LOCKE, Juan

Juan Locke (1632-1704)

Diccionario filosófico marxista · 1946:178-179

Filósofo inglés, continuador de la línea de Bacon y de Hobbes en
filosofía. Locke sostuvo “un principio fundamental: que los
conocimientos y las ideas proceden del mundo de los sentidos” (Marx).
Locke es un materialista por cuanto reconoce la existencia objetiva de
las cosas y considera que nuestras ideas y representaciones son el
resultado de la acción de estas cosas sobre nuestros órganos
sensoriales. Sometió a una crítica aguda la teoría de Descartes sobre
las ideas innatas y la de Leibnitz sobre los principios innatos. Por
oposición a estos filósofos, Locke defendía el carácter empírico,
sensorial, del conocimiento humano. Sin embargo, no fue consecuente
con el punto de vista materialista en cuanto al problema de que el
conocimiento humano procede de la experiencia. Distinguía una
experiencia doble: interna y externa. Por experiencia externa o
sensación, Locke comprendía la acción de los objetos materiales sobre
los órganos sensoriales del hombre. En ello radica el materialismo de
Locke. Por experiencia interna o reflexión, entendía la denominada
por él “autoactividad del alma”. En ello radica su idealismo. La
sensación, o la experiencia externa, y la reflexión, o la experiencia
interna, según Locke, son las dos fuentes independientes del
conocimiento de donde obtenemos todas nuestras ideas, conceptos y
representaciones. Aparte de ello, Locke señaló que mientras nuestras
representaciones sobre la extensión, la forma, el movimiento, son el
reflejo en la cabeza del hombre de la extensión real, de la forma real
y del movimiento real, o sea, tienen un valor completamente objetivo,
nuestras representaciones sobre la luz, el color y el gusto son
representaciones subjetivas, o sea, no tienen fuera de nosotros
modelos objetivos. A las primeras las llamaba Locke “cualidades
primarias”; a las segundas, “cualidades secundarias”. En la teoría
sobre las cualidades secundarias, Locke hizo también una gran
concesión al idealismo. Sus errores fueron utilizados posteriormente
por Berkeley y Hume, que crearon la teoría del idealismo subjetivo.
Pero en Locke tienen su fuente no sólo Berkeley y Hume, sino también
los materialistas franceses del siglo XVIII: Helvecio, Holbach,
Diderot, que desarrollaron consecuentemente los elementos
materialistas de la filosofía de Locke. El carácter contradictorio e
inconsecuente de esta filosofía tenía sus raíces de clase. Según
palabras de Engels, Locke era “el hijo del compromiso de clase de
1688”, es decir, del compromiso entre la burguesía y la nobleza
inglesas, en la época de la llamada “gloriosa revolución en
Inglaterra”. En sus obras políticas, Locke se manifiesta como
defensor de la monarquía constitucional creada por dicha revolución.
En los problemas de religión, era un deísta. (ver: Deísmo).

Diccionario filosófico abreviado · 1959:295-296

Pensador inglés, continuador de la línea filosófica de F. Bacon (ver)
y de Hobbes (ver). Locke desarrolló el principio fundamental de
Bacon: los conocimientos y las ideas provienen del mundo sensible.
Locke es materialista; reconoce la existencia objetiva de las cosas, y
considera que las ideas y las representaciones son el resultado de la
acción de esas cosas sobre nuestros órganos de los sentidos. En su
obra principal, Ensayo sobre el entendimiento humano (1690), criticó
vivamente la doctrina de Descartes (ver) sobre las “ideas innatas” y
la de Leibniz (ver) sobre los “principios prácticos innatos”. En
oposición a esos filósofos, sostiene que la fuente de los
conocimientos humanos está en la experiencia, las sensaciones. Las
ideas, los principios no son innatos; se adquieren, demuestra Locke,
quien compara el alma de un niño a una tabla rasa (ver tabula rasa).

Sin embargo, Locke no aplica en forma consecuente el principio
materialista según el cual los conocimientos humanos provienen de la
experiencia. Locke distingue dos formas de experiencia: una externa y
la otra interna. Por experiencia externa entiende la acción de los
objetos materiales sobre los sentidos. A esa experiencia la llama
también la sensación (ver). En eso reside el materialismo de Locke.
Por experiencia interna entiende la “actividad propia del alma”, que
llama reflexión. En esto se halla un elemento de idealismo. Según
Locke, la sensación, o experiencia externa, y la reflexión o
experiencia interna, constituyen dos fuentes independientes de
conocimiento. Así, en su teoría del conocimiento, Locke es dualista.
Distingue las cualidades primarias y las cualidades secundarias de las
cosas. Nuestras nociones de dimensión, de figura y de movimiento,
reflejan la dimensión, la figura y el movimiento reales, es decir, que
tienen un valor perfectamente objetivo. Tales son las cualidades
primarias. Las nociones de color, de sonido, de olor, serían
subjetivas. Son, según Locke, cualidades secundarias. Locke hace una
concesión importante al idealismo.

Berkeley (ver) y Hume (ver) utilizaron los errores idealistas de Locke
para erigir su idealismo subjetivo. En cuanto a los elementos
materialistas de la filosofía de Locke, fueron los materialistas
franceses del siglo XVIII, Helvecio (ver), Holbach (ver), Diderot
(ver), quienes los desarrollaron. Locke era deísta. Por su
pedagogía, se propone formar “gentlemen” de la sociedad burguesa “que
estén en condiciones de manejar sus negocios con inteligencia y
provecho”. Las contradicciones y las inconsecuencias de la filosofía
de Locke tenían sus raíces de clase. Locke, según Engels, es “hijo
del compromiso de clase de 1688”, es decir, del compromiso entre la
burguesía y la nobleza en la época de la “gloriosa revolución”, como
la llaman en Inglaterra. En sus obras políticas Locke defiende la
monarquía constitucional creada por la revolución, defiende los
intereses de clase de la burguesía inglesa. La tarea principal del
Estado, según Locke, consiste en proteger la propiedad privada.

Diccionario filosófico · 1965:276-277

Filósofo materialista inglés. Sus trabajos corresponden a la época de
la Restauración en Inglaterra. Locke intervino en la lucha de clases
y de partidos de su país como filósofo, como economista y como
escritor político. En su obra fundamental, Ensayo sobre el
entendimiento humano (1690), desarrolló la teoría del conocimiento del
empirismo materialista, complicado por la influencia del nominalismo
de Hobbes y del racionalismo de Descartes. Rechaza la teoría
cartesiana de las ideas innatas y declara que la única fuente de todas
las ideas es la experiencia. Las ideas surgen o bien como
consecuencia de la acción de las cosas exteriores sobre los órganos de
los sentidos (ideas de la sensación) o bien como consecuencia de la
atención dirigida al estado y a la actividad del alma (ideas de la
reflexión). Esto último representaba una concesión al idealismo. Por
medio de las ideas de la sensación, percibimos en las cosas cualidades
primarias o secundarias (Cualidades primarias y cualidades
secundarias). Las ideas adquiridas por la experiencia no son más que
materiales para el saber, pero no constituyen aún el saber propiamente
dicho. Para convertirse en saber, el material de las ideas se ha de
elaborar mediante el entendimiento, distinto de la sensación, de la
reflexión, y consistente en comparar, combinar y abstraer. Gracias a
dicha actividad las ideas simples se convierten en complejas. Locke,
siguiendo a Hobbes, entendía que el lenguaje constituía la condición
de que el conocimiento general fuera posible. Habiendo definido el
saber como percepción de la correspondencia (o no correspondencia) de
dos ideas entre sí, Locke tiene por fidedigno todo conocimiento,
especulativo, es decir, el establecimiento de la correspondencia de
las ideas por medio del intelecto. El saber experimental, en cambio,
sólo es probable; en él, la correspondencia de las ideas se establece
haciendo referencia a los hechos de la experiencia. Nuestra
convicción de que existen los objetos exteriores se basa en los
sentidos. Locke sitúa esta especie de conocimiento (“sensitivo”) en
un plano superior al de la simple probabilidad, pero inferior al de la
certeza del conocimiento especulativo. Pese a que Locke está
convencido de nuestra facultad de conocer las substancias materiales
y, con mayor motivo, espirituales, tiene cierta limitación, no se le
puede considerar como un agnóstico: según Locke, nuestro objetivo no
consiste en saberlo todo, sino en saber únicamente lo que es
importante para nuestra conducta y para nuestra vida práctica;
nuestras facultades nos facilitan por completo semejante conocimiento.
En la teoría relativa al poder del Estado y al derecho, Locke
desarrolla la idea de pasar del estado natural al estado civil y a las
formas de dirección estatal. El fin del Estado, según Locke, estriba
en proteger la libertad y la propiedad adquirida por el trabajo. Por
este motivo el poder estatal no puede ser arbitrario. Dicho poder,
según Locke, se divide en: 1) legislativo, 2) ejecutivo y 3) de unión
o federativo. La doctrina del Estado formulada por Locke constituía
un intento de adaptar la teoría a la forma política de gobierno
establecida en Inglaterra como resultado de la revolución burguesa de
1688 y del compromiso entre la burguesía y la parte aburguesada de la
nobleza. La influencia histórica de la filosofía de Locke es grande.
La idea de que las personas mismas deben cambiar el orden social
existente si con él el individuo no puede recibir la educación ni
alcanzar el desarrollo necesarios fue de extraordinaria importancia
para justificar la revolución burguesa. De Locke arranca una de las
direcciones del materialismo francés. El idealista Berkeley y el
agnóstico Hume, utilizaron la distinción entre cualidades primarias y
secundarias establecidas por Locke.

Diccionario de filosofía · 1984:256-257

Filósofo materialista inglés. Sus obras datan de la época de la
Restauración en Inglaterra. Tomó parte en la lucha entre los partidos
de Inglaterra como filósofo, economista y escritor político. En su
trabajo principal –Ensayo sobre el entendimiento humano (1690)–
desarrolló la teoría del conocimiento del empirismo materialista.
Locke rechazó la doctrina cartesiana de las ideas innatas y proclamó
la experiencia como fuente única de todas las ideas. Estas últimas
surgen o bien en virtud de la acción de los objetos externos sobre los
órganos de los sentidos (ideas de la sensación), o bien a consecuencia
de que la atención se orienta hacia el estado y la actividad del alma
(ideas de la reflexión). Lo último fue una concesión al idealismo.
Mediante las ideas de la sensación percibimos en las cosas las
calidades primarias o secundarias (Calidades primarias y secundarias).
Las ideas adquiridas de la experiencia son sólo material para el
saber, pero no el saber mismo. Para convertirse en saber, el material
de las ideas debe ser transformado por la actividad de la razón, que
se diferencia tanto de la sensación como de la reflexión. Esta
actividad convierte las ideas simples en ideas complejas. Siguiendo a
Hobbes, Locke sostiene que el lenguaje es condición de la posibilidad
del saber general. A pesar de la convicción de que nuestra capacidad
de conocer las substancias materiales y, tanto más espirituales, es,
en cierto grado, limitada, no puede decirse que Locke era agnóstico.
Según él, la tarea no consiste en conocerlo todo, sino únicamente lo
que es importante para nuestra conducta y vida práctica, y este saber
está por completo al alcance de nuestras capacidades. En la doctrina
del poder estatal y el Derecho, Locke desarrolla la idea del paso del
estado natural al cívico y a las formas de administración estatal. A
juicio de Locke, el Estado debe perseguir el objetivo de preservar la
libertad y la propiedad procedente del trabajo. Por eso, el poder
estatal no puede ser arbitrario. Locke lo divide en: 1) legislativo,
2) ejecutivo y 3) federativo. La doctrina del Estado formulada por
Locke fue experiencia de la adaptación de la teoría a la forma
política de administración, que se estableció en Inglaterra como
resultado de la revolución burguesa de 1688 y del compromiso entre la
burguesía y la parte aburguesada de la nobleza. Es grande la
influencia histórica de la filosofía de Locke. Para la justificación
de la revolución burguesa tuvo gran importancia la idea de que los
hombres mismos deben cambiar el régimen social existente, si en sus
condiciones el individuo no puede recibir la debida educación y
desarrollo. Con Locke comienza una de las orientaciones del
materialismo francés. La diferenciación por Locke de las calidades
primarias y secundarias fue utilizada por el idealista Berkeley y el
agnóstico Hume.

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