Ciencia de la Lógica
Diccionario filosófico marxista · 1946:42-44
Título de la principal obra del gran filósofo alemán Hegel (ver),
aparecida en 1812-1816. La importancia de Ciencia de la Lógica de
Hegel radica en haber proclamado la teoría dialéctica del desarrollo
como la única teoría auténtica, en cuyas categorías y conceptos, según
palabras de Lenin, fue genialmente descubierta “la idea del movimiento
y del cambio universales… hasta su aplicación a la vida y a la
sociedad”. Con ello, Ciencia de la Lógica marcó una nueva época en el
desarrollo del pensamiento científico. Como todo el sistema filosófico
hegeliano, Ciencia de la Lógica, es extraordinariamente
contradictoria. Hegel era idealista; concebía la variedad múltiple de
la Naturaleza y de la Sociedad humana como la manifestación de cierta
idea absoluta que existe independientemente de la Naturaleza. El
carácter idealista de la filosofía de Hegel no podía evitar la
contradicción con la teoría dialéctica del desarrollo que
proclamaba. Hegel era un dialéctico idealista, por lo que precisamente
se explican las contradicciones de su Ciencia de la Lógica, el absurdo
y falta de sentido de muchas de sus tesis. Ciencia de la Lógica ocupa
lugar especial en el sistema filosófico hegeliano; precede a aquellas
partes de su sistema en que se determinan las leyes de la Naturaleza,
de la Sociedad y del espíritu humano y donde se destacan las formas
concretas de manifestación de la idea absoluta. En la lógica se
examina el movimiento y el desarrollo de la idea pura, es decir, la
idea en su forma abstracta, no concreta. Se presenta allí el supuesto
esqueleto lógico de toda la estructura del universo. Según las
palabras del propio Hegel, la lógica es el reino del pensamiento
puro. “Este reino es la verdad, tal como es, sin tapujos, en sí y para
sí misma” tal como es “en su esencia eterna hasta la creación de la
Naturaleza y de cualquier espíritu finito”. Por eso, los “personajes”
que actúan en Ciencia de la Lógica no son la Naturaleza y el mundo
objetivo, sino los pensamientos, los conceptos y las categorías
lógicas puras. Estos conceptos y categorías están dotados de una
capacidad de existencia y desarrollo autónomos. Al desarrollarse, un
concepto se convierte en otro más rico y más sustancial, y esta
transformación de las categorías constituye precisamente la esencia
del desarrollo de la verdad, “tal como es, sin tapujos”. Así, la
calidad se transforma en cantidad y su síntesis da un nuevo concepto:
la medida, &c. El desarrollo de la lógica va en Hegel de los conceptos
que reflejan lo directamente sensible, hacia los conceptos cada vez
más complejos que reflejan la esencia, las conexiones ocultas, no
visibles, de los fenómenos. El orden de disposición de las categorías
lógicas en la Ciencia de la Lógica hegeliana es el de los peldaños de
una gran escalera por la que trepa la idea absoluta. En los peldaños
superiores, la idea absoluta manifiesta cada vez más amplia y
profundamente sus definiciones, se cubre de nuevas y más ricas
propiedades y se aproxima cada vez más a su plena revelación y
descubrimiento. El último peldaño es, a la vez, la idea absoluta. Allí
culmina el desarrollo de la “verdad pura”. Ya Feuerbach demostró que
todas estas ideas absolutas, conceptos y categorías creadoras de vida,
son una mística y un absurdo reaccionarios. Sin embargo, es evidente
que bajo esta forma mística, idealista, Hegel supo descubrir las leyes
por las cuales se rige el desarrollo del mundo objetivo, real, que
existe independientemente de la idea. Lenin señaló con profundidad
este aspecto de Ciencia de la Lógica: “Hegel ha adivinado genialmente
en el cambio, en la interdependencia de todas las ideas, en la
identidad de los contrarios, en los tránsitos de un concepto a otro,
en el cambio y desarrollo eternos de los conceptos, la misma relación
de las cosas, de la Naturaleza”. La idea central de Ciencia de la
Lógica radica en la teoría hegeliana de la unidad y lucha de los
contrarios. Hegel demuestra que las contradicciones, la lucha entre
los contrarios internos, de los cuales se compone cada fenómeno, son
la fuente del desarrollo. “La contradicción es la raíz de todo
movimiento y de toda vida, porque sólo cuando una cosa tiene
contradicción en sí misma, adquiere impulso y actividad”, escribe
Hegel. Al movimiento de las ideas y de las categorías lógicas, Hegel
aplica el principio de la lucha de los contrarios como fuente de
desarrollo. Unos conceptos se convierten en otros, según Hegel,
precisamente en virtud de su contradicción interna. Pero en el mundo
objetivo, los conceptos por sí mismos no existen. Sólo son el reflejo
del mundo real de las cosas y de los fenómenos en la conciencia del
hombre. También de igual manera lo contradictorio de los conceptos
lógicos, su conexión mutua, &c., son sólo el reflejo de lo
contradictorio y de las conexiones mutuas de las propias cosas
objetivas. Como idealista, Hegel disimuló, negó el vínculo de los
conceptos con el mundo real, mistificó la dialéctica del mundo real,
imaginándosela como la dialéctica del pensamiento puro. Pero,
contrariamente a su propio idealismo, Hegel extrajo de la Naturaleza
objetiva, real, las leyes del movimiento. Lo mismo ocurre con los
demás principios importantes de Ciencia de la Lógica. Hegel da una
teoría de contenido sustancial, sobre el desarrollo. Demuestra la
nulidad de la teoría metafísica del desarrollo, ridiculiza irónica y
mordazmente lo vacío y sin contenido de la lógica formal. Su teoría
del trueque de cantidad en calidad, del desarrollo a saltos, de las
conexiones universales, multilaterales de los fenómenos, de la
negación de la negación, de la flexibilidad y movilidad de los
conceptos lógicos, &c., constituye la representación más profunda del
desarrollo; todo ello está elaborado con una plenitud y proporción
enciclopédicas. Lenin escribía que Marx y Engels veían en la
dialéctica de Hegel la doctrina más completa, más fecunda y más
profunda de la evolución, reconociéndola como la adquisición más
grande de la filosofía clásica alemana. “Cualquiera otra formulación
del principio del desenrollo, de la evolución, les parecía estrecho,
pobre, mutiladora y desfiguradora de la marcha real de la evolución
(marcada a veces con saltos, catástrofes, revoluciones), en la
Naturaleza y en la Sociedad” (Lenin). El gran valor de esta obra de
Hegel, Lenin lo señalaba precisamente en el hecho de que en Ciencia de
la Lógica se da una doctrina de desarrollo enormemente más profunda y
más rica que todas las triviales teorías sobre la evolución. Pero,
puesto que Hegel puso de cabeza el mundo real y las leyes de su
desarrollo, desfigurándolo de una manera idealista, debía salvarse
todo lo precioso y qenial que había en Ciencia de la Lógica, debía
descubrirse lo que estaba debajo de la gruesa capa de corteza
idealista, depurarlo del idealismo y reelaborarlo de una manera
materialista. Esto lo hicieron los fundadores del
marxismo-leninismo. Lenin extractó cuidadosamente Ciencia de la
Lógica, junto a observaciones que ponen al descubierto el profundo
sentido de la obra de Hegel y dan un modelo de la reelaboración
materialista de su filosofía. Lenin penetra con el mayor vigor en el
sentido racional de Ciencia de la Lógica de Hegel, pone en claro las
páginas más complicadas de este difícil libro, separa lo fundamental
de lo secundario, lo genial de lo absurdo y da un modelo para los
materialistas de la lectura de Hegel. “Trato, en general, de leer a
Hegel en materialista: Hegel es el materialismo puesto cabeza abajo
(según Engels), y yo elimino la mayor parte de la divinidad, lo
absoluto, la idea pura, etcétera”. El siguiente ejemplo demuestra la
manera que tenía Lenin de leer y descubrir el sentido racional de
Ciencia de la Lógica. Hegel escribe: “No hay nada, ni en el cielo, ni
en la Naturaleza, ni en el espíritu, ni en ninguna otra parte, que no
contenga juntos lo inmediato como lo mediato.” Ante estas palabras,
Lenin observa: “1) El cielo –la naturaleza– el espíritu. Rechazado el
cielo: materialismo. 2) Todo es mediato = inmediato, relacionado en
uno, relacionado por tránsitos. Rechazado el cielo – sea una conexión
con arreglo a leyes de todo (el proceso) del mundo”. Así, a lo largo
de todo su extracto, Lenin pone al descubierto la contradicción más
profunda de Ciencia de la Lógica de Hegel, deja al desnudo,
implacablemente, sus lados débiles y reaccionarios, y con la pasión de
un revolucionario proletario recalca todo lo positivo, lo progresista,
lo auténticamente científico que hay en esta obra que constituye toda
una época en la ciencia filosófica.
No figura en el Diccionario filosófico abreviado · 1959
No figura en el Diccionario filosófico · 1965
No figura en el Diccionario de filosofía · 1984