5-Contradicción entre el trabajo físico y el intelectual

Contradicción entre el trabajo físico y el intelectual

Contenido

Diccionario filosófico marxista · 1946:52-53

Contraste entre el trabajo manual y el trabajo intelectual

El contraste entre el trabajo manual y el trabajo intelectual nació
con la aparición de la propiedad privada sobre los medios de
producción, con el desarrollo de la división social del trabajo y con
la división de la sociedad en clases. El contraste entre el trabajo
intelectual y el trabajo manual es propio de toda sociedad dividida en
clases: la sociedad esclavista, la sociedad feudal y la sociedad
capitalista. En las condiciones de la opresión de clase, los
trabajadores –los esclavos, los siervos de la gleba y los obreros
asalariados– están condenados al pesado trabajo manual, y la ciencia y
la cultura acumuladas por la humanidad durante siglos son patrimonio
de las clases dominantes y de los intelectuales que les sirven, es
decir, de los hombres dedicados al trabajo intelectual. Bajo el
capitalismo, que sobre la base del desarrollo de la gran industria,
hizo avanzar rápidamente la técnica, la ciencia y la cultura, el
contraste entre el trabajo intelectual y el trabajo manual ha
alcanzado su expresión más acentuada. La dedicación a la ciencia, a
la técnica, a la literatura, al arte, &c., es un trabajo especial que
requiere una preparación y condiciones de vida particulares, de las
que carecen los trabajadores bajo el capitalismo. El destino de los
obreros bajo el capitalismo es el extenuador trabajo manual. La
máquina, poderosa creación del trabajo y de la ciencia humanas, en las
condiciones del capitalismo, no sirve para aliviar el trabajo del
obrero, sino para esclavizarlo aún más, para convertir a un enorme
número de obreros en apéndices de la máquina. Marx, Engels, Lenin y
Stalin enseñan que el contraste que existe entre el trabajo
intelectual y el trabajo manual desaparecerá solamente bajo el
comunismo. Uno de los objetivos más importantes de la construcción de
la sociedad comunista es la liquidación de la diferencia existente
entre los que realizan trabajo manual y trabajo intelectual. Las
condiciones sociales y políticas básicas para superar esta diferencia
se van creando con el triunfo de la revolución proletaria (ver).
Estas condiciones son: 1) la supresión de la explotación del hombre
por el hombre, la edificación de una economía socialista y la
liquidación de las clases explotadoras; 2) el jamás visto ascenso de
la actividad política de las masas y su amplia incorporación al
trabajo de dirección del Estado; 3) las gigantescas posibilidades del
contacto de las masas populares con la instrucción, con la cultura, la
ciencia y la técnica. La construcción del socialismo en la U.R.S.S.,
el crecimiento de la nueva técnica, de fábricas, de usinas; la
abundancia de máquinas agrícolas, el aumento del bienestar de los
trabajadores, el insospechado aumento de su instrucción y cultura;
todo ello ha servido de base para la creación del movimiento
stajanovista que señala el camino “por el cual se pueden obtener los
índices superiores de productividad del trabajo, necesarios para pasar
del socialismo al comunismo y para suprimir el contraste entre el
trabajo intelectual y el trabajo manual” (Stalin). La U.R.S.S. ha
entrado en la etapa culminante de la construcción socialista y de la
transición gradual hacia el comunismo. Uno de los objetivos más
importantes de este período es el de elevar el nivel técnico-cultural
de la clase obrera hasta alcanzar el de los ingenieros y técnicos. En
la primera fase de la sociedad comunista (bajo el socialismo), “el
contraste entre el trabajo intelectual y el trabajo manual continúa
existiendo” (Stalin). Sólo en la segunda fase, la fase superior (bajo
el comunismo), el nivel técnico-cultural de la clase obrera será
suficiente para que “el contraste entre el trabajo intelectual y el
trabajo manual desaparezca” (Stalin). “Para la realización de esta
gigantesca tarea, la de la supresión del contraste existente entre el
trabajo intelectual y el trabajo manual, no basta, claro está, con uno
o dos planes quinquenales. El total cumplimiento de este objetivo
requiere varias décadas, pero nosotros avanzamos con éxito por este
camino. El tercer plan quinquenal nos eleva un peldaño más en la
realización de esta grandiosa tarea” (Molotov).

Diccionario de filosofía y sociología marxista · 1959:86-87

Oposición entre el trabajo intelectual y el físico

Surge con la aparición de la propiedad privada sobre los medios de
producción, con el desarrollo de la división social del trabajo y con
la división de la sociedad en clases. Es propia de todas las
sociedades de clase: esclavista, feudal y capitalista. Bajo las
condiciones de la opresión de clase, los trabajadores –esclavos,
siervos, obreros–, estaban condenados al pesado trabajo físico,
mientras que la ciencia y la cultura, acumuladas, durante siglos, por
la humanidad, eran patrimonio de las clases dominantes y de los
intelectuales –los hombres de trabajo intelectual– que les servían.
Bajo el capitalismo –que sobre la base del desarrollo de la gran
industria, impulsó rápidamente la técnica, la ciencia y la cultura– la
oposición entre el trabajo intelectual y el físico alcanzó su más
aguda expresión.

El perfeccionamiento de la técnica, el estudio de ciencias, la
literatura, el arte, &c., es un trabajo especial que exige una
especial preparación y condiciones de vida que no tienen los
trabajadores, destinados al agobiante trabajo físico. La máquina,
poderosa creación del trabajo humano y de la ciencia, bajo las
condiciones del capitalismo sirve no para aliviar el trabajo del
obrero, sino para su esclavización ulterior y la conversión de un
inmenso número de obreros, en un complemento de la máquina misma.

Marx, Engels, Lenin y Stalin enseñan que la oposición entre el trabajo
intelectual y el físico solo desaparecerá bajo el comunismo. Uno de
los principales problemas de la construcción de la sociedad comunista,
es la eliminación de las diferencias entre los hombres de trabajo
físico y los de trabajo intelectual. Las principales condiciones
sociales y políticas para la superación de estas diferencias, se crean
en el triunfo de la revolución proletaria. Estas condiciones son: 1)
supresión de la explotación del hombre por el hombre; construcción de
la economía socialista; liquidación de las clases explotadoras; 2)
elevación extraordinaria de la actividad política de las masas, su
amplia intervención en materia de dirección del Estado; 3) gigantescas
posibilidades para la incorporación de las masas populares a la
instrucción, la cultura, la ciencia, la técnica.

Diccionario filosófico abreviado · 1959:389-390

Oposición entre el trabajo intelectual y el trabajo manual

Esta oposición surge con el desarrollo de la división social del
trabajo y la aparición de la propiedad privada de los medios de
producción, con la división de la sociedad en clases. La oposición
entre el trabajo intelectual y el trabajo manual es característica de
las sociedades de clases antagónicas, esclavista, feudal y
capitalista, y tiene por base económica la explotación de los
trabajadores manuales por los trabajadores intelectuales, es decir,
por los representantes de las clases explotadoras. Mientras exista
opresión de clases, los trabajadores –esclavos, siervos y obreros
asalariados– se ven condenados a un trabajo manual agotador, mientras
la ciencia y la cultura, adquirida por la humanidad a través de
siglos, se mantienen como un privilegio de las clases dominantes y de
los intelectuales a su servicio. Bajo el capitalismo, que gracias al
desarrollo de la industria pesada ha hecho progresar rápidamente la
técnica, la ciencia y la cultura, la oposición entre el trabajo
intelectual y el trabajo manual ha adquirido su expresión más
señalada. Las ciencias, la técnica, la literatura, las artes, exigen
una formación especial y condiciones de existencia que no están al
alcance de los trabajadores bajo el régimen capitalista. Un trabajo
físico agotador, tal es la suerte del obrero, puesto que la máquina
–producto del trabajo y de la ciencia– lejos de aliviar las fatigas
del obrero, lo esclaviza todavía más, transformando a una multitud de
obreros en apéndices de la máquina.

La ruptura entre trabajadores manuales e intelectuales ha engendrado y
desarrollado entre los obreros una actitud hostil hacia los
representantes del trabajo intelectual que los explotan. La oposición
entre el trabajo manual y el trabajo intelectual es una oposición de
clase. Las condiciones necesarias para suprimirla no pueden ser
realizadas más que por la victoria de la revolución proletaria. Estas
son: 1) supresión de la explotación del hombre por el hombre,
edificación de una economía socialista, liquidación de las clases
explotadoras; 2) aumento sin precedente de la actividad política de
las masas y su amplia participación en la administración del Estado;
3) vastas posibilidades para las masas de asimilar la cultura, las
ciencias y la técnica. Estas condiciones existen en la U.R.S.S. La
supresión de las clases explotadoras y la edificación del socialismo
han terminado con la oposición entre el trabajo manual y el trabajo
intelectual. En la actualidad, en la U.R.S.S., los trabajadores
manuales e intelectuales no son más enemigos, sino camaradas, amigos,
miembros de una colectividad de producción única, todos igualmente
interesados en los éxitos de la producción socialista. Los
intelectuales soviéticos han surgido, en su gran mayoría, del ambiente
obrero y campesino. La antigua hostilidad entre los trabajadores
manuales e intelectuales ha desaparecido totalmente con el cambio
radical de las condiciones de trabajo de los obreros y campesinos. El
trabajo del obrero y del campesino soviéticos no tiene nada de común
con el trabajo del obrero y del campesino anterior a la Revolución,
cuando trabajaban no para sí, sino para los explotadores. El trabajo
se ha hecho creador. Esto se manifiesta de una manera notable en el
movimiento de los innovadores de la producción, movimiento que
contiene los gérmenes de un poderoso auge cultural y técnico de la
clase obrera, indispensable para la eliminación de la diferencia
esencial entre el trabajo manual e intelectual. En el trabajo que
realizan en nuestros días millones de soviéticos, el esfuerzo manual
se asocia al esfuerzo técnico y reclama un nivel cultural elevado por
parte del obrero avanzado, que abre una vía nueva al progreso de la
producción, que echa por tierra las antiguas normas técnicas ya
superadas, que es un revolucionario en su trabajo. Los innovadores
hacen progresar la producción, pero también hacen lo mismo con la
ciencia. Los koljoses han visto nacer y formarse un campesino de tipo
nuevo cuyo trabajo reclama conocimientos agronómicos, que lucha por
cosechas abundantes aplicando las más recientes realizaciones de la
ciencia y de la técnica.

Sin embargo, la supresión de la oposición entre el trabajo manual y el
trabajo intelectual no significa la desaparición de toda diferencia
entre ellos. La diferencia esencial subsiste todavía, y no podrá ser
eliminada sino en el curso del pasaje gradual del socialismo al
comunismo.

Diccionario filosófico · 1965:84-85

Contradicción entre el trabajo físico y el intelectual

Relaciones históricamente establecidas entre las personas,
consistentes en el hecho de que el trabajo intelectual se separa del
físico, y los hombres dedicados al trabajo físico, es decir, los
productores, se convierten en objeto de explotación por parte de las
clases dominantes. Dicha contradicción surge en el período inicial de
la sociedad esclavista. La división del trabajo y, en particular, la
separación del trabajo intelectual respecto al trabajo físico,
constituía en aquel entonces un fenómeno progresivo, ya que el dejar
libres del penoso trabajo físico a una parte de los individuos,
permitía que éstos se ocupasen del cultivo de la ciencia, del
desarrollo de la cultura, &c. En las formaciones económico-sociales
de carácter antagónico, la separación indicada adquiere la forma de
antagonismo social, de clase: ocuparse del trabajo intelectual se
convierte en privilegio de las clases dominantes, mientras que el
trabajo físico queda como destino de las clases explotadas. Tal
contradicción alcanza singular gravedad en la sociedad burguesa. Bajo
el capitalismo, las clases explotadoras ejercen su dominio sobre las
personas dedicadas al trabajo físico valiéndose de la intelectualidad
y no directamente. La intelectualidad se encuentra enfrentada al
proletariado y a la vez unida al mismo por intereses comunes de lucha
contra el yugo de los monopolios y el peligro de la guerra. Aunque el
avance de la técnica y de la ciencia, bajo el capitalismo, hacen
posible reducir la jornada de trabajo y aumentar el tiempo dedicado al
desarrollo espiritual de las masas trabajadoras, tal posibilidad no
puede convertirse en realidad. Al contrario, bajo el capitalismo, el
progreso de la técnica y del rendimiento del trabajo no hacen sino
ahondar las contradicciones entre el trabajo intelectual y el trabajo
físico. En el régimen socialista, esta contradicción desaparece. El
haber acabado con la explotación del hombre por el hombre, el haber
incorporado las amplias masas a la dirección del Estado y a la vida
cultural, el proceso que convierte cada vez más el trabajo en una obra
creadora en la cual se aproximan el hacer físico y el hacer
intelectual, todo ello, junto con las otras condiciones de la vida
humana bajo el socialismo, supera la vieja oposición entre el trabajo
físico y el trabajo intelectual. Desaparece asimismo la hostilidad
entre las personas dedicadas al trabajo físico y los intelectuales; la
intelectualidad misma, surgida de las capas trabajadoras, cambia su
esencia social. No obstante, en el régimen socialista persiste
todavía una diferencia esencial entre los dos tipos de trabajo
indicados, que se traduce en cierta discordancia entre el nivel
cultural y técnico de la intelectualidad por una parte y el de la
clase obrera y del campesinado por otra, en el distinto carácter de su
trabajo. Esta diferencia no presupone el antagonismo de intereses y
no posee el anterior contenido social. En el proceso de la
edificación del comunismo, se van borrando gradualmente las
diferencias entre el trabajo intelectual y el físico. La condición
decisiva de que así sea radica en la creación de la base material y
técnica del comunismo, en la transformación del carácter mismo del
trabajo, con lo cual desaparecen las labores físicas pesadas, que son
ejecutadas por máquinas, y la producción requiere trabajadores que
posean una formación técnica al nivel de los ingenieros y elevados
conocimientos culturales y especiales. La reducción de la jornada de
trabajo deja tiempo libre para el desarrollo nolifacético, físico e
intelectual, del hombre. Desaparecerá la vieja división del trabajo
que encadenaba a los hombres a una rigurosa especialidad; habiendo
recibido una elevada preparación, el hombre elegirá libremente su
trabajo y podrá pasar de una profesión a otra. La intelectualidad, en
tanto que capa de la población, especializada en el trabajo
intelectual, desaparererá. Todo ello significará que el trabajo
físico y el trabaio intelectual se habrán fusionado por completo.

Diccionario de filosofía · 1984:428-429

Trabajo intelectual y manual

Dos aspectos interconectados de la actividad humana. A diferencia de
los animales que se guían en su actividad por el instinto, el hombre
obra conscientemente, anticipando la actividad práctica con un plan
ideal que es la finalidad de ésta. En la sociedad primitiva, el
trabajo intelectual y manual constituían una unidad directa. Dado el
bajo nivel de las fuerzas productivas, su desarrollo sólo podía
efectuarse sobre la base de la división del trabajo, comprendida la
separación entre el trabajo intelectual y el trabajo manual. Al
surgir la propiedad privada, las clases y el Estado, el trabajo
intelectual se convierte en privilegio de la clase dominante, debido a
lo cual se establece la contrariedad entre el trabajo intelectual y el
trabajo manual. Esta contrariedad tiene carácter distinto en las
diferentes formaciones socio-económicas. En la sociedad esclavista,
donde todo trabajo se consideraba destino de los esclavos, los
explotadores trataban de cargarlos incluso con una parte de funciones
del trabajo intelectual, preparando de ellos a gerentes, médicos,
artistas. En la sociedad feudal, la contrariedad entre el trabajo
intelectual y el trabajo manual coincide en lo fundamental con la
existente entre las clases y se disimula con la división estamental.
El campesinado, como estamento inferior, está condenado al trabajo
manual, mientras que el trabajo intelectual es patrimonio de los
“estamentos nobles” la aristocracia y el clero. En la formación
capitalista, el trabajo intelectual se convierte en sustancial medida
en variedad profesional de las ocupaciones de un grupo social
específico –la intelectualidad–, utilizado por el capital como medio
de dominación sobre el trabajo manual. La división de los miembros de
la sociedad burguesa en trabajadores intelectuales y trabajadores
manuales no coincide con la principal división de ella en clases pues
una parte considerable de la intelectualidad vive de su propio trabajo
y por su situación se aproxima a la clase obrera y al campesinado. En
el contexto de la revolución científico-técnica son cada vez más
nutridos los sectores de la intelectualidad que empiezan a participar
en el proceso directo de producción, desempeñando de hecho las
funciones de obreros “de cuello blanco”. Al mismo tiempo, la
aparición de nuevas tecnologías complejas requiere que se forme un
obrero nuevo, que conjugue en su actividad el trabajo intelectual y
manual. Sin embargo, bajo el capitalismo no puede ser superada la
contrariedad entre el trabajo intelectual y el trabajo manual. Esta
contrariedad se elimina sobre la base de la supresión de la propiedad
privada y de las clases explotadoras y la formación de una
intelectualidad nueva, aunque en la sociedad socialista siguen
existiendo todavía diferencias sustanciales entre los trabajadores en
cuanto al carácter del trabajo y el nivel de desarrollo técnico y
cultural. Únicamente después del triunfo completo del comunismo se
podrán superar definitivamente estas diferencias. Esto no significa
que se liquide el carácter específico de los distintos tipos de
actividad, sino el hecho de que distintos individuos no quedarán
adscritos por toda su vida a una sola profesión. Los dos tipos de
trabajo serán socialmente homogéneos, y cada uno de ellos constituirá
un elemento de la actividad integral del hombre plenamente
desarrollado, que considera su primera necesidad vital participar en
la solución de los asuntos prácticos y teóricos de la sociedad.

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