Sociedad anónima

DEP-BZM

SOCIEDAD ANÓNIMA

Forma de organización de las grandes empresas dominante en los países
capitalistas; su capital se obtiene mediante la venta de acciones
(ver).

Las sociedades anónimas surgieron cuando el desarrollo de las fuerzas
productivas llegó al estadio en que la fundación de empresas gigantes,
la construcción de ferrocarriles, canales, etc., exigía la
centralización de capitales individuales. Los beneficios de la
sociedad anónima (descontados los recursos que se destinan a ampliar
la producción, a aumentar el capital de reserva, al pago del personal
que dirige la sociedad y de los impuestos quo establece el Estado) se
reparten entre los accionistas bajo el aspecto del dividendo (ver) por
acción.

Los apologistas de la burguesía intentan presentar el desarrollo de
las empresas en forma de sociedades anónimas como “democratización del
capital” (ver). En la gestión de las sociedades anónimas, la
abrumadora mayoría de los accionistas no desempeñan ningún papel, pues
los organismos rectores de la sociedad (Consejo de directores o
Consejo de observadores) se eligen, formalmente, en asambleas
generales de accionistas, donde cada uno de ellos cuenta con un numero
de votos proporcional al de las acciones que posee. De ahí que, en
las elecciones, el voto decisivo corresponda a los grandes
capitalistas, dueños del paquete de control de las acciones (ver).

Para los amos de las sociedades anónimas, resulta singularmente
beneficiosa la colocación de acciones de pequeño valor entre sus
propios obreros y empleados; por lo general, ello se organiza
descontando regularmente de los salarios el importe de las acciones.
Con ello, los dirigentes de las sociedades anónimas no solo obtienen
recursos monetarios adicionales, que emplear para extraer beneficios,
sino que, además, durante un lapso considerable, mientras los obreros
no han pagado íntegramente el importe de las acciones, disponen de
éstas y perciben los dividendos correspondientes.

Mediante la colocación de acciones entre los obreros que trabajan en
las empresas de la sociedad anónima, los capitalistas crean la
apariencia de que también los trabajadores participan en la
distribución de las ganancias. De esta manera, procuran atar a los
trabajadores al carro del capital, intentan convencerles de que unos y
otros se hallan interesados en la buena marcha de la empresa y en el
incremento de las ganancias, intentan estimular a los obreros para que
eleven la intensidad y la productividad del trabajo, tratan de
provocar la decisión en las filas obreras, procuran desviar de la
lucha de clases a los obreros.

En la época imperialista, los magnates del capital financiero (ver)
utilizan las sociedades anónimas para ampliar la esfera de su dominio
sobre capitales ajenos. Lo logran desarrollando el denominado sistema
de participaciones, que consiste en lo siguiente: las principales
jerarcas de una sociedad anónima (sociedad matriz) adquieren el
paquete de control de acciones de otras sociedades (filiales) que, a
su vez, poseen paquetes de control de terceras sociedades
(subfiliales), etc. De este modo, un grupo de magnates de las
finanzas, dueños de la sociedad anónima matriz, disponen de los
capitales de otras varias sociedades anónimas cuyos medios, en su
conjunto superan en mucho los recursos propios de aquellos. Así, por
ejemplo, los Rockefeller, con un capital de tres mil quinientos
millones de dólares, disponen de sesenta y cinco mil millones; los
Morgan, con siete mil millones de dólares, controlan un capital que
supera en más de diez veces sus propios recursos.

En la U.R.S.S. también existieron sociedades anónimas durante los
primeros años de la N.E.P. Mas por sus objetivos, se diferenciaban
totalmente de las capitalistas. Se organizaron como sociedades
anónimas empresas dirigidas por diversos Comisariados del Pueblo o
empresas capitalistas de Estado, indispensables sobre todo para atraer
capitales extranjeros con vistas al restablecimiento y al desarrollo
de la economía del país. A principios de la década de 1930-1940, la
mayor parte de estas sociedades anónimas se transformaron en compañías
estatales: trusts, entidades comerciales, etc. Poseían, asimismo, un
carácter esencialmente distinto del de las sociedades anónimas
capitalistas, las sociedades anónimas mixtas, intergubernamentales y
paritarias que se organizaron en varios países de democracia popular.
Sus activos se componían de aportaciones realizadas por los países en
que tales sociedades se organizaban y aportaciones de la Unión
Soviética; una parte de estas últimas estaba formada por las empresas
de los criminales de guerra alemanes y japoneses que habían pasado a
propiedad de la U.R.S.S.; otra parte consistía en nuevas
instalaciones, materias primas deficitarias etc., suministradas por la
Unión Soviética. Las sociedades anónimas de este tipo tenían por
objetivo contribuir al desarrollo de la economía de varios países
socialistas destrozada por la guerra. Alcanzado este objetivo, en
1954-1955 las sociedades indicadas pusieron fin a su existencia
mediante la venta a los países correspondientes, en las condiciones
más ventajosas, de los activos pertenecientes a la Unión Soviética.

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