Nissan. La lucha continúa

La representación de los trabajadores de Nissan firma un preacuerdo con la multinacional. Se mantiene la actividad laboral y permite la búsqueda de una solución definitiva para salvar los puestos de trabajo.

Corresponsal en Barcelona. CATALUNYA.

En un primer momento, las movilizaciones de los trabajadores de Nissan en Cataluña lograron que la patronal considerase aplazar el cierre de las instalaciones a finales del presente año y no en la fecha actual que tenía prevista. Ahora, el preacuerdo suscrito por la representación de los trabajadores y la dirección de la multinacional prevé que hasta diciembre de 2021 no podrá haber despidos forzosos. Se abre un paréntesis para buscar una solución definitiva que salve los puestos de trabajo que supondrá un coste de unos 400 millones de euros a la patronal.

La plantilla no quiere discutir el importe de las indemnizaciones por despido. No quieren prorrogas de actividad laboral que siempre son precarias. Lo que reivindican es la continuidad definitiva de los más de 2.500 puestos de trabajo que afectan a 25.000 familias. Ya sea para continuar fabricando vehículos o mediante la producción de otras mercancías diferentes. No están dispuestos a claudicar. Así lo expone con toda claridad el compañero Javier Adalid, miembro del comité de empresa de NISSAN de la planta de Montcada i Reixac (Barcelona, comarca del Vallés Occidental) en el siguiente video.

Este compañero denuncia con toda claridad la maldad intrínseca de la reforma laboral de Rajoy que permite que los expedientes de regulación de empleo los resuelva la propia empresa y no la Administración Pública, encargada hasta entonces de aprobar o rechazar los despidos colectivos y cierres de empresa. El nuevo artículo 51 del Estatuto de los Trabajadores desplaza desde la Administración hacia el consejo de administración de la empresa la facultad de cerrar con total libertad unas instalaciones y despedir al conjunto de los trabajadores afectados. Convierte al patrono en juez y parte del ERE. Una monstruosidad jurídica propia del ancien régime.

No obstante, el comité de empresa manifiesta estar dispuesto a acudir a la vía judicial para que reclamar que la decisión patronal del cierre de la fábrica sea declarada nula si finalmente se llevase a cabo a finales del próximo año, pero sin dejar en ningún momento las movilizaciones que llevan a cabo en la defensa de los puestos de trabajo. El ejercicio de acciones judiciales de forma simultánea a las movilizaciones de los trabajadores constituye una conquista histórica del movimiento obrero, fundamento de un verdadero sindicalismo combativo y de clase.

La lucha de Nissan pone de relieve, por otra parte, la importancia de la batalla política por lograr la derogación de las reformas laborales impuestas por PSOE y PP. De lo que se trata no es de hacer un nuevo Estatuto de los Trabajadores, como pretende el gobierno de coalición, para mantener lo esencial de las medidas que fueron adoptadas con las reformas laborales, e incluir de paso la llamada «mochila austriaca», una perversa medida dirigida a que los propios trabajadores capitalicen las indemnizaciones de despido, facilitando, como señalan fuentes gubernamentales, el «dinamismo laboral y la productividad», esto es, el despido con menor coste patronal.  Además, al ser la mochila austriaca una cuenta de ahorro individual que acompaña al trabajador a lo largo de su vida laboral, los bancos (privados) dispondrán de nuevas fuentes de depósitos para sus negocios.

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