Romanticismo
No figura en el Diccionario filosófico marxista · 1946
No figura en el Diccionario filosófico abreviado · 1959
Diccionario filosófico · 1965:406-407
- Método artístico que en las décadas de 1820 y 1830 sustituyó al
clasicismo en Europa. Su origen arrancaba de dos fuentes: a) el
movimiento liberador de las masas populares, despertadas por la
Revolución Francesa de 1789, la lucha del pueblo contra el feudalismo
y la opresión nacional; b) la desilusión de amplios círculos sociales
ante los resultados de la revolución del siglo XVIII. Ello determinó
que en el romanticismo artístico se formaran dos tendencias. Una
constituía una reacción frente a la victoria del régimen burgués y
expresaba, al mismo tiempo, miedo ante los movimientos revolucionarios
y populares. En esta tendencia, la crítica del capitalismo solía
presentar un carácter reaccionario, unilateral, se fijaba sólo en las
facetas sombrías del nuevo régimen sin ver lo que su victoria había
aportado de progresivo. El romanticismo reaccionario buscaba la
solución a las contradicciones sociales históricas en ideales
ilusorios que representaban una apología del pasado medieval. De ahí
la inclinación de los románticos (Tieck, Schlegel, Novalis, Zhukovski,
Kaulbach y otros) hacia las situaciones insólitas y las imágenes de
carácter fantástico. La otra corriente fundamental del romanticismo
tenía una orientación progresiva, revolucionaria, expresaba la
protesta de los amplios círculos de la sociedad tanto contra el
sistema social burgués como contra el feudalismo, contra la reacción
política. Aunque los ideales estéticos de esta corriente a menudo
presentaban también un carácter utópico, y las imágenes de los
románticos se distinguían con frecuencia por su ambigüedad, por un
sentido interior trágico, reflejaban, a pesar de todo, cierta
comprensión de las contradicciones del régimen burgués, cierto interés
por la vida de las amplias masas populares y se orientaban hacia el
futuro. Entre los artistas del romanticismo progresivo figuran Byron
y Shelley, Hugo y Sand, Mickiewicz y Petöfi, Rileiev y Küshelbecker,
Géricault y Delacroix, Briulov y Rude, Schubert, Chopin, Schumann,
Berlioz y Liszt. - Tendencia psicológico-social y estética, estado de ánimo
específico que late tanto en la actividad de las personas como en la
obra creadora de determinados artistas, en sus obras de arte. Gorki
veía la necesidad de incluir orgánicamente el romanticismo
revolucionario en el método artístico del realismo socialista, por el
hecho de que la fuente del romanticismo se encuentra en la realidad
objetiva reflejada por el arte, en la vida heroica del proletariado,
de los valientes luchadores por la libertad y la felicidad del hombre,
en el trabajo creador de quienes construyen una sociedad sin clases.
Nuestra realidad es heroica y, por tanto, romántica. El romanticismo
revolucionario constituye una forma estética especial que pone de
manifiesto la lucha entre lo nuevo y lo viejo en el desarrollo de la
sociedad mediante el sentido de lo nuevo, mediante una clara
comprensión de las perspectivas y de los fines del desarrollo social.
El romanticismo revolucionario es la forma artística de la previsión
histórica, es la encarnación de los sueños del artista engendrados por
la propia vida y dirigidos hacia la transformación de la misma.
Diccionario de filosofía · 1984:379-380
(francés romantisme; latín romanus.) Movimiento ideológico y
artístico, que a comienzos del siglo 19 abarcó las esferas más
diversas de la cultura europea, sustituyendo al clasicismo. El
romanticismo, como método artístico, expresa nítidamente la actitud
del artista hacia los fenómenos que representa, lo cual imprime al
arte cierta animación y orientación emocional específica. Una
corriente del romanticismo representaba la reacción conservadora hacia
el triunfo del régimen burgués, expresando, al mismo tiempo, el temor
ante los movimientos populares y revolucionarios. Esta tendencia se
manifestó en la creación de ideales ilusorios que constituían la
apología del pasado medieval. Otra corriente fundamental del
romanticismo tenía una orientación progresista, expresando la protesta
de los amplios sectores de la sociedad contra la reacción política (G.
Byron, V. Hugo, A. Mitskevič, K. Riléev, F. Chopin, H. Berlioz,
F. Liszt y otros). Los ideales estéticos de esta corriente del
romanticismo a menudo eran utópicos y las imágenes de sus personajes
se distinguían por su carácter ambiguo y trágico interno, pero, no
obstante, expresaban cierta comprensión de las contradicciones de la
sociedad burguesa, manifestaban interés por la vida de las amplias
masas populares y estaban proyectados hacia el futuro. Una parte
integrante del realismo socialista es el romanticismo revolucionario,
forma artística de previsión histórica y plasmación de los sueños del
artista.