La guerra provoca desempleo

El Grupo LECTA-TORRASPAPEL  dedicado a la fabricación, comercialización y venta de papel acuerda un cierre temporal y parcial por la guerra en Ucrania en sus centros de trabajo de Motril, Almazán, Leitza, Zaragoza, Sant Joan les Fonts, Getafe, Barcelona y Sils que afecta a 1.436 trabajadores y que influirá en más de 12.000 empleos indirectos.

Las guerras no solo causan muerte violenta, heridos y mutilados. También destruyen ciudades y centros de trabajo y ocasionan una profunda crisis económica y social que deteriora servicios públicos básicos, multiplican el paro (menos en las fabricas de armamento) y empeoran de forma grave las condiciones de vida de la ciudadanía, no solo en los países directamente implicados en los conflictos armados sino en todo el mundo.

El Gobierno de España, a remolque de los EEUU y de la OTAN, en el marco del nuevo Concepto Estratégico de la organización de junio del pasado año, ha decidido implicarse en la guerra de Ucrania, prestando apoyo al régimen de Volodimir Zelenski con el envío de armamento, el adiestramiento de tropas y la participación en las numerosas sanciones impuestas a la Federación Rusa.

Entre estas últimas destacan las restricciones al comercio, los movimientos financieros, la tecnología, la industria, el transporte e igualmente un embargo parcial al petróleo ruso, así como la imposición de un tope de 60 dólares por barril para el precio del petróleo ruso transportado por mar y vendido a terceros países. Además, la UE dejó a Rusia fuera del sistema de pagos Swift y prohibió la difusión de los canales informativos rusos como Sputnik y Russia Today.

Como consecuencia de las sanciones, el comercio entre la UE y Rusia se desploma. Las transacciones de gas natural han pasado del 36% al 18%, los fertilizantes del 29% al 17%, el petróleo del 25% a menos del 15% y, finalmente, el hierro y el acero del 16% al 5%. El resultado ha sido, entre otros, un encarecimiento desmesurado de las fuentes de energía y de las materias primas.

Numerosas empresas vienen acogiéndose a los ERTEs alegando la guerra de Ucrania: Acería Roldán de León, Acerinox de Cádiz, Valeo en Martos (Jaén), General Mills de Navarra, Reinosa Forgings Castings de Cantabria,  Old El Paso, Nature Valley,Valeo Iluminación de Jaén, Ronald Ibérica y Gres de Aragón, etc.

Y es este el principal argumento que aduce el Grupo Lecta para imponer de manera unilateral un cierre temporal y parcial en sus instalaciones fabriles durante el presente año y por una duración de 150 días de paro, que afectará a cada uno de los 1.436 trabajadores incluidos en el ERTE.

La decisión patronal aduce en su comunicación que: «...si bien el año 2022 se inició con una actividad moderada, ésta se vio rápidamente alterada el 24 de febrero con el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania. Como consecuencia del conflicto se produjo una escalada del precio de los combustibles fósiles, especialmente el gas y la gasolina, que ha provocado un importante efecto inflacionista en el conjunto de la economía mundial y que se ha materializado en un incremento de costes en todos los ámbitos del proceso productivo de las sociedades que componen el Grupo LECTA, incluida TORRASPAPEL

Lo que no dice la multinacional es que este incremento de costes y reducción de la demanda de pedidos consecuencia del conflicto armado, lo compensará aminorando la nómina de los asalariados con la suspensión de los contratos de trabajo para cargar sobre sus espaldas y el erario las consecuencias de la guerra, al tiempo que mantiene con buena salud su cuenta de resultados. Algo que reconoce cuando en el acuerdo dispositivo señala que: «… se ve en la necesidad de ajustar temporalmente la plantilla mediante suspensión colectiva de contratos, pues en caso contrario, podría comprometerse no solo la posición competitiva y de mercado de la empresa, sino también, su estabilidad económica y financiera», es decir, su tasa de beneficio. En este sentido, la guerra desenmascara, con claridad y evidencia crecientes, lo dañino de las multinacionales y la del modo de producción capitalista que las protege.

La suspensión de los contratos de trabajo supondrá una disminución drástica de las remuneraciones -un tercio del salario-, ya perturbadas por una inflación galopante que en 2022 ascendió a un 8,4%, la más alta en 35 años, especialmente por el elevado índice de la inflación subyacente que no deja de crecer, en la que se incluyen los productos de primera necesidad, estimulada sin duda alguna por la peligrosa intensificación de la guerra en Ucrania que progresivamente va imponiendo una economía de guerra en detrimento de las necesidades básicas de la mayoría social.

Durante meses, las representaciones de los trabajadores y de la patronal sostuvieron arduas negociaciones que finalizaron sin acuerdo, momento en que el grupo Lecta impone el ERTE pese a la oposición de la plantilla. La reforma laboral de Rajoy retiró la obligación anterior de autorización previa de la administración laboral en los ERTEs y en los EREs, algo que impedía o amortiguaba sus consecuencias poniendo límites a la arbitrariedad empresarial. Una supresión que se ha mantenido, no obstante, con la reforma laboral del actual gobierno de coalición pese al pacto de legislatura de diciembre de 2019 que incluía su recuperación.

Lecta también ha rechazado la petición de los trabajadores de una mejora en los complementos retributivos para amortiguar el descenso de los salarios por el ERTE, salvo el reconocimiento de un complemento indemnizatorio de 5 euros por día de paro.  Igualmente, la multinacional papelera se ha negado a incrementar el plazo de 24 horas hasta las 48 horas de antelación para la determinación de los trabajadores que entran o salen del ERTE.

Lecta Distribution Group, es una multinacional europea dedicada a la fabricación y distribución de papeles especiales para etiquetas y embalaje flexible, papel estucado y no estucado para edición e impresión comercial y otros productos de alto valor añadido. Cuenta con 10 oficinas comerciales en Europa, Norteamérica, Norte de África y Asia y está presente en el negocio de distribución en el sur de Europa, con distribuidoras propias en España, Francia, Portugal e Italia.

El origen de Lecta se remonta a la adquisición, entre 1997 y 1999, de tres compañías papeleras de gran tradición en sus respectivos mercados: Cartiere del Garda en Italia, Condat en Francia y Torraspapel en España.

Lecta Ltd., la sociedad matriz del Grupo Lecta, está participada por múltiples fondos de capital e inversores. Sus oficinas se encuentran en Londres (Reino Unido).

Hoy en día, frente al horror y la barbarie de la guerra y sus consecuencias negativas en el empleo que estimula con lenguaje belicista la prensa, la televisión, las emisoras de radio y las redes sociales, es necesario más que nunca una amplia movilización de la mayoría social, con el protagonismo de la clase trabajadora y de las capas populares, en la decisiva contienda por alcanzar la PAZ.

En este peligroso escenario que nos impone el gran capital, es del todo razonable y urgente que los trabajadores planten cara a la empresa que los esquilma y oprime, rechazando con firmeza los ERTEs de guerra. Pero esta lucha, justa e imprescindible, en la que nunca estarán solos, es insuficiente. Es preciso, además, si no queremos que estos ERTEs se transformen en EREs, que la clase asalariada participe y se vincule a una intensa y persistente movilización generalizada que reivindique el alto el fuego, la apertura de negociaciones entre las partes implicadas en la guerra de Ucrania y el alzamiento de las sanciones acordadas en materia económica para el restablecimiento del libre comercio entre todos los países europeos y del mundo, incluida Rusia.

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