Hemos de unir iniciativas por la paz. Por el alto el fuego en Gaza y en Ucrania. Desde el internacionalismo

Son los pueblos, las poblaciones, partidos, corrientes políticas alternativas, sindicatos, organizaciones y coaliciones de personas y grupos por la paz, trabajadoras, estudiantes e inmigrantes, junto a la gran diáspora palestina quienes están levantando hoy la protesta y exigiendo el respeto por la vida, la paz y los derechos legítimos del pueblo palestino.

La lucha por frenar la masacre contra el pueblo palestino por parte del estado de Israel ha sido capaz de unir en una lucha por la paz y la justicia, mucho más, por ahora, que la guerra de Ucrania. Esto es una realidad, sin embargo, ambas guerras, diferentes en su estilo y en su finalidad, tienen un origen común y este es el afán del imperialismo por controlar el mundo. Este imperio decadente, el gran capital y los dirigentes de la Unión Europea, necesitan de la guerra.

Norteamérica y el globalismo apoyaron y provocaron el golpe de estado del Maidán en Ucrania y la represión posterior contra la población rusófona del este del país.  De aquellos polvos estos lodos, es decir, la guerra provocada por los EEUU. El imperialismo británico con la Declaración Balfour de 1917 inició la colonización sionista de Palestina y esta acaba con la solución final que Israel aplica desde 1948 contra el pueblo palestino colonizado, masacrado y expulsado de sus tierras. Como colonia, el pueblo palestino defiende su derecho no solo a la paz y a la vida, sino también a la resistencia y a la lucha contra el colonizador y exterminador. 

La guerra de Ucrania no es en defensa de la democracia, ni de la libertad, ni mucho menos de Europa. Para empezar Rusia también es Europa. La guerra de Ucrania solo sirve a los intereses de dominio de los EEUU.

El genocidio de Gaza es parte de esa lucha del sionismo y la anglosfera, es decir, los EEUU y Gran Bretaña con la OTAN, la UE y los grandes lobbies de poder sionista en su seno y en su dirección política y económica. Sus dirigentes apoyan a Israel sin fisuras a pesar de sus crímenes de guerra y de lesa humanidad, su limpieza étnica inmisericorde y niegan por tanto el derecho a la defensa del pueblo palestino, colonizado y masacrado con la decadente UE siguiendo sus órdenes.

Son los pueblos, las poblaciones, partidos, corrientes políticas alternativas, sindicatos, organizaciones y coaliciones de personas y grupos por la paz, trabajadoras, estudiantes e inmigrantes, junto a la gran diáspora palestina quienes están levantando hoy la protesta y exigiendo el respeto por la vida, la paz y los derechos legítimos del pueblo palestino.

Es de destacar dos grandes ejes de movilización pro-palestina, aparte de la “calle árabe”, los pueblos árabes, magrebíes e islámicos que siempre responden a diferencia de sus Gobiernos y dinastías. Por tanto, la respuesta de estos pueblos es como siempre encomiable. Hablo aquí de la gran respuesta que se está dando en los EEUU con una valentía y continuidad envidiable y la gran movilización del pueblo ya multicultural, británico. No nos olvidamos de Francia y de Alemania. En España hay también grandes manifestaciones, concentraciones y actuaciones todas ellas silenciadas y ocultadas en buena medida por las televisiones y grandes medios de comunicación, que vergonzosamente actúan en beneficio del sionismo en un estado en el que las simpatías por el mundo árabe son claramente mayoritarias. 

Partidos como el que está fundando Sara Wagenknet en Alemania, escisión de Die Linke, con una clara propuesta a favor de la paz negociada en Ucrania y opuesta al envío de armas alemanas a la guerra, en favor del alto el fuego en Gaza, en un país con fuerte influencia sionista y con complejo de culpa por su pasado antisemita en la II Guerra Mundial. Momentum y los movimientos de la izquierda laborista en el Reino Unido junto con la Stop The War Coalition y otras muchas organizaciones, están dando la cara con una contundencia muy grande y una continuidad ejemplar a la que hay que sumar las honrosas intervenciones de Jeremy Corbyn en los Comunes y las grandes movilizaciones en la calle. En los EEUU también hay grandes manifestaciones y muchas y muchos activistas movilizados junto con una cada vez más potente diáspora árabe y palestina. Partidos como el DSA (Socialistas Democráticos de América) entre otros y toda la activa izquierda y movimientos pacifistas están dando una gran lección de movilización. Podríamos seguir hablando de ello, pero vamos al meollo, tras informar. 

Hace falta un esfuerzo internacionalista para unificar las luchas por la paz, la lucha contra la masacre y el imperialismo en los pueblos del Norte y unirlos con los pueblos del SUR muy movilizados, activos y auto organizados a pesar de sus grandes problemas y dificultades internas o sus duras batallas contra la pobreza, la explotación y el colonialismo. Hace falta una Conferencia Internacional o como la queramos llamar. Estamos en una guerra híbrida y de fuego del imperialismo contra todos los pueblos que reivindican su soberanía, luchan por su emancipación y se esfuerzan por lograr un desarrollo económico y social libres de injerencias de fuerza en el marco de unas relaciones económicas basadas en la cooperación y el interés mutuo. Todos estos pueblos y países cuentan con la mayoría de la población mundial y con los recursos naturales imprescindibles para el desarrollo. Hay que tomar partido:  o por un mundo multipolar o por la guerra mundial.

Todas las fuerzas al margen del globalismo y sus fundaciones falsamente progresistas hemos de comenzar a trabajar juntas, reconociendo en esto la gran capacidad de las organizaciones sindicales y políticas, sociales y por la paz del Sur global al margen de la OTAN y sus dominios.

Un gran esfuerzo conjunto que permita frenar a quienes nos dominan y desean la tercera guerra mundial para mantener sus privilegios e incrementar sus riquezas.

Por lo pronto pienso que, en África, Mundo Árabe, Asía y América del Sur, hay posibilidad junto con los pueblos de Europa y los EEUU, sometidos a la censura, la represión y el sionismo, que también luchan como un frente interno y como quinta columna interior en territorio de una OTAN criminal y neocolonialista, de lograr una amplia coordinación mediante organizaciones, movimientos y coaliciones de todo tipo para luchar por una paz que nunca llegará sin un justo reparto de la riqueza.  

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