativa privada. Si la temporalidad es tan alta,la contratación tan escasa, y los sueldos no mejoran a los del sector privado, licenciados e investigadores tenderán a buscar trabajo en el sector privado, dinamitando así aún más la investigación pública.

Cuando se consigue un medicamento que obtiene resultados deseados, la empresa farmacéutica tiene generalmente el monopolio de su producción a través de una patente. Mientras dura esa patente, la venta de ese medicamento genera beneficios. Cuanta mayor cantidad de personas necesitan ese medicamento, mayores los beneficios generados. Ahora, ¿nos imaginamos un medicamento que necesita toda la población porque sufrimos una pandemia de dimensiones mundiales? 

En España, se están llevando a cabo investigaciones para el desarrollo de una vacuna. Todas desde la iniciativa privada. Eso no quiere decir que todas vayan a llegar a buen puerto. Es más, la comisión Europea, va a financiar la investigación de varias farmacéuticas (Fuente:  Unión Europea.  Notas de prensa Unión Europea. “Coronavirus: la Comisión concluye conversaciones para garantizar a los europeos la futura vacuna contra el coronavirus.”) A cambio de esos fondos, la Unión Europea podrá hacerse con un montante de dosis aún sin especificar. En total, la Comisión Europea va a dotar con 2700 millones este plan, que se llevará a cabo a través del Instrumento para la Prestación de Asistencia Urgente. La propia UE admite que muchas de esas investigaciones que serán financiadas con dinero público, no llegarán a ningún sitio. ¿Qué pasará por tanto cuando se encuentre la vacuna? ¿Habrá un control eficaz sobre esos fondos, para que no vayan a la cuenta de resultados de las empresas como un salvavidas de su beneficio?

¿Se acuerdan de la lucha por las mascarillas y los aparatos mecánicos de ventilación asistida procedentes de China? Como país, nos peleábamos a brazo partido con el resto del mundo. ¿Por qué no se produce en España? ¿Cómo si, como hemos visto más arriba, estamos desmantelando la investigación pública? El lobby farmacéutico es quien lleva la voz cantante. Además, nos encontramos con la presión de EEUU para que las farmacéuticas españolas se abran a las estadounidenses. 

Y es que las farmacéuticas son empresas con la obligación de presentar rentabilidades atrayentes y dividendos a sus accionistas, primando sobre la salud pública. Y es que la salud debería ser defendida desde el Estado. Porque lo que sucede al final es que las empresas privadas acaban por obtener ciertos privilegios, los fondos ya se recibieron, mientras es el sector público quien carga con las obligaciones. 

José López Cobos

Fuentes

– Memorias trimestrales 2019 y 2020 de  Grifols, Almirall, Rovi, Faes Farma, Pharma Mar y Reig Jofre.

– Informe CCOO sobre CSIC.

– Unión Europea. Notas de prensa Unión Europea. “Plan de Inversiones para Europa.”

Unión Europea. Notas de prensa Unión Europea. “Coronavirus: la Comisión concluye conversaciones para garantizar a los europeos la futura vacuna contra el coronavirus.”

– Unión Europea. Notas de prensa Unión Europea. “Respuesta UE al Coronavirus..”

– Unión Europea. Notas de prensa Unión Europea. “Estrategia de la UE en materia de vacunas”

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