4-Democracia

Democracia

Diccionario filosófico marxista · 1946:70-72

Democracia

(Del griego: “demos” – pueblo; “crato” – poder). Democracia significa
Poder del pueblo. En la sociedad dividida en oprimidos y opresores,
en una clase de explotados y otro de explotadores en el Poder, jamás
puede haber un auténtico Poder del pueblo, y la democracia siempre
tiene un carácter clasista. Particularmente, en la sociedad burguesa,
la democracia constituye la forma de dominación de clase de la
burguesía. Hasta cierto momento la burguesía está interesada en la
democracia como medio de su dominación política. Elabora una
Constitución, crea un Parlamento y otras instituciones
representativas, establece el “derecho al sufragio universal” y la
libertad política formal. Sin embargo, la posibilidad de hacer uso de
tales derechos y de las instituciones democráticas por parte de las
extensas masas trabajadoras es disminuida por todos los medios, y, en
su conjunto, el aparato democrático de la República burguesa está
adaptado para que pueda paralizar la actividad política de las masas y
apartar a los trabajadores de su participación en la vida política.
“La democracia burguesa, escribía Lenin, aún cuando constituye un gran
progreso histórico en comparación con el medioevo, sigue siendo
siempre –y bajo el capitalismo no puede dejar de serlo– estrecha
castrada, falsificada, hipócrita; un paraíso para los ricos y una
trampa y un engaño para los explotados, para los pobres”. El
parlamento, “lugar de charlatanería”, es una pantalla para encubrir la
política secreta interior y exterior antipopular que se elabora en un
estrecho círculo de banqueros, empresarios y políticos profesionales,
y se realiza con la ayuda del aparato ejecutivo del Poder estatal,
independientemente del Parlamento, que también, dicho sea de paso, es
generalmente un órgano obediente de la burguesía. El llamado “derecho
al sufragio universal” se reduce, en realidad –como ya lo dijo Marx–
“a que una vez cada tres o seis años se le dé al elector la
posibilidad de decidir qué miembros de la clase dominante han de
representar y aplastar al pueblo en el Parlamento”. Cuando hay una
crisis o una guerra, cuando el Poder de la burguesía está amenazado,
se dejan de lado las pantallas democráticas y aparece en escena la
dictadura militar abierta de la burguesía. Durante la época del
imperialismo en los Estados burgueses se efectúa “el viraje desde la
democracia hacia la reacción política” (Lenin). Los oportunistas del
campo de la Segunda Internacional revisaron la teoría marxista sobre
el Estado y la democracia. Lanzaron la falsa y traidora teoría de la
“democracia pura” por encima de las clases. Esta teoría pretende que
el proletariado no debe romper la vieja máquina de Estado de la
burguesía, sino perfeccionarla, reformarla y obtener la transformación
pacífica del capitalismo en socialismo. “La democracia pura, escribía
Lenin, es una frase hipócrita del liberal que se mofa de los obreros.
La Historia conoce la democracia burguesa que sustituye al feudalismo,
y la democracia proletaria que sustituye a la burguesa”. La
democracia proletaria es una forma nueva, superior, de democracia; una
democracia auténtica, efectiva, para la mayoría del pueblo, para las
amplias masas laboriosas. La Constitución staliniana del Estado
socialista de obreros y campesinos es la única Constitución en el
mundo verdaderamente democrática. En la U. R. S. S., todo el Poder
del Estado pertenece a los trabajadores de la ciudad y del campo
representados por los Soviets de Diputados de Trabajadores. Por vez
primera en la historia de la humanidad se manifiesta en la U. R. S.
S. el efectivo derecho al sufragio universal, directo, igual y
secreto, sin ninguna de las restricciones que aparecen en cualquier
Constitución, aún en las de los Estados burgueses más “democráticos”.
Todos los ciudadanos de la U. R. S. S., independientemente de su
sexo, nacionalidad o raza, gozan de iguales derechos en la vida
política, económica y cultural del país del socialismo, participan de
igual manera en la dirección del Estado. Así se realiza en la Unión
Soviética el auténtico Poder del pueblo, la verdadera democracia.

Diccionario filosófico abreviado · 1959:119-120

Democracia

(Literalmente: poder del pueblo). Régimen político en que el poder
pertenece al pueblo. La democracia siempre tiene un carácter de clase
y no es otra cosa que la forma política de la dictadura de las clases
dominantes.

En la sociedad capitalista la democracia representa la forma del
dominio de clase de la burguesía, bajo cuya vigencia se declara la
igualdad de los ciudadanos ante la ley, se proclaman los derechos de
la personalidad y las libertades democráticas: libertad de palabra, de
prensa, de reunión, etc. Sin embargo, estas libertades tienen un
carácter limitado, porque no puede haber igualdad verdadera entre los
explotadores y los explotados, entre los capitalistas y los obreros.
El aparato estatal de la democracia burguesa defiende los intereses de
los propietarios, que se valen de miles de artimañas para apartar a
los trabajadores de la participación en la dirección y dificultar su
acceso al órgano representativo superior del estado burgués, el
parlamento.

La implantación de la democracia burguesa, a pesar de su carácter
limitado, tuvo un significado progresista, porque condujo a la
liquidación del régimen de servidumbre y contribuyó al crecimiento de
las fuerzas productivas.

A medida que el capitalismo se desarrolla, la burguesía afianzada en
el poder renuncia a las conquistas democráticas de la revolución
burguesa y se convierte en una fuerza que frena el progreso ulterior
de la sociedad.

En la época del imperialismo, en la superestructura política de la
sociedad capitalista tiene lugar un viraje de la democracia hacia la
reacción política. La burguesía emprende la ofensiva contra los
derechos democráticos de los trabajadores. Sin embargo, esta política
de los imperialistas es rechazada por el proletariado de los países
capitalistas, encabezado por los Partidos Comunistas y Obreros. La
lucha por la democracia es la escuela en la que se educan la
conciencia y la unidad del proletariado y su madurez política. Lenin
decía que si la clase obrera no se educa en la lucha por la
democracia, no es capaz de realizar la revolución económica, de tomar
en sus manos el poder estatal. En las condiciones actuales, a
consecuencia de los grandes cambios a favor del socialismo en una
serie de países capitalistas, la clase obrera, que encabeza al
campesinado trabajador y a todas las fuerzas patrióticas tiene la
posibilidad de conquistar una mayoría sólida en el parlamento y
transformarlo de órgano de la democracia burguesa en instrumento de la
auténtica voluntad popular.

Un tipo nuevo, históricamente superior de la democracia es la
democracia proletaria socialista. La dictadura del proletariado
(ver), que constituye el contenido político fundamental del período de
transición del capitalismo al socialismo, es en su esencia el poder
del pueblo, para el pueblo y en interés del pueblo. Al ejercer la
dirección estatal de la sociedad, la clase obrera y su Partido
Comunista atraen a todos los trabajadores a la dirección del Estado,
crean las condiciones para el desarrollo de la iniciativa económica y
política de las masas en aras de la construcción del socialismo y el
comunismo.

En el Estado Socialista las amplias masas populares participan
directamente en la resolución de los asuntos estatales mediante el
sistema de los órganos de trabajo representativos del poder. El
aparato del Estado Socialista se construye de acuerdo con el principio
del centralismo democrático. Los órganos del Poder Ejecutivo son
responsables ante los órganos electivos correspondientes; el control
por las masas de la actividad del aparato estatal es asegurado
asimismo por el carácter electivo de los jueces y asesores populares,
por su responsabilidad ante los electores.

De brillante ejemplo del democratismo de la sociedad socialista puede
servir la discusión por todo el pueblo de los problemas del
perfeccionamiento ulterior de la dirección de la industria y la
construcción que tuvo lugar en la URSS en 1957. En las empresas y
obras de construcción, en las organizaciones científicas y oficinas,
en los koljoses, estaciones de máquinas y tractores y sovjoses, en las
unidades del Ejército Soviético y en los establecimientos de enseñanza
se realizaron más de 514 mil asambleas, a las que asistieron más de
40.800.000 trabajadores, de los cuales 2.300.000 intervinieron en la
discusión con sus observaciones y proposiciones. En los órganos de
prensa centrales y locales fueron publicadas las proposiciones de más
de 68.000 personas.

La teoría marxista-leninista enseña que cada nación, al realizar la
revolución socialista, aportará algo peculiar a tal o cual forma de la
democracia proletaria, a tal o cual variedad de la dictadura del
proletariado. En la Unión Soviética el democratismo socialista
encontró su expresión en la práctica de la construcción del Estado
Soviético y adquirió su forma legal en la Constitución de la URSS. En
los países de Democracia Popular el democratismo proletario se realiza
en forma de Democracia Popular (ver).

Diccionario filosófico · 1965:109-110

Democracia

(del griego δῆμος: pueblo, y κράτος: fuerza, poder). Una de las
formas de poder; se caracteriza por proclamar oficialmente el
principio de la subordinación de la minoría a la mayoría y el
reconocimiento de la libertad y de la igualdad de derechos de los
ciudadanos. En la ciencia burguesa, al caracterizarse la democracia
por lo común no se va más allá de aducir esos rasgos formales al
margen de las condiciones económico-sociales de la vida de la sociedad
y del estado real de las cosas. Surge, como resultado, la idea de la
denominada democracia “pura”, compartida por oportunistas y
reformistas. La realidad es, no obstante, que toda democracia, como
forma de organización política de la sociedad «sirve, en última
instancia, a la producción y está determinada, en último término, por
las relaciones de producción de la sociedad dada» (Lenin, t. XXXII,
pág. 60). Ello hace que sea necesario tener en cuenta el desarrollo
histórico de la democracia, su dependencia directa del cambio de las
formaciones económico-sociales, del carácter y dureza de la lucha de
clases. En las formaciones clasistas, la democracia aparece como
forma de la dictadura de la clase dominante; posee, en consecuencia,
un carácter de clase y de hecho existe sólo para los miembros de
aquella clase. Así, en la sociedad burguesa, la democracia constituye
la forma del dominio de clase de la burguesía. Durante cierto tiempo,
la burguesía está interesada en la democracia como instrumento de su
dominio político. Elabora una constitución, establece un parlamento y
otras instituciones representativas, introduce (bajo la presión de las
masas) el derecho general al voto y las libertades políticas formales.
No obstante, las posibilidades de utilizar todos estos derechos
democráticos e instituciones, se reducen por todos los medios para las
amplias masas de trabajadores; todo el aparato democrático de la
república burguesa está estructurado de modo que pueda paralizar la
actividad política de las masas y desplazar a los trabajadores de toda
intervención en la vida política. Por otra parte, nada hay que
garantice la vigencia de los derechos políticos formalmente
proclamados, y las instituciones representativas sirven sobre todo
para encubrir los objetivos reales de la política que la clase
dominante lleva a cabo. Es un rasgo característico de la democracia
burguesa la existencia del parlamentarismo, o sea, la división del
poder legislativo y del poder ejecutivo, con una manifiesta tendencia
a aumentar el papel de este último. En la época imperialista, se
produce en los estados burgueses un giro de la democracia a la
reacción política. La democracia socialista constituye la forma más
elevada de democracia, es la auténtica democracia para la mayoría del
pueblo, para las amplias masas trabajadoras. Su base económica radica
en la propiedad colectiva de los medios de producción. En la
U.R.S.S., por primera vez en la historia de la humanidad, se ha
establecido el sufragio efectivamente universal, directo e igual (con
votación secreta), sin las limitaciones de toda clase que existen en
las constituciones incluso, de los estados burgueses más
«democráticos». Todos los ciudadanos de la U.R.S.S.,
independientemente del sexo, de la nacionalidad y de la raza, gozan de
los mismos derechos en la vida política, económica y cultural del país
del socialismo, participan en condiciones de igualdad en la dirección
del Estado. La democracia socialista asegura con garantías materiales
los derechos de los ciudadanos en el orden legislativo. Así, en la
sociedad socialista, el derecho al trabajo no sólo se proclama, sino
que, además, se consolida mediante la ley y se asegura realmente
gracias a que se ha liquidado la explotación, se ha acabado con el
paro forzoso, se han abolido las crisis de producción, etc. En eso
estriba la diferencia radical entre el democratismo de la democracia
socialista y el de la burguesa. El ulterior desarrollo del
democratismo socialista se halla vinculado al surgimiento en la
U.R.S.S. del Estado de todo el pueblo. El programa del P.C.U.S.
establece que en el período en que la sociedad socialista se va
convirtiendo en comunista, seguirá desarrollándose en todos sentidos
la democracia socialista, la cual, con el tiempo, conducirá a la
sustitución del Estado por la autogestión social comunista.

Diccionario de filosofía · 1984:107

Democracia

(gr. demos: pueblo, y kratos: fuerza, poder): forma de poder que se
caracteriza por la proclamación oficial del principio de la
subordinación de la minoría a la mayoría y el reconocimiento de la
libertad y la igualdad de derechos de los ciudadanos. Al caracterizar
la democracia, la ciencia burguesa se limita generalmente sólo a estos
rasgos formales, considerados al margen de las condiciones
socioeconómicas de vida de la sociedad y del estado real de las cosas.
A consecuencia de ello surge la noción acerca de la denominada
democracia “pura”, compartida por los oportunistas y los reformistas.
Pero en realidad, toda democracia, como forma de organización política
de la sociedad, se determina, en última instancia, por las relaciones
de producción de la sociedad dada. En virtud de ello, es necesario
tener en cuenta el desarrollo histórico de la democracia y su
dependencia directa de la sustitución de las formaciones
socio-económicas y el carácter y la agudeza de la lucha de clases. En
las formaciones divididas en clases antagónicas, la democracia existe
de hecho sólo para los representantes de la clase dominante. Así, la
democracia en la sociedad burguesa es la forma de dominación de la
dictadura de la burguesía. En comparación con el régimen feudal, la
democracia burguesa fue una etapa históricamente progresista de
desarrollo de la sociedad. Hasta cierto grado, la burguesía está
interesada en la democracia como medio de su dominación política.
Redacta la constitución, crea el Parlamento y otras instituciones
representativas, implanta (bajo la presión de las masas) el sufragio
universal y las libertades políticas formales. Sin embargo, las
posibilidades de que las grandes masas trabajadoras disfruten de estos
derechos e instituciones democráticas se restringen por todos los
medios, mientras que todo el aparato democrático de la república
burguesa está dirigido a paralizar de hecho la actividad política de
las masas y a apartar a los trabajadores de la participación en la
vida política. Los derechos políticos formales proclamados no están
garantizados por nada, y las instituciones representativas constituyen
las más de las veces un instrumento de la política de la clase
dominante. En la época del imperialismo, bajo la presión del capital
monopolista, en los Estados burgueses se produce un viraje de la
democracia a la reacción política, en virtud de lo cual la lucha de
las masas trabajadoras y de todas las fuerzas progresistas por la
democracia y por los derechos democráticos adquiere gran importancia
como condición y eslabón sustanciales de la lucha de clase del
proletariado por la transformación socialista de la sociedad. La
democracia socialista es la forma superior de democracia, una
verdadera democracia para la mayoría del pueblo, para las grandes
masas trabajadoras. Su base económica es la propiedad social sobre
los medios de producción. En los países socialistas se realiza el
auténtico sufragio universal, directo, igual y secreto. Todos los
ciudadanos, independientemente del sexo, nación y raza, gozan de
derechos iguales en la vida política, económica y cultural. La
principal particularidad de la democracia socialista es la
incorporación de las masas a la administración del Estado y de todos
los asuntos sociales. En el sistema de la democracia socialista un
importante lugar corresponde a los organismos de control popular, en
la labor de los cuales toman parte millones de trabajadores. La
Constitución de la URSS refrenda en forma legislativa toda la plenitud
de los derechos y libertades de los ciudadanos, los cuales se aseguran
con garantías materiales. Así, en la sociedad socialista, el derecho
al trabajo no sólo está fijado legislativamente, sino, también,
asegurado realmente gracias a la supresión de la explotación y el
desempleo, la ausencia de las crisis en el desarrollo de la
producción, etc. En ello consiste la diferencia cardinal entre la
democracia socialista y la democracia burguesa. El múltiple
desarrollo de la democracia socialista, que se realiza en el proceso
de la edificación del comunismo, es la principal orientación del
desarrollo del Estado de todo el pueblo y de todo el sistema político
del socialismo. Con el tiempo, este desarrollo llevará a la
sustitución del Estado por la autogestión social comunista.

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