Movilizar por la Paz para acabar con la guerra
Desmovilizar creando un estado de opinión que justificara la participación en la guerra y la renuncia a buscar acuerdos que la evitaran o la detuvieran, ha contado con la inestimable colaboración de la izquierda neoliberal, abducida como está su conciencia por la gestión compartida del capital con sus socios y aliados.
No a la guerra, fue el grito unánime de la sociedad española ante la participación de España en la invasión de Irak por las tropas de EEUU y la OTAN, con tanta fuerza que contribuyó a la caída del gobierno de Aznar, del PP, y la llegada del gobierno de Zapatero.
Hoy, el gobierno que se dice de distinto signo político del que nos metió en la guerra de Irak, repite el error de involucrarnos en otra guerra con el envío de armas, adiestramiento de soldados ucranianos y participación directa de la armada y la fuerza aérea en operaciones de vigilancia en las inmediaciones del espacio marítimo y aéreo ruso.
Las similitudes de la actual guerra en Ucrania con la pasada guerra en Irak son escandalosas, por más que la hoy ausente izquierda, motor en el pasado de la movilización que derribó al gobierno de Aznar y acabó con la presencia española en Irak, no quiera percatarse de ellas, abducida como está por el social-conformismo en la gestión del capitalismo español.
En ambas, tanto en Irak como en Ucrania, el guion estuvo/está escrito al alimón por el gobierno de los Estados Unidos, las corporaciones gasístico-petroleras y el complejo militar-industrial, porque eran/son los intereses de este conglomerado lo que están/estaban en juego.
En Oriente Medio (Irak) acabar con el gobierno de Saddam Hussein, que pretendía sustituir el dólar por el euro como moneda de cambio internacional en la compra venta de petróleo (petroeuro por petrodólar), era imprescindible porque ponía en cuestión la hegemonía monetaria estadounidense.
En el mundo de ahora (Ucrania), acabar con el incipiente diseño de “mundo multipolar” que se está fraguando con la asociación de China, Rusia, India, Brasil, Sudáfrica (BRICS 41,5% de la población mundial y el 32,1% del PIB global), con la expansión de esta organización y la creación de una moneda alternativa al dólar, es prioritario para el imperialismo porque vuelve a poner en cuestión la hegemonía monetaria estadounidense, el sistema financiero y el comercio mundial.
Karine Jean-Pierre, portavoz del gobierno USA señala: «Estamos profundamente preocupados por esta situación, ya que es una violación de los derechos de nuestros ciudadanos que dependen de un tipo de cambio del dólar estable en el mercado mundial. Estados Unidos no permitirá que otros países dicten sus términos en el comercio mutuo». … «La violación de los derechos de los estadounidenses de a pie no quedará sin consecuencias para estos países».
Serguéi Lavrov, ministro de exteriores de la Federación de Rusia: «la operación rusa (…) conducirá a que Occidente deje (…) de intentar promover el mundo unipolar dominado por Estados Unidos y sus aliados…protección de los habitantes de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk (…) y garantizar que Occidente no utilice el territorio de Ucrania para generar amenazas militares a la seguridad de Rusia…
Tanto en Irak como en Ucrania, Libia /Siria/…, la estrategia de comunicación dirigida al público occidental-europeo incluye la denigración del enemigo al que se llama dictador, oligarca, enemigo de la libertad, la presentación de la guerra como la defensa de una causa noble, la defensa de la libertad y la democracia (ambas estilo estadounidense) y la apelación a sentimientos positivos compartidos por la audiencia como la búsqueda de un futuro mejor para el pueblo y una mayor seguridad internacional. [1]La Oficina de Asuntos Públicos, parte del departamento de Estado, tiene como misión implicar a los medios nacionales e internacionales en el objetivo de hacer avanzar la política exterior de … Seguir leyendo
Los arquitectos de la guerra híbrida entendieron que debían evitar que los gobiernos europeos aliados, los gobiernos de países OTAN, fueran castigados por su electorado y/o que la población se movilizara contra la guerra.
Desmovilizar creando un estado de opinión que justificara la participación en la guerra y la renuncia a buscar acuerdos que la evitaran o la detuvieran, ha contado con la inestimable colaboración de la izquierda neoliberal, abducida como está su conciencia por la gestión compartida del capital con sus socios y aliados.
En Ucrania, el golpe de estado del Euromaidan y el derrocamiento de Viktor Yanukovich, conllevó la aceptación y promoción de los partidos fascistas ucranianos, los no respetados acuerdos de Minsk, Resolución 2202 (2015), aprobada por el Consejo de Seguridad en su 7384ª sesión, celebrada el 17 de febrero de 2015, la ayuda soterrada y encubierta a Ucrania para armarla hasta los dientes, la expansión de la OTAN, las sanciones a Rusia, el desprecio de cualquier alternativa de arreglo, el bombardeo constante y la masacre de la población ruso hablante del Donbas.
La guerra en Ucrania, alentada por los EEUU y la OTAN contra Rusia, puede derivar, si la clase trabajadora y capas populares europeas no se movilizan, en una conflagración mundial.
Parar la guerra es una necesidad imperiosa para la clase trabajadora que es, como siempre, la primera en sufrir los desastres que la codicia del capital va sembrando por el mundo.
La economía de las excusas, la excusaflación, la codicia del empresariado para conseguir mayores beneficios, la greedinflación está castigando muy duramente nuestros bolsillos.
Gracias a la inflación, las grandes compañías casi han duplicado sus beneficios, de acuerdo con datos del Banco de España, las medianas los mejoraron casi un 30%.
Las grandes ganadoras son las compañías energéticas que se embolsaron casi 13.000 millones de euros en beneficios conjuntos el año pasado, mientras que los sueldos recogidos en convenio apenas han aumentado un 3%.
Movilizar por la paz es movilizar en defensa de la clase trabajadora, es desenmascarar los espurios intereses que se ocultan bajo la demagogia de en defensa de la democracia o en defensa de la libertad, es destapar la apropiación del discurso de la izquierda por el capital.
Ni los inventos electorales de última hora que van regando de cadáveres políticos las páginas de los periódicos y los platós de tv, ni los hiperliderazgos, servirán para tapar la vergüenza y el descrédito que supone la inhibición cuando no la complicidad de la izquierda neoliberal en esta guerra.
Movilizar por la paz es, quizás, el último cartucho que le queda a esa izquierda neoliberal para empezar a recuperar el crédito perdido en su aventura de cogestionar con el PSOE los intereses del capital. Un primer paso hacia una izquierda consecuente con los intereses de la mayoría social.
La clase trabajadora, las capas populares de la sociedad española, debemos movilizarnos en un NO A LA GUERRA que como antaño la pare y sirva para hacer avanzar la conciencia de paz, de transformación radical de un sistema económico, el capitalismo, que se alimenta de la muerte y la destrucción.
Notas
⇧1 | La Oficina de Asuntos Públicos, parte del departamento de Estado, tiene como misión implicar a los medios nacionales e internacionales en el objetivo de hacer avanzar la política exterior de Estados Unidos y de sus intereses nacionales en materia de seguridad. |
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