1-Materia y sensación

Materia y sensación

Diccionario filosófico marxista · 1946:211-212

Materia y sensación

El materialismo considera la materia como lo primario, y la sensación,
la conciencia, como lo secundario, lo derivado de la materia. El
idealismo subjetivo considera las sensaciones o el complejo de
sensaciones, como lo primario, y la materia, lo secundario, derivada
de las sensaciones. El materialismo metafísico, aun reconociendo el
carácter secundario de la sensación, la consideraba erróneamente como
propiedad de toda materia, lo que le llevó inevitablemente a la idea
de la animación general de la materia. El materialismo dialéctico,
basándose en los datos de las ciencias naturales, considera que la
sensación es la propiedad de la materia altamente organizada, “la
transformación de la energía de la excitación exterior en un hecho de
conciencia” (Lenin). En el fundamento de la propia estructura de la
materia “sólo puede suponerse la existencia de una propiedad similar a
la sensación” (Lenin). En la fase superior del desarrollo de la
materia, cuando nace la vida, aparecen también los factores
fundamentales de ella: el intercambio de sustancias entre el organismo
y el medio que lo circunda, y la excitabilidad, es decir, la propiedad
del organismo de responder (reaccionar, reflejar) a toda acción del
mundo circundante. La excitabilidad es la base fisiológica sobre la
cual se forman, en el proceso del desarrollo de los seres vivos, las
diversas formas de sensaciones: táctiles, visuales, auditivas,
olfativas, gustativas. La excitabilidad es inherente a los vegetales
y a los animales, pero las sensaciones en una forma nítidamente
expresada, sólo son inherentes a los animales que han alcanzado un
grado especial de organización. “La sensación… es el producto más
elevado de la materia organizada de cierto y determinado modo”
(Lenin). Cuanto más complejo y perfecto es el organismo del animal y,
particularmente, su sistema nervioso y sus órganos sensoriales, más
finas y más variadas son sus sensaciones. El desarrollo de las
sensaciones en el hombre está condicionado en grado considerable por
su historia social. “El ojo del águila ve bastante más lejos que el
ojo humano, pero este último observa en las cosas considerablemente
más que el primero” (Engels). Esto se debe al hecho de que a la
actividad de los órganos sensoriales del hombre se une también la
actividad de su raciocinio. El pensamiento, la conciencia del hombre,
forma superior del reflejo del mundo objetivo, que ha nacido de las
formas más simples, las sensaciones, actúa a su vez inversamente sobre
ellas, dotándolas de un carácter consciente. La sensación es la
fuente del conocimiento. No es posible conocer los cuerpos y sus
propiedades, sino a través de las sensaciones.

No figura en el Diccionario filosófico abreviado · 1959

No figura en el Diccionario filosófico · 1965

No figura en el Diccionario de filosofía · 1984

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